miércoles, octubre 29, 2008

Ultima función de "Los amorosos y viceversa"

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De: Grupo Teatral Arethé
Asunto: ULTIMA FUNCION "LOS AMOROSOS Y VICEVERSA"
Fecha: domingo, 26 octubre, 2008, 8:11 pm

Antes que nada, un gran agradecimiento a todo TODO el público que nos acompañó a lo largo de esta temporada de este primer espectáculo de teatro cine y poesía... Los que no han podido ir... esta es la última llamada ULTIMA LLAMADA... nuestra última función de LOS AMOROSOS Y VICEVERSA será el
8 DE NOVIEMBRE de 2008
19 horas

DONCELES 66
Donceles #66 entre Rep. de Chile y Palma
detrás del metro Allende
estacionamiento mas cercano en Belisario Dominguez y Rep. de Chile.

COOPERACION VOLUNTARIA
LOS QUE YA FUERON PUES OJALA PUEDAN AYUDARNOS A DESPEDIR ESTA HERMOSA EXPERIENCIA... CON QUE FESTEJAMOS QUINCE AÑOS DE TRAYECTORIA.
Gracias de nuevo, ´
Andrés Castuera.Micher
Director y Dramaturgo del Grupo Teatral Arethé

jueves, octubre 16, 2008

Lo que me gusta y no me gusta

Pues Alea Reygo me había pasado este meme desde hace un rato y, por razones obvias, no había podido responder, pero ahora lo hago.

Se dice que debo:

1.- Poner las reglas en tu blog.
2.- Compartir seis cosas que me gusten y seis que no me gusten.
3.- Elegir seis personas al final y poner los enlaces a sus blogs.
4.- Avisar a estas personas dejando un comentario en sus blogs.

Me gusta:

1) Conocer personas. Me gusta platicar con las personas y saber qué hacen, a qué se dedican, cómo piensan, cómo ha sido su vida. Claro, no con todas, pero sí con las que me parecen interesantes. Creo que soy un buen escuchador y conversador.

2) Estar solo. Es paradójico con lo del punto 1, pero así es. Me gusta la soledad. Me gusta apartar momentos para mí, para estar solo. Cuando he tenido que convivir con personas durante varios días (vacaciones o fines de semana, por ejemplo), sin poder aislarme un poco para estar a solas, me pongo de malas. Creo que es porque me caigo bien a mí mismo. A veces creo que la gente que no soporta estar sola, que en cuanto tiene un momento de soledad e inmediatamente levanta el teléfono y le habla a alguien para platicar, es alguien que no sabe estar a solas consigo mismo, porque no se cae bien, porque no se gusta, y necesita estar con alguien más, para no pensar en sí mismo.

3) La compañía de las mujeres, más que la de los hombres. Quizá porque crecí entre cuatro hermanos, con la única presencia femenina de mi madre. Me gusta platicar y convivir con mujeres. Mis mejores amigas son mujeres, y creo que sólo tengo un puñado de mejores amigos hombres. Con las mujeres te puedes sincerar y hasta chillar sin que te critiquen ni te juzguen. En cambio, con los hombres siempre tienes que andar aparentando que eres un chingón y que todas las cosas del mundo te la pelan, aunque no sea cierto. Entre hombres no se puede mostrar debilidad. Además, siempre será mejor admirar la belleza femenina que estar en medio de primates superiores hablando de futbol o de política.

4) La música. No puedo concebir el mundo sin música. Todos los momentos de mi vida, los trascendentales e intrascendentes, están marcados por la música que estaba escuchando en esa época. Toda mi vida tiene su propio soundtrack. Me gusta descubrir nuevos artistas y nuevos sonidos. En mi adolescencia era un headbanger y cualquier cosa fuera de Judas Priest lo consideraba basura, pero llegó Madonna y fue mi placer culpable durante mucho tiempo hasta que acepté que también me gustaba el pop, la charanga, la salsa, el bolero, la cumbia, la balada y hasta alguna cosa grupera (no todo, no me crean tan abierto tampoco). Ahora mismo ando embelesado con Jamie Cullum, Katie Melua, el nu flamenco y El Camarón de la Isla.

