miércoles, enero 31, 2007

Cinco cosas raras que no saben de mí

El Tiburcio me conmina a que divulgue esto:

Cinco cosas raras que no saben de mí:

1) Me cabe mi puño en la boca.
2) No sé nada sobre mecánica automotriz (ni me interesa aprender)
3) Me gusta ver los programas de payasos que pasan los domingos en la mañana en el Canal 4.
4) He tenido fantasías eróticas bizarras e inconfesables con Emma Watson (Hermione, la amiga brujita de Harry Potter).
5) En general, no me gusta desearle mal a nadie, pero me gustaría que alguien desapareciera en forma dolorosa y cruel a Manuel Espino, el presidente nacional del PAN. Es una de las personas más nefastas que han pisado la faz de la tierra (con decirles que junto a él Hitler hasta me da ternurita).

Bueno, ya.

Si lo quieren contestar: Alejandra, Don Gato, Gina, Buba, El Dandy del Infierno.

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Tres preguntas tres

Como soy un copión de miércoles, del blog de Sylvíssima me robé la idea de pedirles a mis alumnos que me hicieran tres preguntas, las que quisieran. Se las he respondido poco a poco en cada clase.

Obviamente varias se repitieron (entre todas suman como cien), pero éstas son algunas de las más interesantes:

¿Para qué escribe?
¿Por qué enseña en la SOGEM?
¿Qué siente al escribir?
¿Qué siente al leer?
¿Cómo saber si tengo talento para la escritura?
¿Es esencial tener formación académica para ser escritor?
¿Es usted muy severo?
Si se diera la hipotética situación de vivir en un mundo sin lectores, ¿seguirías escribiendo?
¿Te gusta Jules et Jim?
¿Cuánto disfruta su vida?
¿Alguna vez se desesperó tanto como para dejar un trabajo inconcluso?
¿Está casado?
¿Cuál es el mejor whisky?
¿Elizondo o Paz?
¿Qué es lo que más le conmueve de la vida?
¿Puede ayudarme a revisar una novela que estoy escribiendo?

Estas fueron las más extrañas y enigmáticas:

¿Cuántas horas del día se sentaba en la Biblioteca Central?
¿Ha visto el mosaico de la misma en estados alterados de la mente?

Y la más contundente:

No tengo preguntas que hacerle.

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Cuento y reseña en la Revista de la Universidad de México

El Vega en relatosfantasticos.com

Rosa Estrada decidió subir un relato de este tundeteclas, aparecido originalmente en ficticia.com, en su web relatosfantasticos.com

Pueden votar por él y toda la cosa: se llama "El tercer aullido"

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Pasquín

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Esta es la estatua de Pasquino

La palabra del día es un servicio digital donde cada semana te llega por correo electrónico la etimología de una palabra. Hoy llegó la de "pasquín":

"El gladiador romano Pasquino era uno de los ídolos del pueblo que presenciaba las lides del Coliseo. Muchos de sus rivales cayeron para siempre bajo la estocadas de su puñal certero y la furia de sus armas invencibles, pero se trataba de una gloria efímera que no debería resistir el paso de unos pocos años después de su muerte, de modo que el gladiador seguramente jamás llegó a soñar que su nombre perduraría a través de milenios y civilizaciones."

"Ocurrió, sin embargo, que a la muerte de Pasquino, el gobierno imperial erigió una estatua en su homenaje, estatua que ciertamente habría quedado olvidada en poco tiempo de no haber mediado una circunstancia inesperada. En efecto, por alguna razón que no llegó hasta nosotros, por aquella época se hizo costumbre en fijar libelos o escritos satíricos en el pedestal de la estatua de Pasquino."

"Con el paso de los años, el nombre de nuestro implacable gladiador se convirtió, en italiano, en sinónimo de las sátiras al poder establecido y los escritos de contestatarios. Con el desarrollo de la prensa en la época contemporánea, la palabra italiana pasquino, que llegó al español como pasquín, pasó a designar a los diarios sensacionalistas y, generalmente, calumniosos."

Sin embargo, esa "razón que no llegó hasta nosotros", sí llegó. Leo en el blog del periodista Juan Granados:

"Es fama que el panfleto moderno nació en Roma cuando la primavera venía ya bien entrada en el año de gracia de 1501. En toda Italia crecía día a día el clamor contra los Borgia por su antinatural alianza con Francia. Ni siquiera el cardenal Caraffa se escondía ya. Las malas lenguas aseguraban que los epigramas contra el Papa y su gonfaloniero e hijo, César, que aparecían pegados a cada poco sobre una mutilada escultura burlesca que pronto el pueblo bautizó como “el Pasquino”, eran obra del prelado."

"Aquella bírria de estatua había sido colocada muy oportunamente, puede que con aquel fin, en las cercanías de lo que fuera una vez el Circo Máximo, donde ahora la plebe de Roma, también los soldados del Papa, solía buscar acomodo para el estómago y vino para arreglo del espíritu. Desde entonces se llamó “pasquín” a esa suerte de literatura breve, burlesca y corrosiva destinada a denostar a los poderosos o a sus oponentes."

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viernes, enero 26, 2007

Poliamor

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En una lista de correo, una colega escritora pidió ayuda para entrevistar a mujeres que fueran o hubieran sido infieles a su pareja. La petición detonó una intensa polémica sobre el sentido de la fidelidad, si es una condición natural del ser humano, si tienden más hacia ella los hombres o las mujeres, etcétera.

