domingo, mayo 28, 2006

El retorno de las chicas estúpidas

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Pues la verdad es que no la quiero para asesora de tesis precisamente


por Rebeca Traister
Tomado de Milenio Semanal
http://www.milenio.com/semanal/seccion.asp?id=23¬a=8945

Encabezadas por Paris Hilton, un ejército de féminas insulsas se trasforman en modelo de las adolescentes actuales, que sólo quieren divertirse… y consumir.
 
En la última semana de abril, Ellen DeGeneres recibió en su programa de televisión a Paris Hilton, escoltada por sus cuatro perritos chihuahueños. El tema de conversación no fue canino. Ellen le preguntó a Paris si no la hería el video de la canción “Chicas estúpidas”, de Pink, que se burla de Hilton y sus iguales por su conducta sonámbula. “Todavía no lo veo —contestó la heredera de la cadena de hoteles—, pero creo que... es una especie de adulación”.

Cualquier persona pensante que haya visto el video de Pink, que se burla de las gemelas Olsen y satiriza salvajemente la aparición de Hilton en un video sexual, no confundiría esas imágenes con cualquier forma conocida de adulación. Sobre todo si esa persona escucha la letra de “Chicas estúpidas” que dice, en parte: “Viajan en grupos de dos o tres/ Con sus perritos mordelones/ ¿Adónde, oh dónde, se fue la gente inteligente?”.

Pero Hilton no es una persona que piensa o, si lo hace, no lo ha mostrado. Para el público, ella es la Chica estúpida por excelencia. No le avergüenza admitir que no sabe qué es un Wal-Mart, que Londres está en Inglaterra o que dice mal el nombre de su propio videojuego. Hilton es tan vacía que su conducta dio pie en la prensa a la creación del adjetivo “celestúpida”.

Cuando DeGeneres le preguntó si sentía alguna responsabilidad como modelo de conducta para las adolescentes, Hilton balbuceó: “Creo que, definitivamente, soy un modelo de conducta. Trabajo muy duro. Cierto, tengo un apellido heredado, pero he hecho mis propias cosas”. DeGeneres omitió decir que una cosa es hacer lo que se te da la gana cuando tienes privilegios heredados y otra muy diferente ser un modelo de conducta, especialmente cuando tu frase representativa es “está padre”.

Escuchar asi a Hilton tratando de hilvanar una conversación —mientras el viento silba en su cerebro, entre oreja y oreja—, me impide ignorar las objeciones de los críticos culturales que denuncian con alarma la nueva moda de la feminidad insulsa.

Oprah Winfrey reunió hace poco a Pink, Naomi Wolf, Ariel Levy y otras mujeres para un programa titulado Chicas estúpidas, que abrió con el anuncio de que “la cultura está devaluando a una generación entera de chicas adolescentes” al exaltar a mujeres como serpenteantes estrellas del video, modelos semidesnudas e histéricas anoréxicas. Eso afirman las grandes figuras mediáticas: la estupidez —auténtica o prefabricada— reina en los productos de la cultura pop que consumen las adolescentes; se impregna en su piel y corre por sus venas a través de las revistas, la televisión que ven, las tendencias que analizan como si fueran reportes de la bolsa de valores y las celebridades que imitan.

Decidí investigar cuál era el estado de las cosas en esos medios. En algunos casos, los productos dirigidos a adolescentes me sorprendieron con algunos temas al grado de considerar que algunas críticas que hemos escuchado son exageradas: producto de adultos que han olvidado las diversiones de su propia juventud. Pero otras me pusieron a pensar que los gritos de alarma están respaldados por la realidad.
Algunas de las imágenes actuales que se comunican a las adolescentes iluminan tanto al punto avanzado al que han llegado como mujeres, como al reciclamiento de un modelo pasado de moda pero confortable de una feminidad no amenazante. Pero, ¿quién representa, de verdad, a las adolescentes actuales?

Está Lindsay Lohan, que puede ser o no una buena actriz, pero cuyo trabajo actoral pasa a segundo lugar después de su colección de bolsas de marca. También su reputación como mujer de negocios está ensombrecida por su perfil indiscutible de consumidora.

Pink le dijo a Oprah que ella y su generación sólo pueden mencionar a tres mujeres célebres de su edad o menores como modelos de inteligencia: Natalie Portman, Reese Witherspoon y Angelina Jolie, aunque Witherspoon y Jolie tienen más de 30 años. Hay otras jóvenes favoritas que pueden estar en la lista: Maggie Gyllenhaal, Alicia Keys y la misma Pink.

Mientras, si en alguna parte esperaba encontrar ejemplos de vacuidad y estupidez servidas a las adolescentes era en el montón de revistas dedicadas a ellas. Al revisarlas confirmé algunas de mis sospechas: modas, chicas domesticadas. Pero, para mi sorpresa, leí algunas páginas de Seventeen dedicadas a la amenaza gubernamental a la privacidad. “Después del 9/11, el Congreso pasó el Acta Patriótica, que permite que los federales conozcan tus registros médicos y financieros”, dice el artículo. “Además, la Agencia Nacional de Seguridad ha escuchado las llamadas telefónicas de miles de personas desde 2002, ¡sin orden judicial!” Otra sección sobre “Sentimientos antiestadunidenses”, explica que “los Estados Unidos es muy rico en comparación con otras naciones y tiene más recursos y armas. Mucha gente... siente que usa este poder para apoyar sus propios intereses... Creen que invadimos Irak para obtener petróleo más barato... y que no respetamos o no nos importa su manera de vivir”.
No es Susan Sontag, pero el contenido editorial presentaba un progreso serio. La razón de por qué la revista Sassy era reverenciada por mujeres de mi edad era porque trataba a sus lectores como seres humanos con intereses legítimos: su propia salud, música, libros, películas y política. Parece que ahora las hermanas de Sassy empiezan a tratar a las mujeres jóvenes con la misma óptica.

Mi intento de una inmersión honesta en el ámbito de las adolescentes se estancó en internet, específicamente en MySpace. Pasé horas enredada en un mar de perfiles y mensajes; vi a Lolitas a medio vestir que llamaban a los Humbert Humberts de la red, sugerentes imágenes lésbicas en páginas personales de adolescentes que dicen tener 15 o 16 años, chicas que dicen que su libro preferido es La dieta de South Beach. También vi páginas personales de jóvenes de 17 y 18 años decoradas con ositos de peluche y fotos de caballos. Pero también hay páginas dedicadas al hockey, al feminismo, a la religión. MySpace es una nación en sí misma. Se encuentran evidencias para cualquier argumento posible sobre las adolescentes estadunidenses.

Pero mi asombro ante las expresiones “hiya”, “Lol” y “Xo”, en el tipo de comunicación que hay en la red, se debía a la falta de contexto de lo que estaba viendo; contexto que sí encontré cuando prendí mi televisión y me topé con My Super Sweet Sixteen. El reality show que pasa por MTV hace la crónica de los excesos celebratorios y fiesteros de adolescentes de 15 años de los dos sexos, que presionan a sus padres para que los bañen de adulaciones y coches mientras realizan el paso ritual de adolescentes a jóvenes. Ver esta orgía de consumo y despreocupación en un par de ocasiones, antes de escribir este artículo, es lo más cercano que he estado a sentir que el fin del mundo está próximo. Llevan a estas chicas a las fiestas cargadas en literas, las transportan en helicópteros, las invitaciones son entregadas por mayordomos.

Sweet Sixteen transmite agresivamente a sus espectadores varias señales mezcladas. Por una parte, las participantes se burlan de sus compañeros y espectadores con estricto apego a los paradigmas culturales y clasistas más bajos. Las chicas ricas que celebran las fiestas de Sweet Sixteen se ven caprichosas e insulsas: cabezas huecas. Por la otra, las pocas jóvenes de clase baja aparecen también como seres vacíos y sosos. Pero la degradación de las chicas es la música de fondo del mensaje que se transmite. Así se supone que te debes ver, así es cómo te ves, estas son nuestras expectativas de ti: si las cumples, también podrías salir en televisión.

El programa demuestra la complicidad de los padres en la explotación de sus hijas. Si bien hace tiempo dejé de asombrarme de que cualquier adolescente sobreviviera al ver su propia avaricia y estupidez televisada en cadena nacional, la pregunta permanece: ¿por qué participan los padres? Tanto en Sweet Sixteen como en otros programas similares (Tiara Girls, por ejemplo, reality show sobre las participantes en concursos de belleza adolescente), los padres también parecen buscar el mismo reflector de la televisión que motiva a sus hijas a exponerse; sin ninguna preocupación de que todo un país (sin hablar de los vecinos) los vea empujando a sus hijas para que se inyecten colágeno en los labios o permitan la avaricia insaciable y sin límites de sus bodoquitas motivándolas para que se ganen dos autos.

Los adultos han convertido al consumo irrefrenable en la joya de la corona de los objetivos sociales estadounidenses. Han inventado y consumido alegremente toneladas de artículos de lujo. Las adolescentes no crearon a Paris Hilton. De hecho, no tendrían ninguna idea de quién es si los adultos no la hubieran elevado de ser una aburrida heredera a una celebridad teibolera al circular su video porno y al darle su propio reality show. Recuerden también al gremio de ejecutivos de estudios de cine, publicistas, dueños de antros, fotógrafos y editores de revistas que se han coludido para hacer famosa a Lindsay Lohan. Muestran su embriaguez y desmanes para que vendan sus revistas, películas y bolsas a las adolescentes, que podrían tener la impresión de que deberían vivir como ella para tener éxito. Claro, todo en nombre de de la legítima libre empresa estadunidense. ¿Cómo nos puede sorprender que nuestras jóvenes imiten nuestras conductas más corruptas cuando las empujamos a hacerlo?