5) Dar clases. En parte es porque con ello cubro mi dosis de egocentrismo y narcisismo, al saberme el centro de atención de un grupo de personas durante un par de horas. Pero sobre todo porque me encanta compartir lo que he aprendido. Me encanta ver cómo se ilumina la cara de los alumnos cuando uno les revela algo que no sabían, cuando han entendido algo, cuando les “ha caído el veinte”. Creo que soy bueno para enseñar y explicar, y que logro contagiar mi entusiasmo por aprender. El día que ya no lo haga con entusiasmo, ese día dejo de dar clases.

6 ) Y por fin, al último pero no lo último: me gusta leer y escribir. Es a lo que me dedico, es lo que siempre he querido hacer y es lo que quiero hacer hasta el último día de mi existencia.

No me gusta:

1) Los políticos mexicanos (bueno, en general, de todo el mundo). Desde luego debe haber gente decente y que verdaderamente quiera hacer cosas buenas, pero en general las personas que se dedican a la política en México son despreciables. Son mentirosas, cínicas y corruptas, en mayor o menor grado, tanto por acto como por omisión.

2) Manejar. Aunque tengo auto, no lo uso. Dejé de usarlo el día en que, en medio del tráfico, me puse a contar las horas de mi vida que había pasado dentro de un automóvil. Sumé nueve meses. Desde entonces sólo uso el transporte público. Además, por eso tengo amigos con coche: para que me lleven y me traigan, jajaja.

3) Los ciegos que venden CD’s piratas en el Metro. Cotidianamente utilizo la línea 2 del Metro (la que va de Tasqueña a Cuatro Caminos), que es el principal coto de poder de esta nueva plaga subterránea. Ponen sus bocinas a tan alto volumen que no se puede escuchar ni siquiera el iPod. Deveras. Una vez sí le dije a uno de esos seres que le bajara, pero es imposible hacerlo siempre con todos. En cada estación se sube uno con su pinche escándalo. Y nadie hace nada.

4) Televisa y TV Azteca. Son los deformadores del gusto y la educación de la gran mayoría de la población. Casi todos sus programas son basura de la peor ralea, que reproducen y perpetúan las peores taras del ser humano: la estupidez, la ignorancia, la avaricia, el racismo, la discriminación, el egoísmo, el autoritarismo, el fanatismo, etcétera. Es una verdadera lástima que siendo la tlevisión un medio de comunicación tan poderoso esté dominado por estos mercachifles que cobran millonadas por la publicidad y hagan programas tan malos. Si van a manipular y embrutecer a la población, por lo menos háganlo con calidad, carajo.

5) Elba Esther Gordillo. Algunos odian más a Salinas o a López Portillo, pero yo creo que la persona que le ha hecho más mal a este país desde hace más de 20 años (y aún se lo sigue haciendo) es este ser despreciable. Ella es la culpable directa de la debacle educativa en que está sumido el país, con las consabidas secuelas: ignorancia, pobreza, violencia, drogadicción, desnutrición, falta de civismo, etcétera. No hay una persona más nociva en este país, y sin embargo, todos los políticos y empresarios le tienen miedo, porque los tiene amenazados con paralizar al país con los miles de dizque “profesores” que la siguen y soportan porque los mantiene holgazaneando y viviendo del erario, en lugar de hacer su trabajo, que es educar a los niños de este país. Pero el problema quizá no es ella en sí: es el sistema político y económico que permite que exista alguien como ella. Y los culpables somos nosotros por permitir que siga existiendo ese sistema.

6) La gran mayoría de los empresarios mexicanos. Como siempre, hay excepciones, pero los empresarios en este país no merecen ser nombrados así. Son simples mercachifles que buscan el beneficio más rápido y fácil, sin importarles las consecuencias, sin importar si al país se lo lleva el carajo. Les importa sólo la ganancia mayor y más rápida con el menor esfuerzo posible. No invierten: medran y saquean. Invierten un peso y quieren obtener mil al día siguiente. En este país hay muchísimas cosas por hacer, muchísimas oportunidades de negocio, pero no se hacen por culpa de los medrosos y cuentachiles “empresarios” mexicanos, que al amparo y el contubernio con los políticos de izquierda, centro y derecha, siguen saqueando y acabándose el país, mientras la mayoría de la gente sigue feliz, inconciente, deleitándose con las telenovelas, el futbol, los chismes de Niurka y los “reality shows”.