La verdad es que yo admiro a las personas que pueden sostener relaciones amorosas con más de una persona, ya que si de por sí es difícil hacerlo con una (por lo menos para mí), imagínense lo que será con dos, o tres, o cuatro.

La cuestión es que culturalmente se nos inculca la idea de la relación de pareja monogámica, exclusivista, como la forma de garantizar la continuidad de la institución familiar.

Pero yo he sabido de hombres (sobre todo de generaciones anteriores) que sostenían a varias familias. Hubo incluso uno que tenía hijos con varias mujeres y a los mayores les puso el mismo nombre que él. Cuando murió, los medios hermanos se conocieron y encontraron que se llamaban igual (claro, son diferente apellido materno).

Hay una novela de Héctor Aguilar Camín que se llama Las mujeres de Adriano, que cuenta la historia de un hombre, un maestro universitario muy destacado, que durante cierto periodo de su vida mantuvo relaciones amorosas con cinco mujeres al mismo tiempo. La novela está armada a partir de los testimonios de las mujeres, quienes se conocieron una vez que Adriano hubo fallecido, y se reunieron para platicar y tratar de descifrar la compleja personalidad de este hombre que necesitó cinco mujeres para sentirse realizado.

Sin embargo, en la actualidad es igual de disolvente social el que tiene muchas relaciones al mismo tiempo, como el que decide no tener ninguna y vivir solo. Sobre todo en esta época, son cada vezs más los treintones y cuarentones que han decidido vivir solos y no establecer ningún tipo de relación duradera, y no precisamente porque no consigan con quién, sino simple y sencillamente porque no se les antoja tener una pareja, muchos menos dos o tres.

Como parte de la polémica, uno de los colisteros nos convidó un enlace sobre el poliamor o poliamoría, que significa "tener más de una relación intima, simultánea, amorosa, sexual (no necesariamente), duraderas, con el pleno consentimiento y conocimiento de todos los amores involucrados". Es decir, no se trata de "poner el cuerno" sino de mantener relaciones amorosas con varias personas al mismo tiempo y que estas personas lo sepan. Además, estas relaciones no son excluyentes, sino que pueden ser heterosexuales, homosexuales o bisexuales.

La verdad no creo que culturalmente en nuestro país (y en los países de la cultura occidental) estemos áun preparados para una revolución de esta magnitud en las relaciones amorosas, pero es bueno saber que en algo se está avanzando.

Si quieres saber más sobre el poliamor, visita esta página.

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miércoles, enero 24, 2007

Despatrados

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El suertudote del Marlboro Bichir, como Pancho Villa...

El dramaturgo Hugo Argüelles afirmaba que el verdadero drama del mexicano era la ausencia del padre; es decir, que somos un país de “despatrados”, más que de desmadrados.

Aunque en las familias esté físicamente presente el padre, generalmente está ausente, pues la mayoría de los mexicanos sienten que han fracasado en la vida: tienen trabajos que odian, son sobajados y humillados por el jefe, el gobierno y sus mismas esposas, y por lo mismo han perdido el respeto por sí mismos y el de su familia. Los medios de comunicación se encargan todos los días de recordarles que son unos “don nadie”, ya que no son jefes de nada, no tienen una casota, ni un carrote ni una viejorrona buenísima siempre sexualmente dispuesta. La esposa y los hijos los ofenden y humillan. El padre, entonces, se refugia en algún vicio, generalmente el alcoholismo, y se convierte en un fantasma. Está ahí, pero a nadie le importa.

Sin embargo, hay padres que, a pesar de saberse fracasados en lo más hondo de su ser, mantienen un reino de terror en sus hogares a través de la violencia física, emotiva y simbólica. Ya que no pueden hacerse respetar, por lo menos logran hacerse temer. Igualito que el actual gobierno.

Y finalmente está el padre ausente, aquél que desaparece, que huye de sus responsabilidades y le deja todo el paquete a la madre.

Los hijos, a pesar de que la madre no se los infunda concientemente, de todos modos crecen con una relación de amor-odio hacia el padre que los rechazó (pero al que también añoran), o hacia ese padre que no se da a respetar, que soporta las humillaciones de la esposa, del patrón o de las autoridades, pero que en lugar de enfrentarlas huye y se refugia en la cantina, donde se siente el rey por unos momentos.

Entonces, la mexicana es, paradójicamente, una sociedad matriarcal que reproduce un patriarcado mutilado e impotente, donde el poder se ejerce sólo mediante la violencia, ya que no puede ejercerse a través de la autoridad que proporciona el ejemplo y el respeto.

Si en el cine (y el arte en general) de un país se refleja la psique de esa sociedad nacional, no es raro que sea recurrente el drama del mexicano despatrado, en películas como Amores perros, y ahora Fuera del cielo.

Hay que recordar (ahora que está tan de moda colgarse el milagrito del “triunfo de los mexicanos en Hollywood”) que la primera película de la dupla Arriaga-González Iñárritu es precisamente un tríptico sobre el padre: el ausente (los hermanos), el que abandona (el que se va con la modelo que queda coja) y el que quiere regresar (El Chivo). La película de Javier Patrón se regodea en lo mismo, con dos historias paterno-filiales, frágilmente conectadas, pero de gran fuerza dramática y visual, sobre todo por el gran trabajo de los actores y la cuidada puesta en escena.

El Marlboro (un Demián Bichir contenido que logra expresar el drama interno del personaje sin abrir casi la boca) es un ratero que sale de la cárcel después de cinco años. Regresa al barrio, donde es una leyenda por su fama de cabrón y ojete, a encontrarse con que nada ha cambiado, salvo que su mujer (Dolores Heredia) vive ahora con el judicial que lo entambó (Damián Alcázar). Esta mujer tiene una hija (Martha Higareda) que está en la edad de la punzada y sobre la que el Marlboro ejerce una enfermiza fascinación (quiere que se la coja, pues).