Pero las mujeres modernas, como generaciones de hombres antes que ellas, ahora tienen muchas zonas en las cuales pueden encontrar otros modelos de conducta: lucha, ve a la escuela, trabaja, gana dinero, compite. Las antiguas imágenes de conducta estúpida se contestan con la imagen fresca de una sexualidad femenina energética que es más abierta. Nada es perfecto: las mujeres son castigadas todo el tiempo por su progreso social en los medios, en las aulas y en la política. Las chicas aun no tienen a una presidenta como modelo a seguir y pocas atletas, artistas, millonarias y activistas. Pero no hay que negar los cambios positivos en el terrero del género que se dieron durante la segunda mitad del siglo XX.

Pero estas nuevas y variadas opciones (que se sienten amenazadoras) ayudan a explicar el rejuvenecimiento de esta locura por la Chica estúpida. Quizá, mientras el progreso social empuja a las mujeres, lenta pero inexorablemente, a esferas de influencia social pública, los impulsos humanos más básicos (deseo erótico, ego y avaricia) se atrincheran y se apoyan en el sueño empolvado del ideal de una mujer más sumisa.

Mientras trabajaba en este artículo, recibí un correo electrónico de un graduado de Harvard que confesaba que, mientras tenía citas sólo con chicas inteligentes, “le gustaba la idea de tener un encuentro con una estúpida”. Explicaba el estudiante que la fantasía “surge casi seguramente de las representaciones mediáticas de celebridades como Hilton y Lohan”. Las rubias tontas son sexys. Y no contradicen. Añada las nociones de ego masculino y superioridad garantizada en varias tonalidades y allí lo tiene. En un mundo donde la superioridad masculina ya no está garantizada, ésta se convierte en un deseo lascivo que puede ser gratificado, aun actuado si se necesita, por algunas mujeres dispuestas a ello. Como dice Pinky, con mucha sorna y burla: “Quizá si actúo así/ ese chavo volverá a llamar”.

Es momento de dejar este modelo transaccional del romance y dar espacio en el firmamento pop a gente que suene más como Pinky y su autoestima: “Me alegra que nunca embonaré/ Esa nunca seré yo/ Marginales y chicas con ambición/ Es lo que quiero ver”.

Salon.com
Traducción: Francisco Peña

Hipocresía e intelectuales

Hay una célebre definición del hipócrita en los Evangelios: es aquella persona que se niega a aplicarse a sí mismo el rasero que aplica a los demás.

Muchas de estas personas se consideran (o son considerados por los demás) como Intelectuales.

Y también se comportan así muchas personas que no se consideran intelectuales, pero se la pasan criticando la hipocresía de los intelectuales.

viernes, mayo 26, 2006

Palabras sobrevivientes de Eduardo Parra Ramírez

El Instituto Nacional de Bellas Artes
y Editorial Eón
hacen una cordial invitación a la presentación del libro

Palabras sobrevivientes

de Eduardo Parra Ramírez


Participan:
Dolores Castro
Bernardo Ruiz
Guillermo Vega Zaragoza

Modera:
Saúl Ibargoyen

La cita es el miércoles 7 de junio de 2006 a las 19 horas
en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.


Habrá vino de honor.


Eduardo Parra Ramírez (México, D.F. 1970): Poeta y narrador. Guionista y realizador de cortometrajes. Desde 1987, promotor cultural, fundador y director de cine-clubes de diversas instituciones educativas. Ha publicado ensayos, reseñas literarias, cuentos y críticas cinematográficas. Fue guionista de los programas de radio “Teatro iberoamericano” y Página blanca”. Los libros y su música”, el cual fue premiado con el Calendario Azteca de Oro a la mejor realización cultural de 1993. Desde 1994, imparte cursos y talleres de apreciación cinematográfica, expresión literaria y sobre asesinos seriales. Estudió el Diplomado de Creación Literaria de la SOGEM. Este es su primer poemario.

Sobre este libro, la maestra Dolores Castro ha escrito:

“Eduardo Parra Ramírez exige a la palabra no sólo que sobreviva, sino que se convierta en ‘la piel del corazón, con humedad de entraña’, y que le permita florecer en imágenes, en ritmos en canto íntimo de atmósferas sorpresivas por su originalidad”

“Con una voz tan personal, y originalísima, Eduardo Parra Ramírez ha logrado, puedo asegurarlo, que sus palabras sobrevivan”.

Indagación
Por Eduardo Parra Ramírez


Abrí tu cuerpo, amada:
diseminé tus tripas, por el cuarto
desmenucé cada partícula de piel,
trituré, minucioso, los huesos, los cartílagos,
masqué tu médula, escudriñé tu sangre,
y no encontré tu nombre.
Queda la espuma.
¿Qué verdad nos es espuma una vez dicha?
en mis manos
el enigma tremola y se sacude
como una débil y milagrosa llama,
como una voz que en la garganta
quisiese ser cantada.

miércoles, mayo 24, 2006

La opinión pública, "esa furcia avejentada"

Magia Catróptica 

Opiniones
Por Javier García-Galiano


Milenio Diario
Miércoles 24 de Mayo de 2006
http://www.milenio.com/mexico/milenio/firma.asp?id=87682

A falta de ideas, muchas personas construyen opiniones. Es una manía que simula profundidad y que a veces da forma a eso que solemos llamar "opinión pública"

Entre las cosas que le han sido dadas al hombre pueden contarse la risa, la palabra, la música, el secreto y pocas, muy pocas ideas. A pesar de que cada ser tiene escasas iluminaciones reales en el transcurso de su vida, se permite, sin embargo, mantener muchas creencias y pergeñar con frecuencia opiniones abundantes. Menos un arte que una compulsión, el acto de opinar anima la existencia de tertulias, parlamentos, periódicos, escritores, cantinas, cafés, talleres mecánicos, haciendo que quien lo practica se sienta, por un momento, inteligente y original.

Hay acontecimientos que producen anécdotas, recuerdos, lecciones e irremediablemente opiniones. Esos sucesos no siempre son comunes. Un terremoto, el hundimiento de un barco o una guerra incitan a la creación de numerosos comentarios raras veces atinados o memorables. Suele tratarse de frases hechas, que quien las profiere cree que se le han ocurrido a él. En cambio, otros hechos que suscitan comentarios espontáneos son consuetudinarios y acaso ocurren para que la gente pueda explayarse sin temor, con la seguridad que da la ignorancia: el futbol, por ejemplo, los toros, la literatura, la música, la pintura, los espectáculos –incluida la política.

En un estadio de futbol, los espectadores son entendidos y se saben con autoridad para ejercer la crítica en todas sus formas; desde el elogio más elemental desgañitado con entusiasmo hasta la reprobación más contundente practicada por medio del insulto dizque ingenioso, espetado a coro. Los menos arriesgados prefieren las observaciones tácticas, que en demasiadas ocasiones coinciden con las de los comentaristas deportivos a los que suelen reprobar, y que a mí me parecen admirables por la celeridad con la cual deducen argumentos como “el Villareal perdió porque Riquelme falló un penalty” y México porque falló cinco. Sin olvidar ese hallazgo quizá en desuso que es el Tirocentro, que ni es tiro ni es centro.

Ya don Nacho Trelles afirmó, después de un juego de los desaparecidos Leones Negros de la Universidad de Guadalajara, que “el público se puede manifestar como quiere y puede, sólo que muchas veces puede más de lo que quiere”. El cine también puede convertirse en una aventura cotidiana no sólo por aquello que ocurre en la pantalla, sino por lo que acontece en los cinematógrafos, habitados por personajes inquietantes como la taquillera, el boletero, el cácaro o el cinéfilo solitario, a los cuales suelo creer coludidos. El terror oculto en la dulcería, las películas malas o la ingenuidad latente de la Matiné o del programa doble forman otro de sus atractivos. Sin embargo, muchos de los espectadores son un riesgo. Aparte de sus costumbres ejemplares, algunos de ellos suponen que emitir un comentario acerca de la cinta exhibida representa una obligación. Las opiniones que ello produce exceden la salida del cine y se transforman en reflexiones de café, que no prescinden de distintos tipos de interpretación, de términos técnicos que consideran fundamentales como close-up, full-shot, medium-shot, travelling, o de una simbología desaforada. Otros encuentran una gran profundidad al sostener que “tiene buena fotografía”, azorados ante los paisajes escenificados como en las tarjetas postales o ante unos claroscuros llamativos. Los menos son más sinceros y se limitan a elogiar los encantos de las actrices.

Quizá uno de los mayores representantes del practicante de opiniones sea el borracho de cantina que interrumpe las conversaciones de los desconocidos con supuesta cortesía, y que luego de aseverar: “Ustedes perdonen, los estuve oyendo, muy interesante su plática”, exige ser escuchado acerca de lo que piensa de libros que no ha leído, de los dichos de Sancho Panza, de la Revolución Mexicana, de religión, de las vidas malogradas, de su tristeza.

Pero como si ese tipo de personajes que abundan, sobre todo en España, no fueran suficientes, se ha creado una abstracción que adquiere la forma que la contiene: la “opinión pública”.