Pues eso.

Y se lo paso a quien quiera opinar.

martes, octubre 14, 2008

Entrevista en la revista Fundamentos

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El libro no desaparecerá, se convertirá en una excentricidad: Vega Zaragoza

“Tenemos que empezar a dejar de creer que serán los políticos los que solucionarán las cosas”, advierte el escritor.

“Escribo para no salirme de quicio y para que me quieran”, puntualiza

Por Sergio Hernández Gil

Revista Fundamentos.

Núm. 227. Octubre 2008.

Convencido de que el poder de escribir sí es un don, pero más que nada es el desarrollo de un talento que exige disciplina y vocación, el autor de Antología de lo Indecible (cuentos sobre la desesperanza y la soledad humanas, principalmente en relaciones de pareja), Guillermo Vega Zaragoza sostiene que en el género que sea —novela, cuento, poesía—, el escritor, sea realista o fantástico, tiene que ser crítico de su realidad, un observador que se atreva a decir “el Rey va desnudo”, si se trata de denunciar la corrupción de los funcionarios o los políticos, de cualquier nivel, o descubrir o desenmascarar una verdad.

Considerado su estilo narrativo como el de un muchacho perverso, un enfant terrible, con un lenguaje cinematográfico, transgresor e irreverente, Vega Zaragoza se atrevió, dio el salto, quemó sus naves y renunció a ser un ejecutivo exitoso (gerente de comunicación en una transnacional), con un alto salario, auto del año y seis tarjetas de crédito, "pero no era feliz porque no me dedicaba a lo que me gusta, hasta que me decidí empezar a vivir la vida que quiero", a incursionar en el ser humano y entender sus actitudes, a estar en capacidad de mostrar sus motivaciones con toda su gama de emociones y sentimientos, las pasiones, en especial las de la relación amorosa.

“Con matices claramente sádicos, entre risas y chanzas, celebra una sexualidad políticamente incorrecta, la violencia, la transgresión de códigos (religiosos, hetero-normativos, de los géneros literarios...); se trata de la promoción del placer por el placer mismo, de tomar el micrófono para contar aventuras apenas disimuladas con el expediente de remitirlas al universo celestial: brillante, aunque parcial, salida del closet. Violencia, sodomía, homosexualidad y exhibicionismo constituyen un agasajo para el narcisismo de un narrador que habla en primera persona, exhibiéndose como dueño del saber”, señala sobre Guillermo Vega el filósofo y profesor, doctor Antonio Marquet.

Sobre sus orígenes como escritor, a más de haber nacido en la colonia Guerrero y vivir 35 anos en Ciudad Nezahualcóyotl, Vega Zaragoza tiene dos explicaciones. La primera de ellas, de carácter freudiano, surge de su relación con su madre, quien —cuando de cuatro ó cinco años— siempre lo recibía con besos y expresiones amorosas cuando le permitía entrar a la casa luego de sentarlo en el quicio de la puerta a dibujar y copiar letras mientras ella hacía el quehacer doméstico. “Un psicoanalista me dijo: a ti te sacaban de quicio y escribes para volver a entrar. Me gustó la explicación, y sí, para eso precisamente yo escribo: para no salirme de quicio y para que me quieran”.

La otra explicación tiene que ver con su experiencia en la secundaria. Una amiga suya tenía un periódico manuscrito que ilustraba con estampas de Walt Disney y de otros personajes; en el que Guillermo Vega empezó a colaborar escribiendo sátiras sobre sus compañeros, descubriendo cosas en ellos sobre ellos mismos, revelando su lado oculto, y causaba molestia.

“Entonces descubrí que eso me gustaba, provocar una reacción en quien me lee, porque lo peor que puede pasar es que alguien lea lo que escribes y diga, indiferente, ‘si, esta bonito’. No: se trata de que se ría, de que se excite, que se indigne, que le dé asco, que lo entristezca, que suceda algo que transforme al lector, que le provoque un nuevo estado de conciencia. Por eso escribo, para provocar una reacción”.

