Los cinco lectores que han seguido este remedo de blog se habrán dado cuenta que hubo un tiempo en el que este espacio parecía sucursal de Gayosso: nomás me la pasaba haciendo notas necrológicas.
Un día decidí que ya había estado bueno de hacerle al enterrador virtual, así que mejor me dediqué a postear otras cosas. Sólo rompí este propósito por la muerte de dos queridos maestros y ya.
Ahora, más que hacer una necrológica, retomo un texto tomado de la revista
El Malpensante en la que recopila la "filosofía vital" de uno de los músico más influyentes de la música popular norteamericana: James Brown.
Lo más triste de su pasada muerte en diciembre de 2006 ha sido corroborar el malagradecimiento de muchos de los que tomaron (o literalmente copiaron) lo que Brown inició, que no fue menor. Sin él, no existirían (o lo harían, pero de otra forma), por ejemplo, Mick Jagger, Michael Jackson, Prince y casi todos los rapperitos y hiphoperitos de hoy (que se sienten muy malotes, pero que apenas andaban ensuciando pañales cuando el Padrino del Soul ya era quien fue).
Todos saquearon algo de los recursos vocales, dancísticos y musicales de James Brown, y casi ninguno se apareció en el sepelio o dio alguna declaración para rendir tributo a este maestro, que con su música y su actitud vital hizo mucho más que algunos políticos por el orgullo de la raza negra y la lucha por sus derechos civiles.
El video que encabeza este post es un excelente corto dirigido por Tony Scott (el hermano idiota de Ridley Scott), protagonizado por James Brown, que quiere "renegociar" el contrato que hizo con el mismísimo Chamuco (interpretado genialmente por Gary Oldman) cuando era joven. Digan si no es una joyita.
(Cabe recordar que dicho corto formó parte de una campaña de BMW, que contrató a diversos cineastas para que filmaran historias donde (por supuesto) aparecieran los autos de la marca, con Clive Owen interpretando a un chofer en todos los cortos. Por cierto,
Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga hicieron tambien un corto para la campaña titulado Powder Keg.)
Lo que aprendí
Por James BrownJames Brown —"El Padrino del Soul", "El Hombre Más Trabajador del Show Business", "El Funk Soul Brother Número Uno"— murió el pasado 24 de diciembre, víctima de una complicación pulmonar que le descubrió su dentista. Para recordarlo, hemos recopilado esta autobiografía en sus propias palabras.• Yo nací muy pobre, mis pantalones eran sacos de harina y no fue sino hasta los nueve años que tuve unos pantalones de verdad, que por cierto mi padre sacó de una casa de empeño. En casa tuvimos luz eléctrica cuando cumplí 15 y sólo pude llegar hasta el primer año de secundaria. Aun así, me rehusé a ser un perdedor. Nadie debería resignarse a ser un perdedor.
• Intento hacerle saber a la gente que no quiero que me den nada, sólo quiero que me abran la puerta y si no me lo gano, no me lo gano. Si me convierto en un vago, entonces déjenme convertirme en un vago por mi propia elección. Y entonces no me etiqueten como un negro vago, déjenme ser tan sólo un vago. Eso es orgullo.
• Por eso “No quiero que nadie me dé nada (ábranme la puerta, yo mismo me sirvo)” es una canción que permanece. Porque todavía hay muchas cosas que están negadas a los negros, a los latinos y a las mujeres. Muchos creen que están adentro, en el sistema, pero no. Cuando un chico negro de nueve años pueda levantarse y decir: “Mamá, creo que voy a estudiar mucho porque quiero ser presidente”, y tenga la oportunidad de ser presidente, entonces tendremos un país digno de ese nombre.
• ¿Cuándo y dónde he sido más feliz? Cuando saqué “Please, Please, Please” y tuve el primer par de zapatos en los pies.
• De todos los álbumes en vivo que hice en el Apollo, mi favorito sería el primero, Live at The Apollo. Me dijeron que no podía hacerse. 1962. Octubre. Le pregunté a la disquera si me dejaban hacerlo. No querían y no me dieron un centavo para hacerlo. Tuve que pagar todo yo. Así que saqué 5.700 dólares de mi cuenta y pagué el álbum. Hoy costaría un millón de dólares. Y ahora es el disco en vivo número uno del mundo. Insisto: no quiero que nadie me dé nada. Ábranme la puerta, y yo lo consigo.