En uno de los ensayos reunidos y traducidos por Andrés Ordóñez en Contra la democracia. Una antología de escritos políticos, Fernando Pessoa la consideraba una superstición verbal, y creía que de la conformidad con ella dependía la esencia de una política estable y fecunda. Para Pessoa, la “opinión pública es, primero, un fenómeno del instinto, y segundo, un fenómeno tradicionalista”. Karl Kraus la definía como “una furcia avejentada que no ha perdido la virginidad” y Luis XIV hubiera podido sostener que, como el Estado, la opinión pública era él.

Eliseo Diego pensaba que las anécdotas significaban un indicio de estar vivo. Quizá las opiniones también sean una forma reiterada de constatar nuestra existencia, aunque para ello se recurra al plagio involuntario. Lamentablemente con demasiada frecuencia perdemos la oportunidad de quedarnos callados.

martes, mayo 23, 2006

Adiós a una Diosa

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Como esto ya está pareciendo la capilla de Gayosso en lugar de un blog, nomás quiero decir que Lilia Prado fue una de las mujeres más bellas y sensuales del cine nacional.

Descanse en paz.

Muere la actriz Lilia Prado
EL UNIVERSAL
Martes 23 de mayo de 2006

La artista de la pantalla grande falleció a los 78 años debido a un infarto; participó en más de 100 películas, pero alcanzó la cima cuando trabajó con el cineasta español Luis Buñuel

11:02  Murió ayer la actriz Lilia Prado a la edad de 78 años de edad, debido a una enfermedad renal que se complicó con una falla pulmonar y que le causó un infarto, informó su hermana Marisa.

Leticia Lilia Amezcua Prado, su verdadero nombre, nació un 30 de marzo de 1928, agregó su consanguínea, quien indicó que también participó en más de 100 películas, pero alcanzó la cima cuando trabajó con el cineasta español Luis Buñuel.

La actriz falleció a las 12:30 horas, pero nadie de su familia se acordó de enviar un comunicado a la prensa, ni siquiera la Asociación Nacional de Actores (ANDA).

Prado protagonizó "La ilusión viaja en tranvía" (1953), de Luis Buñuel, donde se le vio como un ser erótico, lo cual era una ofensa para ella.

La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas entregó a Lilia Prado el Ariel de Oro por su trayectoria, en el Palacio de Bellas Artes.

La originaria de Villa de Zahuayo, Michoacán quería que su nombre artístico fuera Sonia y, al no poder hacerlo, le llamó así a su perra.

Comenzó, en el año de 1947, en "La barca de oro" y "Soy charro de rancho grande". No trabajó mucho tiempo de extra, porque no aceptaba cualquier trabajo pues no tenía necesidad para ello.

Hizo un buen papel en "Dueña y señora".

En ese tiempo ganó también el título de Señorita Novel de la pantalla.

Su primer estelar en pantalla grande fue en "Confidencias de un ruletero" (1949), junto con Adalberto Martínez Resortes, a partir de entonces hizo muchas comedias y cintas musicales donde aparecía "bailando y enseñando las piernas".

Fue Ismael Rodríguez quien le dio el primer papel en el que no tenía que bailar y fue en 1950 cuando realizó "Las mujeres de mi general", al lado del inmortal Pedro Infante.

Ausente del cine desde 1988, con una filmografía que abarca 100 títulos, Lilia Prado trabajó con los directores y actores más importantes de su tiempo.

Su consagración se dio cuando fue llamada por Luis Buñuel para intervenir en "Subida al cielo" (1951).

Nunca le dieron un Ariel, ni por "Talpa" (1945), de Alfredo B. Creevena, para la que estuvo nominada.

Elegía por un Ángel

por Jesús Gómez Morán

1. La persistencia de la memoria


Dicen (las malas lenguas, que la mayoría de las veces son as más confiables) que don Ángel Fernández empezó a dejarse morir desde el domingo a las 7 de la tarde. No era para menos: ése día pudimos constatar no sólo la campeante ausencia de criterios entre los que (se dicen) son sus colegas ejerciendo el mismo oficio de cronistas deportivos, sino también el miserable nivel de competencia del torneo de futbol local. Con la noticia de su muerte, acaecida el día de hoy, encuentra uno el mejor calificativo que pudo darse, no sólo a todos aquellos elementos que rodearon a este partido en particular, sino al torneo de clausura en general (y si me apuran, también al sistema que lo rige).

Por ende, quiero pensar que allá arriba tenemos a un nuevo ángel que vele por estas almas del purgatorio adictas y enfermas a lo que él mismo llamó "el juego del hombre". Porque, en honor a la verdad, el goce de un partido narrado por don Ángel podía ser doble: al fin y al cabo partidos malos los hay ahora como los ha habido desde antes, pero cuando pasaban a través del tamiz de sus comentarios, más allá de las dimensiones épicas que le otorga Juan Villoro, encontrábamos la chispa que sólo los ingenios maduros son capaces de producir, la nota pintoresca, la pincelada de humor que permitía imaginar al "Chaplin Ceballos" con bastón y bombín o al "Supermán" Marín con capa roja y una "S" en el pecho, por mencionar sólo dos apodos de su autoría. En fin que la posibilidad de manifestar de estas expresiones tan coloquiales regresaba al ambiente creado entorno a este deporte a sus orígenes no sé si más puros, pero, contrastando con la situación actual sujeta al albedrío del poderoso caballero "don Dinero", sí a sus orígenes más nobles (los de la cascarita en el barrio, los del llano).

Si mal no recuerdo (aparte de su trabajo en la radio) su última aparición en televisión aconteció hace 8 años, durante la Copa del Mundo de Francia 98. El contraste era inevitable: breves comentarios intercalados entre los de Hugo Sánchez desgañitándose con las anotaciones de Ricardo Peláez y Luis Hernandez, y el relato del señor Bermúdez de la Serna que repitiendo "matador, matador, matador", parecía un taladro sobre la corteza cerebral. Tal vez sea pantagruélico, pero precisamente por eso hago la siguiente acotación: lastimera resultaba su presencia en la misma proporción en que le sucedió al albatros personificado por Baudelaire en el poema dedicado a esta ave: frente a la pedestre preeminencia de los intereses mercantiles, don Ángel era esa ave cuyas alas de gigante le impedían andar por la tierra. Así pues, con este deceso, queda sellada sobre concreto la enorme diferencia de cronistas como él (y los dos: Fernando Marcos y Fernando Luengas), y los que medran con la principal afición deportiva en este país, tanto en Chapultepec 18 como al pie del Cerro del Ajusco. Del mismo modo en que han quedado asentados los resultados de las finales tanto en la Primera División como en la Primera "A", habría que reconocerlo: la distancia que va del Pachuca a su filial, los Indios de Ciudad Juárez, es la misma que hay entre Ángel Fernández y su "A todos los que quieren y a todos los que aman el futbol" y el perro Bermúdez con su frase: "Aficionados que viven la intensidad del futbol"...

2. La persistencia del olvido

La ausencia del cronista que se pone la playera de su oficio y no la de su compañía televisora se hizo más que patente el domingo pasado, dentro de un cotejo que definió el árbitro, merced a la polémica marcación de un penalti (suceso que, dentro de una la final --marcado o no-- siempre dará de qué hablar): su carácter ambiguo es como las dos caras de Jano, pues ciertamente Ángel Reyna tiene la intención de obstruir el paso de Chitiva, y el contacto se produce abajo --y no con un empujón arriba como apuntaban los brillantes comentaristas aztecos--, y en esa medida era falta, sólo que resultaba imposible que el jugador del Pachuca pudiera caerse debido a esa jugada: más bien optó, tras sentir el contacto referido, por el clásico "clavado", elección que en mi fuero íntimo le agradezco en grado sumo, pues evitó que siguiéramos padeciendo una final peor que la del Necaxa-Celaya, acontecida hace más de diez años y cuyo partido de vuelta, con marcador de 0-0, se definió por el inefable gol de visitante (durante el juego de ida).
 
Nuestra miseria es doble porque ahora ya ni siquiera la crónica deportiva salva un mal partido. Los herederos de esta tradición forjada a pulso por los cronistas de antaño no han sabido honrarla: si de por sí para este partido va a ser anécdótico el "Pachuca campeón", un asunto de mero trámite burocrático, qué televisora haya hecho la transmisión será doblemente anecdótico, lo cual quiere decir doblemente destinado al olvido. ¡Qué pena escuchar desde el partido en que salieron eliminadas la Chivas  cantar a los joserritos que trasmitirían el último partido del torneo como si se hubieran sacado la lotería! Es más: ubicada la distancia entre el perro Bermúdez y don Ángel, imagínense la que habrá con los "joserritos" que le copian a "Pelón de bailando por un sueño" sus insípidos apodos a los jugadores. Merolicos ante la ausencia del espectáculo, miden en la altura decibélica de sus gritos la emoción de una jugada, y cuando quieren acceder a la nota chusca no logran sino el patetismo de un engominado Christian Martinolli vociferando: "Toma chango tu banana". Carentes de toda gracia, quizá un Ángel Díaz, con toda su naquez, le vendría a modo una expresión así y sin embargo (hay que decirlo) sus comentarios resultan más elegantes. Ojalá, como póstumo homenaje (digo, para no tener la sana costumbre de ignorarlos cerrando el volumen durante las transmisiones televisivas, ahora que se aproxima Alemania 2006) los comentaristas deportivos aprendieran un poco de don Ángel y se olviden un mucho del otro Fernández, José Ramón, para mayores datos...
 