El Marlboro tiene un hermano menor, el Cucú (Antonio Hernández), que supuestamente lo traicionó y por eso lo entambaron, y un tío, Jesús (Rafael Inclán), un ex boxeador borrachín, cuya única gloria es haber noqueado a Pipino Cuevas cuando todavía no era campeón. El tío Jesús crió al par de hermanos, porque el padre los abandonó y la madre (una soberbia Isela Vega que en cinco minutos se roba la película), hoy una vieja decrépita y drogadicta, era una puta que se los regaló al tío. También está la historia del senador priísta (Ricardo Blume), con una hija que se va a morir de cáncer, pero cuya madre siempre la ha rechazado. El Cucú, que tiene como novia a una teibolera (Elizabeth Cervantes), le roba el bolso a la hija y al senador le quitan el carro y lo meten a la cajuela, nomás de cabrones, para luego irlo a tirar a un basurero.

No se las cuento toda para que la vayan a ver, pero espero que con estos elementos ya se hayan dado cuenta de hacia dónde va la cosa con esta película, que tiene momentos de una oscura intensidad y belleza.

Y sí, al final también uno tiene ganas de saltar al vacío desde el segundo piso del Periférico, nomás para escapar de esta pinche realidad mexicana tan culera.

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martes, enero 23, 2007

El maestro Ricardo

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Con la muerte de Ryszard Kapuscinski se acaba toda una época: la del periodista heróico, de compromiso social, humano, y de talento literario superior, no un simple redactor, sino un artista cuya materia prima era la noticia.

Lamentablemente, yo no veo en el horizonte inmediato alguien que siquiera se le acerque (desde luego en México ni siquiera hay que pensar).

En 2001 vino a México a un seminario con periodistas. En La Jornada reprodujeron algunas de sus reflexiones sobre el oficio periodístico. Ahí dijo algo que yo ya había leído mucho tiempo antes acerca del uso de la grabadora y que desde entonces he aplicado cada vez que hago algún reportaje o entrevista:

"(La grabadora) es un instrumento que requiere mucho cuidado. Frente a la grabadora la gente del pueblo trata de hablar de una manera muy oficial, no es un lenguaje natural. Prácticamente perdemos contacto con este ser natural.

Cuando un periodista usa demasiado la grabadora no se concentra en lo que el otro dice. Cuando se desgraba resulta que 90% es basura. Escuchando, selecciona las cosas más importantes. Con la grabadora sentimos que no necesitamos este trabajo.

–Que no necesitamos cerebro– completa Gabriel García Márquez."

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Roald Dahl

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En sus extraordinarios relatos de infancia que llevan el título de Boy, Roald Dahl nos cuenta las peripecias de su vida hasta los 20 años, en el seno de una familia singular en una época singular. A los lectores actuales nos podrían parecer hasta increíbles muchas de las cosas que les sucedían a un chico de principios del siglo XX en Inglaterra. En algunos casos, son verdaderas historias de terror, como las frecuentes golpizas a varazos que les propinaban los maestros a los alumnos o la vez que el auto familiar chocó con un árbol y Roald se rebanó literalmente la nariz con el vidrio del parabrisas y se la volvieron a pegar.

Y entre todo eso está la felicidad de un niño que tuvo una madre que lo crió y lo amó y una familia numerosa y muy unida. Lamentablemente, el padre de Dahl, un próspero comerciante (que por cierto estaba manco), murió de pulmonía cuando el niño tenía siete años. Aún así, conservó recuerdos imborrables de él y nos revela algo sorprendente:

"Mi padre sustentaba una curiosa teoría en cuanto al modo de desarrollar el sentido de la belleza en las mentes de sus hijos. Cada vez que mi madre se quedaba embarazada, esperaba hasta los tres últimos meses de embarazo y entonces le anunciaba que debían comenzar los 'paseos esplendorosos'. Estos paseos esplendorosos consistían en llevarla a sitios de gran belleza de paisaje y pasear con ella por espacio de más o menos una hora cada día a fin de que absorbiese el esplendor del entorno. Su teoría era que si los ojos de una mujer encinta observaban constantemente la hermosura de la naturaleza, esta hermosura se transmitiría de alguna manera a la mente del hijo por nacer, y éste sería luego un amante de las cosas bellas. Tal fue el tratamiento que todos sus hijos recibieron antes de venir al mundo".

Me preguntó yo si esto explicará el atroz sentido de la belleza que padecen muchos compatriotas, sobre todo capitalinos, quienes desde el vientre materno se han visto expuestos a la dizque música grupera de los peseros y comercios ambulantes, a la espeluznante estética de las revistas de espectáculos, y al nulo sentido de la lógica de las telenovelas que miran absortas sus madres, amén de la contaminación visual y auditiva a la que todos estamos expuestos. ¿Será?

Los libros de Dahl son altamente recomendables, no sólo los dedicados al público infantil y juvenil, ampliamente conocidos y difundidos, sino también sus relatos para adultos, como los incluidos en Historias extraordinarias. Verdaderas cátedras sobre el arte de escribir cuentos de las que todos los que nos dedicamos a este oficio deberíamos aprender, sobre todo la economía de recursos pra lograr la máxima efectividad narrativa.

