Se nos fue un hombre violento
Con tantos plagios y madrizas, se me había pasado rendirle homenaje a Valentín Trujillo, quien murió en su cama, en paz, hace unos días. Padecía el mal de Parkinson y se había retirado de la farándula desde hacía un rato. Tenía apenas 55 años.
Hace como 25 años, antes de Gaeles y Diegos, el que la rifaba en el cine nacional (y entonces verdaderamente popular) era precisamente él, Valentín Trujillo, que fue uno de los pocos que le entraron en serio (aunque con sus razonables limitaciones de producción y humor involuntario) al cine de acción, haciéndole competencia, junto con los hermanos Almada y Rosa Gloria Chagoyán ("Lola La Trailera"), a los duros Charles Bronson y Clint Eastwood (Bruce Willis, Stallone, Schwarzennegger, Van Damme y Steven Seagal vinieron mucho después).
Entre su abultada filmografía (151 películas como actor, según la IMDB) destacaron verdaderas joyitas del cine nacional (las cualidades que le brotaban eran casi todas involuntarias), como Perro Callejero I y II, Ratas de la Ciudad, Policía de Narcóticos, Un hombre Violento y su magnum opus: Yo, el Ejecutor.
Recuerdo las tardes de jueves con programa doble en el Pedro Infante 2000 (así se llamaba el cine de mi barrio), atascándome de palomitas rancias, mientras veía al carilindo Trujillo convertirse en un verdadero energúmeno. ¡Qué Vengador Anónimo ni qué las hilachas! Él solito, con su carita de "yo no fui" le rompía su maraca a cuanta banda de rufianes le colmaran el plato. Porque todas las historias partían casi de la misma premisa: un hombre bueno al que las circunstancias y el destino lo volvían una máquina de venganza (órale) y al final se quedaba con la muchacha.
No me hubiera extrañado nada que, de haber seguido filmando, ahorita ya estuviera pensando en llevar al celuloide la toma de Atenco, con él como protagonista: un machetero poniéndole en la madre, él solito, a tres mil granaderos y policías, para luego casarse con la hija de Nacho del Valle (nomás que interpretada por Ana Claudia Talancón)
Descanse en paz el Perro Callejero.
10 Comments:
Q.E.P.D
El último párrafo de tu post no tiene desperdicio, sólo de imaginarlo se me puso chino el cuero de emoción.
Saludos
MAese Vega, yo crecí con las películas del Trujillo. Durante mi infancia su imagen heroica acompañó mis batallas entre playmobiles y soldaditos. Sin embargo esta admiración terminó cuando descubrí que era novio de Lucía Méndez, a quien yo amaba en secreto. Descanse en paz don V. Trujillo.
Saludos cordiales,
galo
Epígrafe pa Valentín:
The end.
Salud hermano, me recordaste el cine Maya y el Royal de mis infancias. Lloro contigo.
Tu blog esta pocamadre!!!
Hola!
hace mucho que no venía por aquí, paso a dejar saludos!!
Perro Callejero... no lo conocí :( pero por lo que cuentas, tiene que haber sido alguien muy importante :)
saludos desde el sur de Chile!
Mariana
Merecido y lindo homenaje.Lo de las palomitas rancias en el Pedro Infante, llega al alma. Y de verdad que el Valentín era un carilindo, precisamente ahorita viene a mi mente su imagen cuando era novio de la Méndez, y yo, entonces niña, me decía, chin, que mujer tan suertuda.
Sandra
Maese Vega, antes que nada, un saludo. Ora si, a lo que me truje. Valentín Trujillo, aparte de entrarle al cine de acción, fue productor nada más ni nada menos que de Rojo Amanecer.
Y como actor de acción, creo que era mejorcito que los hermanos Almada, ya que además de héroe, fue el antiheroe por excelencia. Perro Callejero me parece una buena película, y su personaje de niño de la calle convertido en padrote, yonqui y madreador (en los setenta, cosa inusual) le salió a toda madre. Y la pelea de Un hombre violento, con Maribel Guardia, no tenía madre.
Que descanse en paz.
Chin :P no sé si este tipo de noticias llegan más porque estoy lejos de mi tierra bendita o porque me has hecho recordar a este "carilindo" (a mí nunca me gustó, pero sí que me chuté algunas de sus películas aunque fue vía televisión y cierto es, siempre terminaba riéndose por esos detalles de humor involuntario) y darme cuenta que los años pasan :P
Que descanse en paz.
Chintuela...murió nuestro Charles Bronson de petatiux...ni modo...
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