Dicen que don Ángel Fernández empezó a dejarse morir desde el domingo a las 7 de la tarde. El desenlace pues, acaecido el día de hoy, sólo fue el resto de un inexorable proceso fisiológico.
 
El Chuchín

El Código Ta Pinchi

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A: Oye, Tom: ¿deveras crees en todas las patrañas que dice el libro?"
T: "No, pero la millonada que me pagaron por actuar me haría creer hasta en la segunda venida de Jesucristo."

La cultura pop nos obliga a citas que, aunque no queramos, tenemos que cumplir, a riesgo de aparecer ante los ojos de los demás como una especie de amargado outsider, contreras o, ya de plano, extraterrestre.

Para no quedarme fuera de las conversaciones de sobremesa y tener algo de qué platicar en las reuniones o en la oficina, fui a ver, but of course, El Código Da Vinci.

Lo único que puedo decirles es que la película muestra aún en forma más descarnada, al tratarse de una versión cinematográfica del libro y por lo mismo resumida y sintetizada del mismo, sus limitaciones y carencias. Es decir, el libro es un mal thriller, efectista, apantallapendejos y tramposo. Y la película evidencia y magnifica todo eso.

Para empezar, el personaje de Robert Langdon es totalmente inverosímil. Si cualquier persona común y corriente a veces tiene problemas para acordarse del número confidencial de la tarjeta de crédito, resulta que este cabrón descifra en un segundo enigmas que han permanecido sin resolver durante cientos de años.

Luego están las cuestiones fácticas. ¿A poco en el Museo del Louvre uno puede andarse paseando a deshoras de la noche sin que le digan a uno nada? ¿Pues qué no tienen cámaras de vigilancia o qué? Claro, a veces hay que tomarse ciertas licencias para que funcione la historia, pero esto ya es totalmente contrario al sentido común. Es decir, toda narración (llámese película o novela) es una administración de las casualidades, pero hay que hacer que aparezcan naturales, no forzadas o jaladas de los pelos.

Nunca he sido fan de Tom Hanks, se me hace sobrevalorado, pero parece que conforme va envejeciendo se está haciendo mejor actor. Lo que pasa es que este personaje no da para más. El papel de la policía francesa estaba que ni pintado para que lo hiciera Juliette Binoche, pero lamentablemente ya no daba la edad, así que escogieron a esta chava, Audrey Tautou, que muchos admiran por su actuación en Amélie, pero la verdad es que no se me hace cosa del otro mundo. Su inglés es pésimo y cuando tiene que poner cara reflexiva más bien parece que está haciendo pucheros. Sir Ian McKellen trata de sacarle algún jugo a algo tan insulso, y Jean Reno y Alfred Molina, cumplidores como siempre, pero nada más.

Sin el respaldo de la fama del libro, seguramente la película no pasaría de ser un mal thriller, pero como viene antecedido del escándalo y la polémica, muchos le verán virtudes que no tiene.

Todo esto me lleva a pensar la razón por la cual este bodriazo de novela ha logrado vender la friolera de 40 millones de ejemplares en todo el mundo, que nunca antes había vendido un libro. ¿Qué es lo que las personas encuentran en El Código Da Vinci? Aventurando una hipótesis, creo que la clave es el misterio. La gente tiene ganas de que les cuenten historias que los fascinen, que les hagan pensar en enigmas y les planteen incógnitas, no importa qué tanto que estos enigmas estén adulterados o sustentados en premisas históricas falsas o inexactas. Y, bueno, desde luego, también hay que añadirle el morbo sobre las atrocidades de la Iglesia Católica y el Opus Dei.

(Aunque en este caso, no se entiende el enojo de El Vaticano, si el villano no es precisamente la Santa Sede sino un grupo de obispos fanáticos que da la causalidad que eran del Opus Dei. A mí me gustaría, por ejemplo, que un autor gringo (o de cualquier lado) hiciera un buen thriller sobre los escándalos de pederastia de los sacerdotes católicos en ese país y en el nuestro también, mostrando la forma en que, ahí sí, El Vaticano los solapa y protege, como en el caso del Padre Maciel).

De otra forma, no logro entender que algo tan chafa haya logrado atraer la atención de tanta gente.

"Goooooooooooooooooooooooool..... que se va"

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Muere Ángel Fernández, leyenda de la crónica deportiva

Notimex y redacción
El Universal
Martes 23 de mayo de 2006

Tenía 80 años. Hizo famosa la frase "a todos los que quieren y aman al futbol"

11:36 Uno de los mejores cronistas deportivos en la historia de la radio y la televisión en México, Angel Fernández, falleció hoy a causa de complicaciones renales en el Hospital Angeles del Pedregal de esta ciudad.

El reporte de su deceso fue dado a conocer por la emisora radiofónica Estadio W para la cual Angel Fernández trabajó los últimos años de su vida, al lado de otro cronista deportivo, Jorge “ Che ” Ventura.

Angel Fernández Rugama, nacido el 2 de agosto de 1925 en la Ciudad de México, fue sin duda un poeta de la crónica deportiva, pues se caracterizó por ser una de las voces más reconocidas en el medio nacional, y de quien se decía que un mal partido de futbol lo hacía algo excelso con sus narraciones.

A Fernández le sobrevive su esposa Lucrecia Gris y ocho hijos, entre los que se encuentran Aldo, también comentarista deportivo; Alí, quien fuera jugador de Primera División profesional en el futbol mexicano; así como Ari, multicampeón nacional en motociclismo y actualmente gerente de mercadotecnia de una empresa de lentes.

“Don Angel”, creador de la célebre frase con la que arrancaba los partidos que narraba: “A todos los que quieren y aman el futbol!”, tuvo a lo largo de su vida al menos tres infartos cerebrales que fueron mermando sus condiciones de salud.

Hace cinco años sufrió el último de ellos y del que ya no pudo recuperar por completo la movilidad de la mano izquierda y le dificultó aún más poder caminar.

“Angel tenía 80 años, su edad se combinó con las afectaciones que le dejaron los infartos cerebrales y esto le trajo una terrible depresión ... ya no deseaba vivir porque decía que no podía hacer lo que él quería”, comentó con tristeza “Che” Ventura, compañero de Fernández en el programa “El futbol y otras galaxias” de Estadio W.

Agregó que su colega tenía más de un mes sin presentarse a trabajar porque ya no podía, “la última vez que dijo hoy sí voy, se canceló el programa debido a la transimisión del partido de Copa Libertadores entre Tigres y Libertad de Paraguay (el pasado 4 de mayo). Su muerte se dio en el transcurso de esta mañana, él llegó al (hospital) Angeles sólo para una revisión, pero ya no lo dejaron salir”.

El 1 de mayo del 2005 el club Atlante rindió homenaje a Angel Fernández en el medio tiempo del partido de Potros de Hierro contra Rayos de Necaxa en el estadio Azteca donde el público asistente le aplaudió de pie.

“Nunca se habían reunido tantos magos de la lente para tomarme una foto. Me siento orgulloso de todo lo que me han regalado, contento de ver a tanta gente y medios de comunicación ... tantos fotógrafos que no veía desde que se casó Marilyn Monroe”, decía entonces divertido con su peculiar estilo.

Ángel Fernández se convirtió en los años 70 y 80 en la gran figura de la crónica deportiva en México, tras crear una estilo, hasta hoy imitado, lleno de creatividad al momento de narrar los partidos, así como de un gran ingenio para apodar a los jugadores.

Antes de cada partido, como epígrafe de su narración, solía decir: "A todos los que quieren y aman al futbol, el juego del hombre".

De sus narraciones se les recuerda muchas anécdotas. En una de sus narraciones cantó goooooool al ver el balón tocar las redes, sin embargo al darse cuenta que la vista lo había engañado, volvió a gritar con más fuerza y en dos ocasiones pero agregó al final, ¡Gooooool, que se escapa!.

De los apodos más famosos se recuerdan los que le puso al arquero argentino Miguel Marín, que por sus lances felinos le llamó El Gato y poco después gracias a su manera de volar en la portería, lo bautizó como Supermán y cada vez que venía un balón de peligro a él, solía especular con la posibilidad de que trajera criptonita.

A un gran defensa de los años setenta, Miguel Ángel Cornero, quien tenía como norma que pasaba el balón o el hombre, pero no los dos, le puso de sobrenombre de El Confesor; a Pedro Nájera, que corría los noventa minutos, El Siete Pulmones; al jovencito goleador Hugo Sánchez, El Niño de Oro; al ídolo Enrique Borja, por su prominente nariz, El Cyrano de las canchas, a Leonardo Cuellar, por su abundante melena, El León de la Metro.

viernes, mayo 19, 2006

Dos razones contundentes

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Si con argumentos tan rotundos como estos, no se convencen de votar por el Peje, entonces ya no sé cuáles son las cosas que importan en la vida, jejeje.

Cortesía del Sendero del Peje al 2006

Mejor que los de MTV

Vean el videclip de esta canción, que ya la quisiera Molotov para incluirla en su repertorio.

Link directo a youtube.com: http://www.youtube.com/watch?v=cSzCXonXd2w

Cortesía del Sendero del Peje al 2006

jueves, mayo 18, 2006

Adiós al Gordo Porcel

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No les digo: nomás se descuida uno y llega la parca, esa piruja, y se lleva a los buenos.