Sobre su trabajo como escritor, al final de Boy, reflexiona Dahl:

"La vida de un escritor es un verdadero infierno comparada con la de un empleado. El escritor tiene que obligarse a trabajar. Ha de establecer sus propios horarios y si no acude a sentarse a su mesa de trabajo no hay nadie que le amoneste. Si es autor de obras de ficción, vive en un mundo de temores. Cada nuevo día exige ideas nuevas, y jamás puede estar seguro de que se le vayan a ocurrir. Dos horas de trabajo dejan al autor de ficción absolutamente exhausto. Durante esas dos horas ha estado a leguas de distancia, ha sido otra persona, en un lugar distinto, con gente totalmente distinta, y el esfuerzo de volver al entorno habitual es muy grande. Es casi una conmoción. El escritor sale de su cuarto de trabajo como aturdido. Le apetece un trago. Lo necesita. Es un hecho que casi todos los autores de ficción beben más whisky del que les conviene para su salud. Lo hacen para darse fe, esperanza y ánimo. Es un insensato el que se empeña en ser escritor. Su única compensación es la libertad absoluta. No tiene quien le mande, salvo su propio espíritu, y eso, estoy seguro, es lo que le tienta."

Aquí hay una buena introducción a su vida y obra en la revista Imaginaria.

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jueves, enero 18, 2007

Nunca aceptes un no por respuesta

En su libro Suspense, Patricia Highsmith dice que no hay que desesperarse cuando uno recibe dos o tres notas de rechazo por parte de los editores. Hay que hacerlo cuando ya llevas 20 ó 22 (como le pasó a ella).

Y aún así, no hay que tirar a la basura el texto, sino guardarlo en un cajón por un tiempo y mandar más, insistir e insistir, hasta que nos públiquen. Una vez que uno se vuelva famoso, ese mismo texto rechazado se lo van a pelear los editores y no le van a ponerle ni un pero.

Me acordé de esto, porque me llegó esta colección de desafortunados dictámenes de editores que no supieron o no quisieron reconocer el valor de una obra o de un autor y lo rechazaron, incluso en términos no muy diplomáticos que digamos. No sé que tan verídicos sean, pero no me extrañaría ni tantito que sí lo fueran, pues hasta al mejor cazador se le va la liebre.

Nomás hay que recordar el vergonzoso caso del mismísimo André Gide, que rechazó el primer tomo de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust. El competidor de Gallimard, Bernard Grasset, aceptó publicarlo, a costas del autor, y fue un éxito. Gastón Gallimard se pasó años convenciendo a Proust para que perdonara la pifia de Gide y se pasara a su lista de autores, lo que finalmente ocurrió, pero el malentendido entre los dos grandes escritores al parecer nunca se arregló.

Otro caso, más reciente, es el de la famosa y rica J.K. Rowling, que sufrió el rechazo de la friolera de 22 editoriales para publicar el primer tomo de la saga de Harry Potter. Una pequeña editorial decidió finalente publicarlo, pero con la condición de que la autora usara sus iniciales, en la portada ¡para no revelar que se trataba de una mujer!, ya que según ellos el mercado infantil y juvenil era muy suceptible al género sexual de los autores (¿?).

Desde luego, esa pequeña editorial ahora es un emporio gracias a la Rowling y los editores que la rechazaron deben estar ya calvos de tanto arrancarse los pelos cada vez que ven las cifras estratósfericas de las ventas de esta autora, que es por cierto la única escritora que figura en la lista de Forbes 500, es decir, entre las 500 personas más ricas del mundo (el otro escritor que figura en dicho listado es Stephen King, que durante años fue el único literato incluido).

¿Qué hubiera pasado si los autores se desaniman por la opinión errada de algún editor descuidado, incompetente o cobarde? Desde luego, no gozaríamos de esas obras y el mundo sería un poco peor de lo que ya está.

Estos son los dictámenes:

"Lamentamos decirle que nos oponemos a publicar Moby Dick ya que no lo consideramos apropiado para el mercado juvenil. Es muy largo, algo anticuado y en nuestra opinión no merece la reputación que parece disfrutar usted con sus otros libros".
Editor a Herman Melville.

"No sirve. Ni lo suficientemente larga para una serie, ni lo suficientemente corta para una sola historia".
Editor a Sir Arthur Conan Doyle cuando presentó Estudio en escarlata de Sherlock Holmes.

"Lo siento señor Kipling, pero usted simplemente no sabe emplear el idioma inglés".
Editor, en la nota donde rechazaba El libro de la selva.

"No es lo suficientemente interesante para un lector común ni lo suficientemente profunda para un lector científico".
Editor a H. G. Wells en la nota de rechazo a La máquina del tiempo.

"Por su propio bien, no publique este libro".
Editor a D. H. Lawrence, refiriéndose a El amante de Lady Chatterley.

"¡Dios mío! no puedo publicar este libro, nos meterían a ambos a la cárcel".
Editor a William Faulkner después de leer el manuscrito de Santuario.

"No está usted dotado para escribir, harìa mejor en dedicarse a otra cosa".
Editor a Gabriel García Márquez en la nota de rechazo de La hojarasca.

"Esta historia debería ser, y quizá debería haber sido contada por un psicoanalista; y en cambio ha sido transformada en una novela que contiene pasajes maravillosos, pero es abrumadoramente nauseabunda incluso para un freudiano iluminado. Para el público sería repugnante. Es una representación perversa en todos los sentidos. Me perturba que el escritor pretenda publicarla. Sugiero que la entierre bajo una piedra durante mil años".
Editor refiriéndose a Lolita de Vladimir Nabokov.

