“¡No nos rendiremos aunque nos maten!”
Ayer veía el noticiero y no daba crédito. Creí que esas cosas nomás sucedían en la franja de Gaza, en Cisjordania. Pero no. Era Texcoco, municipio del Estado de México, aledaño a la Ciudad de México.
Es evidente que los gobiernos (y digo, gobiernos porque son tres los niveles de gobierno los que están involucrados en estos hechos lamentables) enarbolarán “el cumplimiento del Estado de Derecho” para justificar la violencia contra los habitantes de San Salvador Atenco.
Lo que nunca van a poder justificar es su rampante estupidez, en empezando por el presidente municipal (perredista) de Texcoco, que tuvo la genial idea de desalojar a los vendedores de flores de la vía pública, sabiendo que entre ellos se encontraban campesinos de Atenco, y que dados sus antecedentes había que tratar con pincitas.
Tampoco van a poder justificar la estupidez de las autoridades estatales, que se la pasaron minimizando la magnitud del problema. No es que uno quiera tener cuerpos represivos de alta tecnología, pero es casi de risa loca la “preparación” de los panzones policías y granaderos, que llegaron muy bravucones, como si fueran pandilleros más que fuerzas del orden, a “desalojar” el bloqueo de la carretera y los atenquenses los recibieron blandiendo sus machetes, a pedradas y bombas molotov. Los tiras salieron corriendo despavoridos y a los pobres que no lograron escapar los dejaron como santocristos.
Y muchos menos justificable es la imbecilidad crónica del gobierno federal, encabezado por el señor ése grandote del bigotito y su excelso gabinete, que mientras sucedían los enfrentamientos prefería hablar del mundial de futbol.
Hoy en la mañana un operativo de más de dos mil policías rodearon el pueblo de San Salvador Atenco y entraron a la plaza principal para detener a los cabecillas del movimiento. La gente resistió con bombas y piedras, pero no mucho. En la pantalla de televisión pudimos ver, en vivo y a todo color, cómo los policías se cobraron la afrenta: un pobre tipo tuvo la mala suerte de tropezarse mientras lo perseguían y los polis le cayeron encima como enjambre para atizarle a patadas y macanazos.
Lo preocupante no es nada más esto que ya pasó sino lo que va a pasar. El Delegado Zero (a.k.a. El Sup Marcos) declaró que el EZLN entraba en “alerta roja”, se suspendía “La otra campaña”, y que él se lanzaba a Atenco para ver en qué podía ayudar.
Para acabarla, al líder de los atenquistas, Ignacio del Valle lo detuvieron y lo van a refundir en el penal de máxima seguridad de Almoloya, exclusivo resort donde compartirá las viandas con distinguidos huéspedes como El Mochaorejas, Mario Aburto y el Chueco Mario Villanueva.
Si los retrasados mentales que fungen como autoridad no buscan cauces de diálogo para desactivar el encono de los acelerados habitantes de Atenco, en una de ésas toman el Zócalo y le lanzan bombas molotov a Palacio Nacional. Ellos mismos ya lo dijeron abiertamente en una manta: “¡No nos rendiremos aunque nos maten!”. Pero, desde luego, es mucho pedir que surja algo de cordura y talento político, y parece que ya es demasiado tarde para eso. Tanto panistas como priístas y perredistas en el poder han demostrado que siempre termina haciéndoseles bolas el engrudo y metiéndose en callejones sin salida.
Lo más preocupante es la evidencia de que a los que sustentan el poder del Estado ya se les agotó la prudencia (la inteligencia siempre ha estado ausente) y decidieron mostrar el músculo represor (medio ineficazmente, aunque igual duelen los macanazos mal dados o bien dados). Y cuando eso sucede, ya es muy difícil predecir cuándo va a parar.
Y todavía falta ver qué posición toman al respecto los “distinguidos” candidatos presidenciales.
1 Comments:
Voy de acuerdo contigo en lo que comentas. Pero tengo alguas preguntas sobre esta.e compleja situación:
1. Si los vendedores ambulantes de flores ya sabian que no debian de ponerse en el mercado y esto les valió un rábano ¿hay que dejar que hagan los que les venga en gana porque "entre ellos se encontraban campesinos de Atenco, y que dados sus antecedentes había que tratar con pincitas"? En una palabra: no hay que hacerles nada y dejar que vendan en la via publica o ¿que podria hacerse en concreto?
2. Obviamente que la violencia que usaron algunos policias es total y absolutamente condenable y ¿también es condenable las botellas con gasolina que echaron los de atenco para que se quemaran los policias?
Nada justifica, ni de un lado ni del otro, semejante violencia, en mi opinión. Por otro lado, hay alguien atrás que mueve esos machetes (que me tienen hasta la coronilla) untados en el asfalto. Ahi hay que atacar, creo yo.
¿Los 4 patéticos candidatos -no cuento aqui a Patricia Mercado-? no van a decir nada, te lo aseguro, esto les importa otro rábano. Quizá se llenen la boca con frases cursis, pero hasta ahi.
Muchos saludos.
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