Ahora le tocó a Jorge Porcel, el genial Gordo, que se hizo famoso aquí (o por lo menos así fue como yo lo conocí: lo pasaban en Canal 13 a medianoche) con su programa "Las Gatitas de Porcel", donde hacía sketches cómicos y aparecían verdaderos "forros" en diminutas prendas.

Me encantaba el Gordo cuando joteaba y hacía el personaje de "La Tota", una matrona que siempre le andaba tirando la onda a las chavas, o a quien se dejara. El cabrón de Julito Morales(saludos Julito, a ver si te comunicas), cuando jugábamos dominó en su casa, siempre me hacía burla y decía que yo me parecía a Porcel y lo arremedaba: "Seeeeñor carniceeeero" (claro, con acento porteño).

Por cierto: ¿alguien sabe el nombre y el intérprete de la canción con que abría el programa de "Las Gatitas de Porcel"? Era un corito así como entre soulero y discotequero con el que salían las gatitas bailando. Suena como a Earth Wind & Fire, pero no estoy muy seguro.

El Gordo Porcel se fue a vivir a Miami e hizo algunos papeles en películas gringas. Me acuerdo de uno, muy chiquito, en Carlito's Way, con Al Pacino haciéndola del narco pueltoliqueño Carlito Brigante, chico.

Dicen que se enfermó de Parkinson y luego se volvió predicador evángelico (háganme el favor: después de vivir todos los excesos y gozar a las damas más bellas, se puso a enmendar almas descarriadas. Eso sí es ser extremista).

En fin... See you later, Gordo

miércoles, mayo 17, 2006

Desde el 2000, un asesino impune en la Presidencia

Estrictamente personal

Crimen sin castigo
por Raymundo Riva Palacio


El Universal 17 de mayo de 2006
http://www.eluniversal.com.mx/columnas/57630.html

Un viejo caso de página roja puso a Vicente Fox en el umbral de acabar con su carrera política, pero el PRI le perdonó su error.

El 10 de noviembre de 1990 sucedió un trágico suceso en León, Guanajuato, donde perdió la vida Desideria Pérez Pérez, de 83 años. Un auto compacto que arrancó cuando todavía tenía el semáforo en rojo, fue embestido por una camioneta pick up y terminó arrollando a la anciana que, ese sábado cerca del mediodía, hacía lo de todos los días, vender periódicos. Ahí empezaron a suceder cosas extrañas con el expediente y la integración de la investigación, que al final de cuentas hizo que el conductor del auto compacto ni siquiera fuera llamado a declarar ante el Ministerio Público. Más aún, los periódicos de la época desaparecieron de la hemeroteca local, porque había un fuerte interés de que todo fuera ocultado por el tiempo. Las influencias políticas aparecieron, pese a que nadie se imaginaba en ese momento que el homicida imprudencial se convertiría, años después, en Presidente de México.

En ese año, Vicente Fox era un diputado mediocre que aspiraba la gubernatura de Guanajuato. Esa mañana acababa de salir del Comité Directivo Estatal del PAN, y en compañía del jefe de prensa, Arsenio Bañuelos, se dirigía hacia Irapuato. Nunca llegaría porque en una esquina de León se pasó la luz roja y fue embestido por un joven que, a su vez, aceleró la marcha de su camioneta cuando se prendió el amarillo del semáforo. Fox infringió una ley de tránsito y el joven fue un imprudente. Combinación fatídica. Minutos después, un hombre muy cercano a Fox -a quien haría años más tarde secretario de Estado-, Ramón Martín Huerta, a la sazón diputado federal, informó al presidente estatal del PAN, Alfredo Ling Altamirano, del incidente. "Vicente acaba de chocar en la esquina", le dijo mientras varios panistas corrían en su ayuda.

Las autoridades abrieron el expediente 6204/90 y detuvieron al entonces joven Rigoberto Almaguer, que conducía la pick up a toda velocidad. Fox, que tenía fuero por ser diputado federal, no fue arrestado. Según la nota en la página roja de El Heraldo de León, firmada por el reportero J. de Jesús Morales, Fox acompañó a los agentes de tránsito y acordó que se presentaría a declarar posteriormente ante la representación social, por lo que se le permitió retirarse. Sin embargo, reveló en junio de 2000 la revista Expresión Autónoma, que se editaba en la ciudad de México, no cumplió con su palabra, jamás rindió declaración ministerial y siempre se desentendió de toda responsabilidad material y moral.

En su campaña presidencial, una década después, en un acto en el ITAM en la capital mexicana, un estudiante le preguntó sobre aquel accidente. Fox, según Expresión Autónoma, respondió colérico: "¡Nunca he manejado vehículos desde que estoy en la política! ¡No hay nada de eso! ¡No tengo de qué avergonzarme!". Después se refirió en forma peyorativa a los medios que se hacían eco de ello, argumentando que se trataba de una guerra sucia. "Dirán que atropellé a una viejita de 91 años -dijo en un evento de la Coparmex en Pachuca-, que soy un alto vacío... y una y mil mentiras". Pero, desafió, toda imputación tendrá que ser probada.

Aunque los periódicos de la época desaparecieron de la hemeroteca de León, copias de El Sol de León y El Heraldo de León reproducidas por la revista Expresión Autónoma demuestran el involucramiento directo del Presidente en el accidente que le costó la vida a la anciana voceadora. El Sol de León le dio su principal titular del domingo 11 de noviembre de 1990, que decía: "Accidente a Fox; murió una anciana"; mientras que El Heraldo de León, en su edición vespertina del día anterior, destacaba a ocho columnas en la parte superior de su primera plana: "Vicente Fox involucrado en un lamentable accidente vial". Adicionalmente a los textos, ambos periódicos publicaron fotografías del entonces diputado, patilludo y en pantalones de mezclilla junto a su automóvil, un Tsuru II. Tres días después de la muerte de la anciana, se giró el oficio 2512/90, mediante el cual las autoridades dejaron en libertad al joven Almaguer, a quien habían señalado como el único responsable del delito de homicidio imprudencial y daños en propiedad ajena, pero Fox, que se pasó el semáforo, quedó libre y sin haber sido fichado.

Aunque el fuero lo protegía de la detención en ese momento, no otorga inmunidad absoluta a quien lo ostenta. El procedimiento que debió haberse seguido era, siendo diputado federal, la intervención de la autoridad competente y la presentación de una denuncia ante un juez para que procediera llevar el caso a la Cámara de Diputados para un juicio de desafuero. En el caso de Fox hubo un blindaje total, que le evitó el paso de ser sujeto a un juicio de desafuero, con lo cual no sólo le dio la vuelta a la autoridad por haberse pasado el alto que costó la vida de una persona y cerca de 10 millones de pesos de la época en daños materiales, sino que le dejó limpio su expediente penal, con lo cual no tuvo problemas para competir por la gubernatura, que ganó en una segunda ocasión, y por la Presidencia, a la cual llegó en 2000. Está claro que de haberse cumplido la ley, Fox no hubiera avanzado más en su carrera política.

El caso del crimen sin castigo ya no modifica la historia política de este país, pero sirve de estudio de caso de cómo el pasado de un candidato puede ser utilizado con fines políticos para destruir a un adversario. Este tema también marca una diferencia sustantiva en la forma como se está comportando Fox durante el proceso electoral de 2006, vis a vis cómo se comportaron sus adversarios cuando era candidato en 2000. A lo largo de los meses, el electorado ha visto cómo se hundió un aspirante priísta, Arturo Montiel, y cómo se ha enlodado al candidato Roberto Madrazo, con la utilización de archivos que sólo pudieron haber salido del gobierno federal. En paralelo se ha visto la batería de spots negativos en contra de Andrés Manuel López Obrador, donde se está hurgando su biografía de confrontación para presentarlo como una amenaza a México. No hay matices, y se está trasladando en automático el pasado al presente, sin ubicar su contexto, en su tiempo y espacio.

Lo mismo pudo haber pasado con Fox en 2000, pero sus adversarios optaron por una ética política. El expediente completo del accidente en que perdió la vida la anciana, llegó al escritorio del presidente Ernesto Zedillo, con la recomendación de utilizarlo políticamente. Zedillo dijo no. Otra copia llegó a la campaña de Francisco Labastida, donde se consideró que era un golpe bajo que no estaba a la altura del momento que se vivía. Fox, que no se cansa de repetir los vicios del pasado y las virtudes de su arribo al poder, no aprendió algunas lecciones valiosas de la vida política. Hoy sigue subrayando la inmoralidad de su Presidencia en la forma como se comporta. Es una lástima que lleve esa batuta, sobre todo porque él, finalmente, es un homicida imprudencial cuyo crimen no tuvo castigo.

rriva@eluniversal.com.mx
r_rivapalacio@yahoo.com

lunes, mayo 15, 2006

Bellísimo ombloguismo

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Imagen cortesía de la aún más bella Lola, de gira por Yanquilandia.
(http://justlola.blogspot.com/2006/05/postales-de-yanquilandia-revisited-i.html)

Bellísima

por Eduardo Lizalde


Oigame usted, bellísima,
no soporto su amor.
Míreme, observe de qué modo
su amor daña y destruye.
Si fuera usted un poco menos bella,
si tuviera un defecto en algún sitio,
un dedo mutilado y evidente,
alguna cosa ríspida en la voz,
una pequeña cicatriz junto a esos labios
de fruta en movimiento,
una peca en el alma,
una mala pincelada imperceptible
en la sonrisa...
yo podría tolerarla.