"¡Vaya basura! El autor de este libro rebasa toda ayuda psiquiátrica"
Editor refiriéndose a Crash de J. G. Ballard.

"Su manuscrito es bueno y original; pero la parte que es buena no es original, y la parte que es original no es buena"
Editor a Patricia Highsmith después de leer La celda de cristal.

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Por qué el odio hacia AMLO

Tomado de El Sendero del Peje

Han pasado seis meses ya. En cada espacio al que acudo me encuentro a algún panista, afiliado militante, adherente o simpatizante, o ya cuando menos algún anti-AMLO. La plática propuesta de manera irremediable e inmediata es –no los entiendo- acerca de Andrés Manuel López Obrador y sus actos post-2 de julio. Que por qué tomó Reforma; qué por qué no se calla y deja de perder capital político; que de éste ya nada queda; que está entorpeciendo la buena marcha del país; que está loco y junto con él los que todavía lo seguimos; que ojalá nos lleve la chingada a todos juntos para bien de la nación.

He llegado a la conclusión de que quienes lo mantienen en alto, no somos quienes estamos con él sino sus detractores. Son ellos quienes lo mantienen vigente en las conversaciones.

Un día sostuve que tanto odio hacia el me parecían más bien amores despechados. En fin. Pero al día siguiente encuentro nuevamente panistas dispuestos a echar fuera sus contenidos rencores y parecen no encontrar paz en sus propios interiores.

Llego a otra conclusión: sus demonios internos no los dejan en paz. No es AMLO el causante total del infierno que los persigue a todos, empezando por Felipe Calderón y llegando hasta al más ignorado de sus simpatizantes o seguidores.

No, AMLO es sólo un ingrediente de ese explosivo coctel que llevan dentro. Y lo peor es que no lo saben, no han sabido atrapar bien a bien la causa de su rabia, de su frustración. La frustración de haber ganado. La vergüenza del triunfo.

Odian a AMLO porque no hizo lo que Cárdenas: sentarse a lamentarse de haber sido robado. Lo odian porque no les ha permitido celebrar un éxito que reconocen inmerecido, inexistente y, peor aún, desnudado.

Pero odian más a Felipe Calderón Hinojosa y a su equipo que no fue lo suficientemente hábil para hacer una trampa lo bastante inteligente y pulcra que no dejara dudas ni entre los mexicanos ni entre el resto de las naciones. Una trampa que fuera suficiente para garantizar la cohesión de México. Una trampa que ellos mismos pudieran creer, digerir, asumir, presumir. Odian más a Felipe Calderón y no se dan cuenta, porque por culpa de su torpeza no han podido borrarse del rostro, de la piel, una vergüenza que les aflora al tocar el tema y buscan en los seguidores de Andrés Manuel el blanco que creen perfecto para culpar a otros de su propio triunfo. Nunca en ningún lado tantos se han avergonzado tanto de haber ganado.

Eso es lo que realmente nos dividió. Un triunfo pírrico. Un triunfo con sabor a vergüenza que los persigue a diario y –a semejanza de las mentadas de la infancia- cada vez que respiran.

Andrés Manuel viene haciendo lo lógico, decente y congruente: proponer, plantear alternativas, ser vigilante del ladrón, convertirse en contrapeso efectivo al estilo de las democracias avanzadas del mundo.

A los tramposos no los ha desnudado López Obrador, se han desnudado solos ante los ojos del país y los viene desnudando Felipe Calderón, en cada spot televisivo, en cada mención radiofónica, en cada desplegado de prensa. A diario y a cada minuto Felipe Calderón les recuerda la vergonzosa forma en que le arrebataron al país la esperanza y el derecho a una democracia que hoy se advierte, al igual que la justicia, esquiva y distante.

Y entonces surge el rencor, el odio, el encono. Y se agiganta con cada minuto que pasa y en medio de la confusión, generada por los medios bajo control del Estado, al verdadero causante de su vergüenza. A quien les dejó el amargo sabor de la insatisfacción, de un deber no solamente no cumplido sino traicionado.

Me pregunté mucho y muchas veces lo mismo: ¿si los enojados deber ser los despojados, por qué son los ladrones quienes no hallan la paz? ¿Por qué se enfurecen al grado de transformar sus rostros? ¿Por qué tanta ira no contenida al hablar del perdedor si son los ganadores?

Creo haber encontrado una de las respuestas: en el fondo de sus seres aún albergan algo de vergüenza que se rebela. Y en esa rebelión odian y ese odio no encuentra, entre tantos fantasmas que los persiguen, al causante real de su desesperación. Y el causante es, como en la mejor trama detectivesca, el menos sospechoso: un triunfo que les avergüenza; un triunfo que les quita el sueño; un triunfo que saben no merecen.

Nunca en la historia del país tantos dedicaron tanto a pretender sepultar a un derrotado.

Será que saben que nunca lo vencieron.

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lunes, enero 15, 2007

Cinco años de Paso de Gato

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El dramaturgo Jaime Chabaud, director de la revista

La publicación está considerada entre las mejores de la especialidad en la región

Cumple Paso de gato su primer lustro de impulsar el teatro en Iberoamérica

Nos preocupa el menosprecio de Felipe Calderón hacia el arte, afirma Jaime Chabaud

por Carlos Paul

Tomado de La Jornada

Considerada hoy día como una de las cuatro mejores revistas dedicadas al arte teatral en Iberoamérica, Paso de gato celebra su primer lustro de recorrer la legua.