También poeta (Preñar el silencio y Espejo infinito, éste ultimo Mención Honorífica en el Premio Nacional de Poesía Marco Antonio Montes de Oca 2001), Vega Zaragoza señala que aunque la temática sea amorosa o fantástica, "y estés hablando de una guerra contra los marcianos, de todos modos terminas por hablar de la condición humana y con ello de la situación social, y eso implica sentido critico y capacidad de recrear la realidad en otra realidad: la literaria". Ese es el papel del escritor como intelectual, ser crítico de su entorno.

“Tenemos que empezar a dejar de creer que serán los políticos los que van a solucionar las cosas y tiene que ser así”, añade, “porque se ha perdido ya el compromiso social y el compromiso político se ha prostituido, todo es negocio, juego de intereses. Para ser político en México hay que ser esquizofrénico o tener algo así como personalidad dividida, porque no hay político que se crea lo que dice, o si dice que lo cree es que es un mentiroso, un pendejo o un cínico”.

“Para resolver los problemas sociales, primero tenemos que hacerlo nosotros en el ámbito de nuestra competencia, entender como está la cosa, no dejarse sugestionar, como diría Rubén Blades, ‘por modelos importados que no son la solución’. Si eres escritor, entender cómo es tu entorno y dar lo mejor de ti; si eres maestro, abogado o ingeniero, igual: tratar de hacer las cosas lo mejor posible; si nos pusiéramos marxistas, sería algo así como tomar conciencia de clase y luego pensar en organizarse. Lo grave es que nadie nace lo que le corresponde: los maestros hacen como que enseñan, los alumnos como que estudian, los policías como que nos protegen, los ciudadanos como que somos ciudadanos, pero ni pagamos impuestos ni participamos, ni respetamos las normas”.

El problema, agrega el escritor, es que la estructura de valores está en crisis, todo lo que nos permitía obtener fortaleza o salud mental ya no existe. Antes muchas personas encontraban eso en instituciones como la Iglesia, la familia, la escuela, el trabajo, en un lugar en la sociedad, pero hoy en el trabajo ni te respetan, aunque puedan no te pagan, la escuela es un campo de batalla, cada uno tiene su propia relación con los dioses, y la televisión es la que manda, la que dicta los roles y estereotipos sociales: racismo, violencia, individualismo, egoísmo, belleza y poder.

Sobre los mejores escritores contemporáneos, a pregunta expresa, señala que deambula por ahí “un chico que se llama William Shakespeare, que está dando muchas sorpresas; otro muchacho de apellido Borges y un paisano de él, Cortázar, Julio Cortázar, que realmente están haciendo cosas muy buenas”, pero que en él influyeron, ya en serio, dice, “los escritores de la Onda: José Agustín, Gustavo Sáinz, Parménides García Saldaña, Gerardo de la Torre, que no es de la Onda, pero sí de ese pelotón, y después los escritores del “Boom”: Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Julio Cortázar, además de los escritores norteamericanos del siglo XX: Ernest Hemingway, Truman Capote, Francis Scott Fitzgerald, Norman Mailer, y uno más reciente, Charles Bukowski”.

Vega Zaragoza sostiene que ante el avance de la tecnología, concretamente la Internet, que permite una interacción directa entre el escritor y el lector, pues éste le puede dejar su opinión y calificar el texto, “el libro no va a desaparecer, sino se convertirá en un fetiche, en una excentricidad, en cuestión de coleccionistas, que valorará el objeto, su formato, las pastas, las hojas, la impresión. Un poco lo que esta sucediendo con la música: algunos artistas están poniendo su música en Internet, editan sus discos gratuitos, como Radiohead; ponen un disco nuevo a disposición de la gente durante un tiempo determinado, cualquiera lo puede bajar, pero muchos prefieren ir a comprarlo, para tener el disco original, con su caja, sus fotos, el álbum; son coleccionistas que quieren el empaque, la caja con fotografías, y pagan por él. Lo mismo va a suceder con los libros”.