Pero su cruel belleza es implacable,
bellísima;
no hay una fronda de reposo
para su hiriente luz
de estrella en permanente fuga
y desespera comprender
que aun la mutilación la haría más bella,
como a ciertas estatuas.

A poetazos

UNIVERSIDAD DEL VALLE DE MÉXICO
CAMPUS SAN RAFAEL
DIRECCIÓN DE DIFUSIÓN CULTURAL
TIENEN EL HONOR DE INVITARLE A
la gran gala de poesía

A POETAZOS

con

Iván Leroy
Guillermo Vega
Andrés Castuera-Micher


La poesía no volverá a ser la misma después de esta noche...

dicho evento tendrá lugar en la magna escalinata de la biblioteca de la UVM Campus
San Rafael cita en Sadi Carnot no. 57 Col. San Rafael
el jueves 18 de mayo a las 19:00 hrs.

ENTRADA LIBRE

Si faltas, es bajo tu propia responsabilidad

domingo, mayo 14, 2006

Happy birthday to me

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Gracias por todas las llamadas, los mensajes y los regalos, ¿eh?, deveras. Los estuve esperando todo el día y nadie llegó ni llamó.

Me tuve que acabar el pastel, el chupe y las botanas yo solo, y soportar con estoicismo el show del payaso Platanito, que es más espeso que un licuado de peyote.

Me cae que así ni dan ganas de volver a cumplir 39 años.

Gracias, neto, con amigos como ustedes para qué quiere uno más en la vida. Ora que sea el suyo nos ponemos a mano.

Salud!!!

viernes, mayo 05, 2006

Se nos fue un hombre violento

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Una escena de su opera prima como director

Con tantos plagios y madrizas, se me había pasado rendirle homenaje a Valentín Trujillo, quien murió en su cama, en paz, hace unos días. Padecía el mal de Parkinson y se había retirado de la farándula desde hacía un rato. Tenía apenas 55 años.

Hace como 25 años, antes de Gaeles y Diegos, el que la rifaba en el cine nacional (y entonces verdaderamente popular) era precisamente él, Valentín Trujillo, que fue uno de los pocos que le entraron en serio (aunque con sus razonables limitaciones de producción y humor involuntario) al cine de acción, haciéndole competencia, junto con los hermanos Almada y Rosa Gloria Chagoyán ("Lola La Trailera"), a los duros Charles Bronson y Clint Eastwood (Bruce Willis, Stallone, Schwarzennegger, Van Damme y Steven Seagal vinieron mucho después).

Entre su abultada filmografía (151 películas como actor, según la IMDB) destacaron verdaderas joyitas del cine nacional (las cualidades que le brotaban eran casi todas involuntarias), como Perro Callejero I y II, Ratas de la Ciudad, Policía de Narcóticos, Un hombre Violento y su magnum opus: Yo, el Ejecutor.

Recuerdo las tardes de jueves con programa doble en el Pedro Infante 2000 (así se llamaba el cine de mi barrio), atascándome de palomitas rancias, mientras veía al carilindo Trujillo convertirse en un verdadero energúmeno. ¡Qué Vengador Anónimo ni qué las hilachas! Él solito, con su carita de "yo no fui" le rompía su maraca a cuanta banda de rufianes le colmaran el plato. Porque todas las historias partían casi de la misma premisa: un hombre bueno al que las circunstancias y el destino lo volvían una máquina de venganza (órale) y al final se quedaba con la muchacha.

No me hubiera extrañado nada que, de haber seguido filmando, ahorita ya estuviera pensando en llevar al celuloide la toma de Atenco, con él como protagonista: un machetero poniéndole en la madre, él solito, a tres mil granaderos y policías, para luego casarse con la hija de Nacho del Valle (nomás que interpretada por Ana Claudia Talancón)

Descanse en paz el Perro Callejero.

jueves, mayo 04, 2006

Diosito nos puso en este camino

Sobre el affaire Volpi-Dresser vs. Sanborns-Slim, la amiga ornitologa dejó este nuevo comentario:

Creo que tengo que contestar algunos puntos, empezando por un poco de autocrítica. Primero nunca quise ni siquiera sobreentender que eras un criptointelectual, o algo en el estilo. Perdón si me expresé mal, pero no debiste sentirte ofendido, no era mi intención. Luego me pasé un tantito al hablar de tu (no) sentido del humor, creo que no nos hacen reír las mismas cosas y eso es todo. Por fin, tienes toda la razón, hubiera podido evitar esa perogrullada… que la mires por donde la mires, sigue siendo una perogrullada, de la que no me siento muy orgullosa.

Cumplida esa mínima parte de meaculpa, ahora paso a la ofensiva. Definitivamente no tenemos el mismo concepto de lo que es la censura. Si bien tengo un fallo por las perogrulladas, tú no eliges las comparaciones más adecuadas, hay que decirlo. A mí también me parece normal que una librería parroquial no quiera vender biblias satánicas, igual que me parece normal que una librería judaica (o en este caso también una pública o lo que sea) no quiera vender libros nazis etc… pero no por ello deja de ser censura. Entonces, claro, el señor Slim tiene todo derecho a (no) vender lo que quiera en sus tiendas, a censurar los libros que hablen mal de él. Ahora, la cuestión es, como lo dijiste, los motivos de esta censura: creo que es bastante obvio, y nada se va a escandalizar por ello, que una librería católica no quiera, y nunca se le ocurra vender libros a favor del preservativo o de la gay pride. Ahora bien, que una librería anuncie que va a comprar 5000 ejemplares de un libro (lo que demuestra que el libro le parece interesante) y que, tras pedir las planas que se atañen a su jefe (que dicen básicamente que Slim es el dueño de México), reduzca la cantidad a 250 y ni siquiera los quiera exhibir, no se parece nada al caso anterior. Quien se escandalizó fue el señor Slim, o la gente que trabaja por él, incapaz de soportar la menor crítica y eso no me parece la actitud más noble que hay. Por lo tanto, pienso que Volpi y Dresser tenían también todo el derecho a denunciarlo y defenderse (sin o con la ayuda de sus mamás).

Luego, definitivamente, otra vez, no tenemos la misma concepción de lo que es el plagio y no voy a seguir polemizando sobre el asunto, pero sólo decirte que como los dos lo dijeron en algunas de sus entrevistas, el mismo Jon Stewart sabe lo del libro y se mostró muy entusiasta, hasta tal punto que decidió hablar de él en su programa televisivo. Total que la cuestión de la forma supuestamente plagiada no le interesa al único que hubiera podido molestarse por ello. Quizás porque lo que le importa a Stewart, igual que a Volpi y Dresser, es el fondo, es decir esta sana crítica de los mitos culturales, políticos, e históricos del país en el que vivimos, cualquiera que sea este país. El concepto que inventó Stewart me parece genial y pienso que muchos países tendrían que tener su propia versión para mirarse en el espejo de la caricatura. Por ejemplo, yo soy franco-mexicana (francesa casada con un mexicano), y me gustaría que saliera " La France: le livre ", aunque, de cierta manera ya tenemos algo semejante en Francia con el noticiero de los "Guignols" que son unos títeres que representan a los periodistas y políticos del país. Hazte cuenta que este concepto se exportó a varios países europeos, a España por ejemplo, exactamente de la misma manera : títeres, noticiero, nombre del programa etc… Y nadie vio en esto ninguna forma de plagio, dado que las semejanzas a nivel de la forma son demasiado claras para que haya voluntad de plagiar y de todos modos porque para cada país, todo el contenido cambia.

Al fin y al cabo, en nuestro caso, a nadie le interesa realmente esta cuestión de plagio, ni a Stewart, ni a Volpi ni a Dresser. Escribiste que se hacen " los indignados cuando les caen en la maroma ", pero ¿cuándo y dónde los viste indignarse públicamente del artículo de Krauze? Que yo sepa todavía no ha habido ninguna respuesta escandalizada y pública de su parte. ¿Quién se escandalizó? Krauze en su artículo, Slim en sus Sanborn’s y yo solita en tu blog con una buena perogrullada, pero ellos sí que parecen aceptar la crítica, o sencillamente saben que no tienen nada que reprocharse

En fin, ya dejo el asunto, seguramente, a pesar de todo lo que nos separa, seguiré leyendo tu blog, por el placer de contradecirte y porque también me pareces una persona muy informada e interesante.

Un saludo



Como Diosito ya me puso en este camino, paso a comentar:

1) Nomás por no dejar, busqué la palabra “censura” en el DRAE:

censura. (Del lat. censu¯ra).
1. f. Dictamen y juicio que se hace o da acerca de una obra o escrito.
2. f. Nota, corrección o reprobación de algo.
3. f. Murmuración, detracción.
4. f. Intervención que ejerce el censor gubernativo.
5. f. Pena eclesiástica del fuero externo, impuesta por algún delito con arreglo a los cánones.
6. f. Entre los antiguos romanos, oficio y dignidad de censor.
7. f. Psicol. Vigilancia que ejercen el yo y el superyó sobre el ello, para impedir el acceso a la conciencia de impulsos nocivos para el equilibrio psíquico.
8. f. ant. Padrón, asiento, registro o matrícula.