"Han sido cinco muy largos años de posicionar la publicación en el imaginario de un gremio difícil de convencer", apuntó Jaime Chabaud, director fundador de la revista.

Para el también dramaturgo, el haber experimentado un cambio sexenal ha sido una prueba de fuego para la revista, considerando la situación económica y cultural por la que atraviesa el país.

"Nos preocupa el desinterés y menosprecio que Felipe Calderón ha demostrado por la ciencia, la educación y la cultura a tan sólo a unos días de haber tomado posesión del cargo de Presidente de la República. Calderón no pudo esperar un segundo para mandar un mensaje claro a la nación: los que no estuvieron conmigo que se chinguen. Por ello, el castigo presupuestario ha sido contra la inteligencia mexicana, cuyos miembros, en su mayoría, votaron por la izquierda."

Para las páginas de Paso de gato han escrito "cerca de 800 creadores" del gremio teatral y cultural de México y el mundo. "Se ha entrevistado a premios Nobel y diversos teatristas de España, Argentina, Brasil, Colombia, Venezuela, Inglaterra, Francia, Alemania, República Checa, Chile, Bulgaria, Italia, Uruguay, Canadá, Estados Unidos, Ruanda y Suecia han escrito ex profeso para la revista artículos paradigmáticos".

Se nos considera, destacó Chabaud, orgulloso, "una de las cuatro mejores revistas de teatro de Iberoamérica". Es por ello, que cree que "el esfuerzo no ha sido en vano".

Como parte de la celebración, en su número más reciente (28, enero-marzo 2007), Paso de gato hace un homenaje a Luis de Tavira, uno de los creadores escénicos más importantes del país, que en 2006 fue distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes.

Dedica su dossier a la traducción teatral, coordinado por Alfredo Michel, con textos de David Olguín, Juan Tovar, Claude Marigny, Sonia Bravo y Carla Maitenni, entre otros, además de una entrevista con Françoise Thanás, realizada por Chabaud.

En su sección Abreboca, Guillermo Vega Zaragoza "hace un interesante recorrido por una de las facetas poco conocidas de la escritora y dramaturga Elena Garro".

Se publica la obra Crack o de las cosas sin nombre, de Edgar Chías y el director del Centro Nacional de Inivestigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli, Rodolfo Obregón, presenta un informe de su gestión.

Entre sus ya conocidas espacios de Libros, Técnica teatral y Niños, la sección Escena Internacional abre un espacio de crítica de teatro que se hace en Nueva York.

En este número igual se lanza la tercera convocatoria del Premio de Ensayo Teatral 2007 y aparece dos nuevas secciones: Espacio editorial de la comunidad iberoamericana y El gato clasificado, en la que los creadores podrán ofrecer sus servicios.

Paso de gato ha sido distinguida con el Premio Nacional de Periodismo 2005 y con el Premio Antonieta Rivas Mercado ANCT 2006.

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Adiós al Doctor X

Apenas se anda uno recuperando de la pena de la pérdida de dos grandes maestros como Arrigo Coen y Alejandro Céssar Rendón, cuando me vengo a enterar de la muerte de un joven amigo, colega escritor y periodista: Luis Martignon, conocido en las lides underground como el Doctor X.

En su blog, Alfonso Morcillo da la noticia y me entristece mucho enterarme de la muerte de Luis, ya que era un hombre joven y de gran talento. Vivía con pasión el oficio de periodista y aspiraba a escribir obras literarias de gran alcance. Incursionó en la poesía y el cuento, pero era un maestro de la crónica urbana, la entrevista y el reportaje. Colaboró en cuanta publicación undergroundd hubiera y a veces aparecían sus textos en revistas establecidas, aunque yo sé que no se sentía a gusto en ellas, pues siempre fue un irreverente y provocador.

Lo conocí por pura casualidad a través de Internet, por una onda relacionada con Joaquín Sabina, cuya música nos gustaba mucho a los dos. Él sí lo llegó a conocer en persona y hasta se echaron unos tequilas juntos, según me contó. Lo idolatraba y seguía sus presentaciones cada vez que el flaco se arrimaba por estas tierras.

Varias veces departimos Luis y yo en antros del centro de la ciudad, que era su habitat natural. Adoraba, como yo, a Charles Bukowski y a Ricardo Garibay. Incluso llegó a asistir a uno de mis cursos, cuando él bien lo podía haber impartido, ya que era un lector voraz y heterodoxo.

De hecho, por Luis empecé mi primer blog, ya que él fue pionero de en ese entonces nuevo medio. Luis escribía en su perixcopio con largas intermitencias, pero siempre que lo hacía se mostraba tal cual era, sin medias tintas, llamando a las cosas como eran, declarando su amor y su odio a la ciudad y a las mujeres, que fueron sus grandes pasiones y que tanto lo hicieron sufrir y gozar.

Por su forma heroica de vivir y de beber, uno hubiera esperado que a lo mejor si muriera joven, pero no de forma tan inútil y estúpida (no por él sino por el causante de su muerte) como un atropellamiento. Pero así es a veces de absurda la vida.

Descanse en paz, Luis Martignon, el Doctor X.

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El bufar del eunuco

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"Y hay la primera ley, creador: crear. Bufe el eunuco. Cuando una musa le dé un hijo, queden las otras ocho en cinta".

Rubén Darío.
Prosas profanas y otros poemas, 1896-1901.

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domingo, enero 14, 2007

Ayuda solidaria

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Alguno de los cinco lectores de este remedo de blog me podría orientar acerca de lo siguiente:

¿Dónde puedo conseguir (comprada, prestada o robada) una CAMISA DE FUERZA?