* Guillermo Vega Zaragoza es escritor, periodista (egresado de la UNAM) y profesor universitario en la UNAM, la Universidad Anáhuac, la Iberoamericana y la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Autor de tres libros de poesía (Preñar el silencio, Espejo infinito y Desde la patria del insomnio) y uno de cuentos (Antología de lo lndecible). Además, ha publicado cuentos en más de una decena de diferentes antologías editadas por el FONCA, SOGEM, Joaquín Mortiz, entre otras casas. Ha colaborado en La Jornada Semanal; en Arena, de Excélsior, y en diversas revistas culturales. Actualmente es editor de información periodística de la Revista de la Universidad de México, de la UNAM.

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viernes, octubre 10, 2008

Felizmente mediocres

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"Y hay que armarse de valor para aceptar que repetimos
lo que otros han escrito mejor:
tener la humildad para aceptarnos
felizmente mediocres..."

Vicente Quirarte.
"Calle nuestra" en Razones del samurai (1978-1999).
UNAM, 2000.

Cadáver Exquisito en Donceles 66

Aunque al principio había llegado sólo un puñado de amigos, al cabo llegaron todos los que tenían que llegar y completamos este cadáver que quedó muy bien, casi redondito. Fieles a la tradición, utilizamos como título el primer verso.

LA ALDEA EN LLAMAS

Escrito por Guillermo, Miguel Ángel, Nuriván, Paulette,
César Fernando, Juan Carlos, Leticia, Alejandro, Fernando, José, Luis y Rodrigo.

La aldea en llamas
inicia el legado de la rosa.
Nadie sabe si al salir
encontraremos una sombra extraviada
en una calle vacía de ruidos,
peces que vuelan hacia el sueño.

Entre libros entra el sueño y
flor de azahares caprichosas
en la medianía de las nostalgias,
nostalgias que son cadáver exquisito.

Eso sabré hoy.
Tal vez lo conozca o tal vez no.
En fin, ¿algo ganaré yo?

Reparto sudor, lágrimas y momentos.
Sale de mí algo incoherente.
Jilguero del universo,
¿quién te vio partir
cantando entre la luz caliente del último verano?

Nítido resplandor de una esperanza rota.
Antes de haber germinado el pensamiento
que traía en la cabeza,
apagó la luz y se quedó en silencio
al ver el cuerpo flácido,
titilante, sin calor.

Nadie sabe lo que sucede
en la aldea en llamas,
que arde en una extraña llama
azul profundo de su boca apagada
que se extingue al tiempo que corta el aire,
como el canto de las aves,
como la voz de rumores trasnochados
en el fulgor ambarino de otros soles.

¿Será el vino la sangre de Cristo?
No lo sé.
Sólo lo disfrutaré.
Sabiduría, sencillez,
madurez, gozo, penumbra,
calidez formadora que intenta
nacer un instante,
fragmento cristalino de la tarde que nos mira.

En silencio contemplo
cómo mi mundo se derrumba en pedazos
de recuerdos que cuelgan en medio de la sala,
recuerdos que aparecen
como la luz que destella de la cámara.
Allí estaban las fotografías, murales.
No sé cuántas imágenes observé
hasta que me quedé inmóvil.

Octubre 7, 2008 en Donceles 66,
Centro Histórico, Ciudad de México (aún).

lunes, octubre 06, 2008

Aunque parece de humor negro, no lo es... (o casi)

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Muchas gracias a todos

Queridos amigos:

Muchas gracias a todos por sus condolencias, su cariño y su amistad, haya sido en este blog, por correo-e o por Facebook.

Cuando a mi padre le diagnosticaron el cáncer hace unos meses, platicamos mucho, sobre todo acerca de la vida. Y a mí no se me ocurrió más que leerle este poema de Amado Nervo, que casi todos hemos escuchado alguna vez, pero creo que él no, o no sabía de quién era:

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

Creo que así se fue él: en paz con la vida, a pesar de todo.

Lo que viví con mi padre en estos casi cuatro años es digno de escribirse y ya lo haré, y ustedes podrán leerlo.

Pues eso. Y la vida sigue.

Gracias a todos, de nuevo.

Guillermo Vega Z.

sábado, octubre 04, 2008

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Constantino Vega Mendieta
(19/09/1919-03/10/2008)