Mmmmm, very interesting indeed. Pero me cuesta trabajo aplicarlo al caso que nos ocupa. Por lo mismo, insisto que el acto de no vender o exhibir algo en la tienda privada de uno, no tiene que ver nada con la censura. La verdad es que no se me da mucho eso de la clarividencia para meterme en la mente de Slim y saber si se escandalizó o no. Digo, ya me lo imagino escandalizándose porque un par de “intelectuales” lo acusan de ser “el dueño de México”. (Uy, qué ocurrente y simpatiquérrimo chascarrillo, jior, jior.)

2) ¿Por qué Slim, o yo, o quien sea, está obligado ab ovo a aguantar la crítica y que esa crítica se venda en su tienda? Ah, es que si no lo aguanta es un intolerante. Me pregunto si Mr. Volpi sería tan tolerante y abierto a la crítica si yo escribiera un ensayo adverso a su obra y la enviara a la revista Revuelta, que publica el grupo del Crack, del cual forma parte. ¿Me la publicaría? Yo tengo la ligera sospecha que no. Y si no me la publica, ¿lo podría acusar de intolerante y antidemocrático? Creo que más bien al que podrían acusar del estúpido sería a mí, al esperar que él publicara una crítica adversa en su revista. Entonces ¿por qué él sí espera que Slim aguante el pitorreo del que lo hacen objeto en sus tiendas?

3) En cuanto a que Jon Stewart le pareció fantástico el fusil y que hasta pidieron 20 ejemplares y lo va a comentar en su programa, conociéndolo yo creo que más bien se va a pitorrear del libro.

Y si a él no le molesta, pues es su bronca. A mí, personalmente, lo que me molesta es la poca originalidad de estos “intelectuales”, porque una cosa es adaptar o “inspirarse”, y muy otra fusilarse algo a chaleco, como es este caso.

4) Estoy totalmente de acuerdo en que hay que desacralizar la política. La cosa es que en México apenas estamos en pañales, en comparación con EU o Europa. Imagínense: lo más original que se les ha ocurrido es hacer una parodia como “El privilegio de mandar”, y bueno, para eso es lo que les da el talento de Televisa, y no se le puede pedir peras al olmo.

5) Aquí en México TV Azteca copió eso de los “Guignols” con “Los Peluches”, que ahora se llaman “Los Clones”. No recuerdo si eso se inició en Inglaterra o en Francia, pero hay que reconocer que en televisión no hay nada de eso de respeto a las ideas: si sale algo novedoso, alguien lo copia y lo adapta, y a darle. Está el ejemplo de cómo TV Azteca le comió el mandado a Televisa con “La Academia”: Endemol trajo el concepto, exitosísimo en España, de “Operación Triunfo”, acá le hicieron un par de cambiecitos y pegó con tubo, al grado que Endemol-Televisa nunca se atrevió a sacar una segunda temporada.

Pero en el ámbito literario es otra cosa. Hay una cosa que se llama honestidad intelectual.

6) Si a ellos no parece interesarles que los señalen de plagiarios o “poco originales” o de “originalidad dudosa”, hay un nombre para definir esa actitud: cinismo.

Ellos, felices de que se hable de su libro y de que ya nos hayamos pasado nuestras buenas horas delante de la computadora discutiendo esto. Por eso yo también dejo este asunto por la paz, hasta que alguien haga algo que me impulse a señalarlo con mi dedo flamígero como farsante, simulador, embustero o lo que se me ocurra, ñaca, ñaca.

Saludos también. Nos seguimos leyendo.

“¡No nos rendiremos aunque nos maten!”

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¿Beirut? No. ¡Texcoco!


Ayer veía el noticiero y no daba crédito. Creí que esas cosas nomás sucedían en la franja de Gaza, en Cisjordania. Pero no. Era Texcoco, municipio del Estado de México, aledaño a la Ciudad de México.

Es evidente que los gobiernos (y digo, gobiernos porque son tres los niveles de gobierno los que están involucrados en estos hechos lamentables) enarbolarán “el cumplimiento del Estado de Derecho” para justificar la violencia contra los habitantes de San Salvador Atenco.

Lo que nunca van a poder justificar es su rampante estupidez, en empezando por el presidente municipal (perredista) de Texcoco, que tuvo la genial idea de desalojar a los vendedores de flores de la vía pública, sabiendo que entre ellos se encontraban campesinos de Atenco, y que dados sus antecedentes había que tratar con pincitas.

Tampoco van a poder justificar la estupidez de las autoridades estatales, que se la pasaron minimizando la magnitud del problema. No es que uno quiera tener cuerpos represivos de alta tecnología, pero es casi de risa loca la “preparación” de los panzones policías y granaderos, que llegaron muy bravucones, como si fueran pandilleros más que fuerzas del orden, a “desalojar” el bloqueo de la carretera y los atenquenses los recibieron blandiendo sus machetes, a pedradas y bombas molotov. Los tiras salieron corriendo despavoridos y a los pobres que no lograron escapar los dejaron como santocristos.

Y muchos menos justificable es la imbecilidad crónica del gobierno federal, encabezado por el señor ése grandote del bigotito y su excelso gabinete, que mientras sucedían los enfrentamientos prefería hablar del mundial de futbol.

Hoy en la mañana un operativo de más de dos mil policías rodearon el pueblo de San Salvador Atenco y entraron a la plaza principal para detener a los cabecillas del movimiento. La gente resistió con bombas y piedras, pero no mucho. En la pantalla de televisión pudimos ver, en vivo y a todo color, cómo los policías se cobraron la afrenta: un pobre tipo tuvo la mala suerte de tropezarse mientras lo perseguían y los polis le cayeron encima como enjambre para atizarle a patadas y macanazos.

Lo preocupante no es nada más esto que ya pasó sino lo que va a pasar. El Delegado Zero (a.k.a. El Sup Marcos) declaró que el EZLN entraba en “alerta roja”, se suspendía “La otra campaña”, y que él se lanzaba a Atenco para ver en qué podía ayudar.

Para acabarla, al líder de los atenquistas, Ignacio del Valle lo detuvieron y lo van a refundir en el penal de máxima seguridad de Almoloya, exclusivo resort donde compartirá las viandas con distinguidos huéspedes como El Mochaorejas, Mario Aburto y el Chueco Mario Villanueva.

Si los retrasados mentales que fungen como autoridad no buscan cauces de diálogo para desactivar el encono de los acelerados habitantes de Atenco, en una de ésas toman el Zócalo y le lanzan bombas molotov a Palacio Nacional. Ellos mismos ya lo dijeron abiertamente en una manta: “¡No nos rendiremos aunque nos maten!”. Pero, desde luego, es mucho pedir que surja algo de cordura y talento político, y parece que ya es demasiado tarde para eso. Tanto panistas como priístas y perredistas en el poder han demostrado que siempre termina haciéndoseles bolas el engrudo y metiéndose en callejones sin salida.

Lo más preocupante es la evidencia de que a los que sustentan el poder del Estado ya se les agotó la prudencia (la inteligencia siempre ha estado ausente) y decidieron mostrar el músculo represor (medio ineficazmente, aunque igual duelen los macanazos mal dados o bien dados). Y cuando eso sucede, ya es muy difícil predecir cuándo va a parar.

Y todavía falta ver qué posición toman al respecto los “distinguidos” candidatos presidenciales.

miércoles, mayo 03, 2006

Chin: me descubrieron

Nuestra amiga "ornitologa" (así es su nick) dejó este comentario en el post "¡Dios mío, hazme simpático!"

Acaso no leíste correctamente la prensa o bien uno de estos intelectuales te hizo algo en esta vida o en una anterior, porque sólo asi se explica el odio que les tienes. Para que te enteres, Sanborn's había pedido unos 5000 ejemplares del libro antes de ver las páginas que trataban del señor Slim, y después de verlas, redujeron a 250 los ejemplares y ni siquiera quisieron exponerlos: si eso no te parece censura, entonces es que no tenemos el mismo diccionario. Segundo, antes de criticarlo, tendrías que echar un vistazo al libro: si no te ríes, es que no tenemos el mismo sentido del humor (o que no tienes ningún sentido del humor). Leerlo te permitiría darte cuenta de que no fue nunca un secreto lo del libro de Jon Stewart, que aparece explícitamente en el libro como fuente de inspiración, y que si la idea la tomaron de él, todo el contenido sobre México, su historia, su política, sus mitos, es de ellos y representa, según yo, un inmenso trabajo. Otra cosa para acabar: si lo más importante fuera inventar nuevas formas todo el tiempo, entonces ya nadie podría escribir novelas policíacas, o de amor, o de terror, Guillermo Arriaga no podría escribir sus historias fragmentadas que ya lo hizo Tarentino etc... Ellos nunca, que yo sepa, se preciaron de ser originales. un saludo

Para solaz y esparcimiento de los cinco lectores de este blog de quinta, paso a responderlo a continuación:

1) Me has descubierto: sí, soy un criptointelectual, o mejor: un criptoculturoso (término acuñado en la lejana TJ) que odio con odio jarocho a todo aquel que ha triunfado y goza de las mieles del éxito y la aceptación popular, mientras yo me paso los días encerrado en mi buhardilla escribiendo bodriazos que nadie quiere leer y mucho menos publicar. Snif, sufro, sufro, sufro (como decía Demóstenes, el de Don Gato y su pandilla).