No, no es broma.

Necesito una para disfrazarme de Hannibal Lecter (con máscara y transportado en diablito y toda la cosa), pero no consigo la méndiga camisa de fuerza.

Si tienen alguna que ya no usen o ya nos les quede (jejeje).

Se agradecerá cualquier aportación en los comentariios.

Gracias anticipadas.

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sábado, enero 13, 2007

Los escritores de México de nuevo de luto por la muerte de Alejandro Céssar Rendón

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El mismo día que el filólogo Arrigo Coen, con apenas horas de diferencia, falleció a los 70 años de edad el escritor y maestro Alejandro Céssar Rendón, fundador, profesor y ex director de la Escuela de Escritores de la SOGEM. Para la comunidad de escritores de México la desaparición de ambos colegas representa un duro golpe, del que difícilmente nos repondremos.

Este año la escuela cumple 20 años de haber sido creada a iniciativa del maestro Rendón, quien en 1987 diseñó y presentó a la SOGEM el proyecto de una escuela integral para escritores. El entonces presidente de la sociedad, José María Fernández Unsaín, se entusiasmó con la idea, inédita en el país, y desde entonces la institución ha formado más de medio millar de creadores en todos los géneros, muchos de los cuales han ganado más de 250 premios literarios nacionales e internacionales. Fue director de la Escuela de 1986 a1998 y la próxima semana iniciaría un nuevo curso de guionismo con los alumnos de primer ingreso.


Nacido en el Distrito Federal el 24 de abril de 1936, Alejandro Céssar Rendón estudió la licenciatura de Arte Dramático en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y la licenciatura en Ciencias Humanas por la Universidad del Claustro de Sor Juana. Formó parte de los fundadores del Nuevo Teatro Universitario y se convirtió en un constante renovador de la escena en México, en la que participó como actor, director, autor, productor, adaptador, diseñador y realizador de escenografías y vestuarios, maquillista y hasta vendedor de boletos. Viajó por toda la República con el Teatro Popular del INBA y fundó en Zacatecas la Escuela de Teatro del entonces Instituto de Ciencias de Zacatecas (hoy Universidad Autónoma).


A su vuelta a México, se dedicó a la realización de programas de radio y televisión en emisoras culturales y educativas. En el Canal 11 se desempeñó durante 18 años como escritor y director de escena. En radio se ha desempeñado como guionista, productor, jefe de producción y programación, coguionista de la radionovela “Cántaro de canto, Eloísa” y guionista en la serie “Matices del vitral”, así como de diversos programas unitarios.


Desde 1960 ejerció la docencia en diversas instituciones públicas y privadas de educación superior, donde varias generaciones de actores aprovecharon sus enseñanzas. Impartió materias tales como Historia del Teatro, Historia del Teatro Universal, Historia del Teatro Mexicano, Análisis del Teatro Contemporáneo, Técnica Teatral, Actuación, Dirección de Escena, Guionismo, Guionismo Televisivo, Literatura de los Siglos de Oro, Problemas del Arte Contemporáneo, Narrativa Infantil, Fenomenología de la Gastronomía, y Literatura y Gastronomía.


Fue coordinador del Subsistema de guionismo del Centro Universitario de Ciencias Humanas del Claustro de Sor Juana, Subdirector académico del Instituto Andrés Soler de la ANDA. Se desempeñó como segundo asistente de producción del director Federico Fellini en la película “Roma”, y como asesor de costumbres mexicanas de Sergio Leone en “C’era una volta la Rivoluzione” (traducida como “Héroes de Mesa de Verde”).


Como guionista de televisión realizó 100 programas de las series “Al final del siglo XX” y “Miniteatro” para Canal 13.Fue jefe del departamento de escritores, redactor, guionista, investigador y director de escena de múltiples programas televisivos de corte teatral y cultural, como “Teatro en Atril”.


Recibió el premio al Mejor Documental en 1974 y fue nominado al premio de la AMPRYT por “El mejor programa cultural de la televisión”, “Mejor escritor de la Televisión” y “Mejor teleteatro”. Recibió el premio al “Mejor Teleteatro de difusión política” en el Festival Mundial de TV en Sofía, Bulgaria.


Fue guionista del espectáculo de “El lago de los cisnes” de la isleta del Lago de Chapultepec, así como de espectáculos masivos sobre distintos episodios y personajes de la historia de México en el Museo de la Ciudad, el Zócalo, Palacio Nacional, Monumento a la Revolución, Plaza de Santo Domingo, Plaza de la Santa Veracruz, Nuevo Colegio Militar, Plaza de Armas de Zacatecas y Auditorio Nacional.


Participó como jurado de múltiples concursos de teatro, cuento y poesía nacionales e internacionales y colaborador de diversos diarios, revistas, suplementos y publicaciones culturales. Entre sus publicaciones se cuentan “Pastorela de dos mundos”, “La botella”, “Xiuhcóatl”, “Las Plazas”, “¡Güera!”, “Lázaro: el perdón” y “Dramatis personae”. Entre sus obras teatrales estrenadas destacan “Un desnivel en el piso”, “Marisa”, “El hombre que estaba vacío”, “La sorpresa”, “Los tuzos”, “El cisne negro”, “Sucede en las mejores familias”, “Oro para una rosa”, “Tarifa hambre”, entre muchas otras.

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viernes, enero 12, 2007

En memoria de Arrigo Coen

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Me había prometido a mí mismo que desterraría las necrológicas de este blog, pero la triste noticia del deceso del gran maestro Arrigo Coen me hace mandar esa intención al carajo.