• El baile es lo único que puede solucionar muchos de nuestros líos.
• De todos los artistas que han sampleado mi música y que la han usado para inspirarse, quienes han hecho el mejor trabajo son los que me pagan. Otros no me pagaron pero no me importa: los vamos a agarrar. Porque eso es todo lo que tengo para vender: mis canciones.
• Los Beatles son fantásticos, los Rolling Stones tienen más alma, y en cuanto a Bob Dylan, realmente no me he fijado mucho en él.
• En los años sesenta el sistema no nos quería dejar entrar... Con la canción “Sex Machine” tuvimos muchos problemas. Y vendimos un millón y medio de copias. Pensaban que el “Sex” del título significaba otra cosa. Pero no trataba de eso. No es una canción sobre sexo. Es una canción sobre un tipo demasiado tímido para bailar. Un tipo y una chica están sentados en un club, todos están bailando, y el líder de la banda canta: “¡Puta! ¡Me siento como una máquina sexual!”. ¿Qué hay mejor que eso? Es imposible superarlo. Es un disco muy limpio, pero estaban preocupados por el título. Cada vez que veo las palabras “Sex Machine” me acuerdo de una caja registradora abriéndose. Esa canción abrió más cajas registradoras que la mayoría de las canciones que conozco.
• El pelo es la primera cosa. Los dientes la segunda. Pelo y dientes. Un hombre con esas dos cosas lo tiene todo.
• Soy muy modesto. Me he vuelto más modesto a medida que envejezco.
• Los latinos no quieren que los negros tengan mujeres latinas, y viceversa. Pero las mujeres de todos modos van a hacer lo que a ellas les dé la gana.
• Cuando estoy en la tarima, sólo trato de hacer una cosa: darle alegría a la gente. Exactamente como hace la iglesia. La gente no va a la iglesia para encontrar problemas; va para olvidarlos.
• Si no hubiera empezado rodeado de putas, hubiera sido peor. Porque no hubiera conocido esa vida. Imaginen a un pobre tipo que no sabe nada de ese mundo, y al que eligen gobernador. ¿Cómo le va a decir a una puta que puede tomar otro camino?
• Admiré a mucha gente, pero a nadie tanto como al indio Jerónimo. Y si algo me duele es no saber lo suficiente sobre los primeros indios de América.
• He hecho algunas de las cosas de las que me acusan y, sí, lo admito, no estuvo nada bien.
• Si no le permites a un hombre que se eduque, tampoco lo metas en la cárcel para volverlo un tonto. Eso es lo que me hicieron a mí en Augusta, a los 15.
• La cárcel es uno de los lugares en los que tuve que estar. Como Jesucristo. Fui a la cárcel y se lo agradezco a Dios, porque descansé.
• Pude haber sido jugador profesional de béisbol, pero la canción y el espectáculo hacían que las damas chillaran y yo me olvidaba de todo lo demás.
• Yo les enseñé todo lo que saben, pero no todo lo que sé.
• Siempre lo dije: mejor que matar es ir a la escuela.
• Tengo unos dientes magníficos. Sí, los compré todos.
• Yo inicié el rap. Así que, ¿cómo podría sumarme a algo que yo inicié?
• Sean perversos, pero sean los mejores.
• ¿El momento más triste de mi vida? A ver... después de la muerte del doctor King. Después de la muerte de Robert Kennedy. Con las guerras que están sucediendo, con la gente que pierde la vida. No quiero defender la política, pero me gustaría defender sus vidas. Las vidas están más allá de la política. Los chicos más jóvenes son destruidos por bombas y cosas que no tienen por qué ocurrir. En Afganistán, en Irak y en nuestra propia calle. Porque los chicos no tienen adónde ir.
• La única palabra de cuatro letras debería ser amor. Y, tal vez, rezo.
• Soy dos veces viejo, lo único que puedo hacer es amar a todo el mundo.
• Cuando me subo al escenario, me siento como cuando tenía 25 años. Pero al terminar puede ser que me caiga. Me aseguro de que todos la pasen de maravilla. No hay problemas esa noche. Puede haber algunos al día siguiente, cuando me levante por la mañana.
• Sólo quiero ser recordado como el doctor Martin Luther King: un hombre que quiere ayudar a alguien.
• Lo mejor que pudiera pasarme es que Dios me saque de la cama cuando cumpla 73 años y me deje tocar.
Traducción de Mario Jursich DuránTomado de
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