2) Repito que Mr. Slim y quienquiera que tenga una tienda de algo está en su pleno derecho de decidir qué vende y qué no, y eso no tiene por qué ser considerado como censura. Si se tratara de una empresa pública sería otro cantar. A ver: en las librerías parroquiales no venden la Biblia Satánica de Anton LaVey, ¿por eso ya es censura?, ¿deberían venderla ahí, aunque vaya en contra de sus intereses, gustos, prejuicios o lo que sea? Ese es el punto.

3) Como no me gusta nomás andar de hocicón, ni hablar de oídas o escribidas, me fui ipso facto al Sótano de Coyoacán a hojear el libelo en cuestión (desde luego, no lo iba a comprar, no les iba a engrosar la tripa), y luego leí el artículo de León Krauze en Letras Libres. O sea, si digo que la burra es parda, es porque tengo los pelos en la lengua... perdón, en la mano.

4) Es evidente que no tenemos el mismo sentido del humor ni la compañera estudiosa de los pájaros ni los ínclitos y nunca bien ponderados Mme. Dresser y Mr. Volpi. Pero de que tengo humor, eso que ni qué. Lo dicen todos mis cuates.

5) Sí, los incluyen en los agradecimientos como no queriendo la cosa, nomás por no dejar, pero en ningún momento reconocen que se fusilaron ¡ideas completas! Ni siquiera es una adaptación. Es una transcripción casi literal del libro gringo. Y sí, reconozco que copiar una cosa al pie de la letra y tratar de que parezca original debe ser un trabajo bárbaro y agotador.

6) Lo que dice la compañera ornitóloga es una verdad de Perogrullo: ya se sabe que no hay nada nuevo bajo el sol y que todo es copia de la copia de la copia. De lo que se trata es de ser honesto. Si se basaron en una idea gringa, pues qué bien, no problemo. Pero que no se hagan los desentendidos e indignados cuando les caen en la maroma y los exhiben públicamente.

7) En cuanto a lo de Guillermo Arriaga, él mismo ha afirmado que cuando hizo el guión de Amores Perros ni siquiera había visto Perros de Reserva. Lo dice en el comentario de audio del DVD. A veces las coincidencias se presentan y son válidas. Lo que no se vale es el fusil artero.

martes, mayo 02, 2006

Terapia de pareja

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Al parecer el dichoso "un día sin latinos" fue un éxito. Los gringos están que no los calienta ni el sol de ver a tanto brownie junto y en las calles. Habrá que esperar las consecuencias de todo esto.

Por lo pronto, el Yépez publicó un artículo muy interesante en la revista emeequis sobre la esquizofrénica y codependiente relación entre México y Estados Unidos.

Como su blog está temporalmente fuera de servicio, aquí les pongo el enlace para que la lean.

(A ver si algún día me agradece el andar promoviendo sus textos)

¿Quién es el señor López?

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El cineasta Luis Mandoki

Pues ayer lunes por fin pude conseguir el DVD con la primera parte del documental de Luis Mandoki sobre Andrés Manuel López Obrador. Se lo pedí al voceador de a la vuelta de mi casa desde el jueves, pero me dijo que pidió 50 y que nomás le dieron tres y que se acabaron luego luego. Se lo tuve que dejar pagado para que me lo apartara.

Debo decir que Mandoki no es ningún Michael Moore ni mucho menos. Nomás se dedica a poner la cámara, a entrevistar y a editar. Sólo muestra voces afines a AMLO y desde luego al mismísimo Peje. Es decoroso, pero no la quinta maravilla.

En la edición de esta semana de la revista emeequis aparece una entrevista con Mandoki en la que relata cómo se metió en todo esto.

Se trata desde luego de un documental propagandístico, pero yo me pongo a pensar a cuántas personas podrá persuadir de las bondades del Peje como candidato.

Hace unos meses vi en casa de mi cuate Gerardo de la Torre el documental El Triunfo de la Voluntad (Triumph des Willens) de Leni Rieftenstahl, documental propagandístico de los primeros años del Partido Nazi, en 1934. Si no lo han visto, vale la pena.

Más allá de si Leni estuvo de acuerdo o no con lo que hicieron después los nazis, lo cierto es que ella cumplió muy bien con su trabajo. Incluso si uno hace el esfuerzo mental de no pensar en lo que después hizo Hitler, uno se siente hasta emocionado de ver a esas masas alabando a su líder, rodeado de jóvenes sanotes y niños bonitos, de campesinos y obreros, y luego los imponentes rallies nocturnos. Si uno se siente así, sabiendo ya que Adolfito era una sabandija, imagínense lo que provocó en los alemanes de aquel entonces. Y eso que casi no utiliza palabras, sólo música e imagénes. Pero qué música y qué imágenes.

Vale la pena leer este artículo sobre el tema del cine y la propaganda.

Para que no se me malinterprete: lo que quero decir es que el propósito de la propaganda es persuadir al espectador, sumarlo a la causa, y para ello tiene que impactarlo emocionalmente, no sólo apelar a la razón.

El documental de Mandoki, por lo menos esta primera parte, me emocionó, pero no mucho. Se me hizo demasiado discursivo, demasiadas entrevistas, en lugar de meter más imágenes del apoyo popular a AMLO, de identificar al líder con el pueblo. Digo, si lo que quería hacer es un documental que sirva como propaganda. Si lo que quería hacer es nomás un testimionial, pues a lo mejor sí sirve.

Si lo consiguen, hagan copias y regálenselas a los reacios y a los cuates para que a su vez los copien y los repartan. Organicen funciones en su casa, en su calle y en su colonia. Lo importante es que circule lo más posible. Tienen la bendición de Mandoki para copiarlo las veces que quieran.

Si no pueden conseguir el DVD, pueden bajarlo por Internet en diferentes formatos desde El Sendero del Peje al 2006.

Por lo pronto, habrá que ver las siguientes partes.

lunes, mayo 01, 2006

Ya salió el peine

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Este es el libro original gringo

O sea que no sólo se hacen los "censurados" sino que ni siquiera son originales y se hacen los que la virgen les habla.

Yo ya leí el artículo de León Krauze en la edición de papel de Letras Libres de mayo (todavía no la ponen en Internet los huevones) y las "similitudes" rayan en el fusil vil y artero.

Como a que Denisse Dresser ya le gustó eso de andar copiando. Su anterior libro de entrevistas con mujeres destacadas tampoco fue una idea original suya, ya que al parecer "se inspiró" en el de una escritora canadiense. Uff.

Qué vergüenza de "intelectuales progres". Cómo les va a dar tiempo de pensar ideas originales si nada más se la pasan en la grilla y no se ponen a trabajar en serio.

(Y que conste que no le traigo ojeriza al tal Volpi).


Lo que quisiera (no) saber del libro de Dresser y Volpi
Por Virginia Bautista .

Excélsior 29-04-2006

El libro México. Lo que todo ciudadano quisiera (no) saber de su patria, de Denise Dresser y Jorge Volpi, tiene “notables similitudes” con America. The Book, del estadunidense Jon Stewart. “Esto me sorprende viniendo de dos personas a las que respeto. Dresser ha hecho un trabajo periodístico muy notable y Volpi es un novelista conocido por su originalidad”, afirma León Krauze.

El editor y escritor considera que ambos libros —que revisan de manera satírica la historia de los respectivos países— comparten estructuras, secciones, juegos, cuadros sinópticos y chistes, en algunos casos al pie de la letra. “Creo que el parecido va más allá de la inspiración que los autores han reconocido, es lo que en la preparatoria conocíamos como un muy mexicano fusil.”

El próximo lunes, en su número 89, la revista Letras Libres publicará el artículo titulado “Dresser y Volpi: inspirados”, en el que Krauze compara ambas publicaciones y enumera 31 coincidencias. “Leí ambos libros a detalle y comparten más que un tono. Es la propuesta de Stewart, a quien he seguido y admiro desde hace muchos años, pero tropicalizada.

“Por el escándalo que han hecho en torno del libro mexicano, creo que merece una explicación más clara y honesta de dónde viene la idea y decenas de conceptos que se retomaron”, agrega el autor de El vuelo del Elúan.

La politóloga Denise Dresser y el escritor Jorge Volpi aclaran que desde que presentaron el proyecto a la editorial Aguilar Nuevo Siglo, estaba claro que su libro aspiraba a ser la versión mexicana de America. The Book.

“Nunca lo hemos negado, lo mencionamos en todas las entrevistas y en la presentación. Tan no lo negamos que aparece de manera explícita en los agradecimientos, donde debe ir.

Incluso, el equipo de Jon nos mandó felicitar, pidieron a la editorial 20 copias, porque comentarán el libro en su programa televisivo The Daily Show, agrega Dresser.

“Tan no les ha molestado a quienes hicieron el libro que quieren difundir el nuestro; les gustó que a alguien importó la idea, que la queramos universalizar, como se hace con todas las obras que tienen impacto”, señala.

“Reconocemos nuestra inspiración y nuestra deuda con Jon Stewart y su equipo, están muy contentos con la aparición de este libro. No hay ningún afán de ocultar esta relación, al contrario, nos enorgullece mucho”, añade Volpi.

En tanto el editor de Aguilar Nuevo Siglo, Vicente Herrasti, rechaza que la versión mexicana sea una copia de la estadunidense, ni en texto, ni en diseño u elementos gráficos. “Retomar una estructura que se decidió respetar no es plagio. Por eso nunca contactamos con la editorial Warner.”

(Gracias a Magda por convidar la nota)