Don Arrigo Coen Anitúa, fallecido la madrugada del viernes 12 de enero a los 93 años de edad, fue uno de los más grandes filólogos de habla hispana. Sus conocimientos sobre nuestro idioma rebasaban con mucho los límites de la simple erudición. Conocía como nadie los vericuetos de nuestra lengua y, lo más importante, los transmitía generosamente a través de sus artículos, clases y apariciones en radio y televisión, con sencillez, amenidad, inteligencia y mucho sentido del humor.

Nació en Pavía, Italia, el 10 de mayo de 1913. Su madre fue la célebre cantante de ópera Fanny Anitúa, considerada una de las mejores mezzosopranos de la historia musical. Debido a los constantes viajes de su familia, Arrigo llegó a México hasta 1921, donde estudió en colegios franceses. En 1940 se naturalizó mexicano y cursó la carrera de perito bancario, aunque su verdadera pasión siempre fue el estudio del idioma, cuyos secretos desentrañó de manera autodidacta.

Trabajó en diversas agencias de publicidad y colaboró en la versión latinoamericana de la Encyclopaedia Británica. Fue funcionario de la Secretaría de Educación Pública y director del Centro de Consulta de la Comisión para la Defensa del Idioma Español. Catedrático de filología, español superior y semántica, fue miembro de la Societé Internationale de Philologie et Linguistique Romanes.

Por las generaciones recientes fue conocido gracias a su programa sabatino en Radio Monitor, “Redención de significados”, que duró más de 14 años al aire, pero hace más de dos décadas participó en el programa “Sopa de Letras”, que formaba parte de la barra de “Sábados con Saldaña” y que transmitía el Canal 13.

Cada sábado, a la una o dos de la tarde, aparecía en las pantallas una pléyade de eruditos para responder a las preguntas del público acerca del idioma o de temas de cultura general. Entre ellos, además de don Arrigo, estaba Felipe San José, quien por cierto escribía o escribe la sección “Enriquezca su vocabulario” del famoso Selecciones del Reader’s Digest. Felipe y Arrigo formaban la dupla de sabios lingüistas del programa y con frecuencia protagonizaban sabrosos debates sobre la etimología de determinaba palabra. Era toda una delicia escucharlos y aprender de ellos. Lástima que todo eso nada más sea un recuerdo, porque en la televisión comercial la inteligencia parece estar definitivamente desterrada.

En la emisión también aparecía don Pancho Liguori, el famoso epigramista igualmente fallecido, y Willy de Winter, sorprendente palindromista, además de Mario Méndez Acosta, periodista e investigador escéptico, que buscaba desenmascarar las paparruchas de ufólogos, espiritistas y demás timadores.

El próximo miércoles iniciaría un nuevo curso en la Escuela de Escritores de SOGEM, de la que fue docente durante muchos años. Aquejado por varios padecimientos, tenía que apoyarse en andadera para remontar los empinados escalones para llegar al salón. En cierta ocasión, un alumno, al verlo subir lenta y dificultosamente, trató de ayudarlo, pero don Arrigo con recia cortesía le dijo: “¿Acaso yo le pedí que me ayudara? Si no le piden ayuda, no tiene por qué darla”. Nunca aceptó que se le tuviera alguna conmiseración por su edad o su condición física. Siempre se condujo con gran dignidad y energía.

Sus clases eran una delicia, a pesar de que a veces tenía dificultades para hablar y escuchar. Por eso pedía a sus alumnos que se acercaran al frente y hablaran con voz fuerte. Lamentablemente sus libros, como El lenguaje que usted habla y Para saber lo que se dice I y II están agotados desde hace mucho tiempo y son inconseguibles, incluso en las librerías de viejo, pero él prestaba sus ajados y únicos ejemplares a los alumnos para que los fotocopiaran. Ojalá algún editor inteligente los vuelva a publicar. Siempre serán una herramienta utilísima para todo aquel que quiera expresarse con propiedad de manera hablada o escrita.

Además de los conocimientos idiomáticos, don Arrigo marcó con sus enseñanzas de vida a quienes tuvieron la fortuna de conocerlo. Solía decir que lo importante de la vida es el equilibrio, que se pueden tener excesos, pero que hay que saber compensarlos poniendo límites en otras cosas, y que lo difícil es saber en qué hay que medirse, porque el hombre tiende siempre al exceso sin pensar en las consecuencias.

Don Arrigo se mantuvo lúcido siempre y nunca dejaba de ejercitar su mente y su alegría de vivir. Fue un gran amante de las mujeres, de la buena comida y del buen vino, de la amistad, pero sobre todo del idioma, de la literatura y del arte.

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lunes, enero 08, 2007

Hey Bulldog

John Lennon decía que esta canción era "un disco que sonaba bien, pero que no significaba nada".

No importa. La letra sigue siendo sugerente, aunque no haya querido significar algo.

Por ejemplo, esto:

"Cierto tipo de inocencia se mide en años.
No sabes lo que se siente escuchar tus miedos.
Puedes hablar conmigo.
Puedes hablar conmigo.
Puedes hablar conmigo.
Si estás sola puedes hablar conmigo".

La música es genial. Y lo mejor es el video, que yo no conocía y que descubrí en ese verdadero aleph que es youtube.com:



Disfrútenlo en lo que yo pongo un poquito de orden en todo este desmadre que es mi vida y luego vengo y les platico ya con más calmita.

Por cierto: feliz año. 2007 es el primer año del resto de mi vida.

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