miércoles, septiembre 12, 2007

La pena ajena

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Unidos por una sola causa: la de sus patrones

No sé a ustedes, pero a mí cada vez que veo a alguien hacer el ridículo, en lugar de darme risa, me ruborizo, cierro los ojos (o le cambio de canal, si es que sale en la tele) para no seguir viendo a esa persona hacer el papelón. Es lo que le llaman “pena ajena”: cuando al espectador del ridículo le da más vergüenza que al propio perpetrador del mismo.

Estos días han sido de verdadera pena ajena, pero nada más voy a mencionar dos casos: primero, el sainete de los millonarios dueños de los medios electrónicos, que acudieron en tropel, acompañados de sus esbirros, cual pandilleros de barriada, a tratar de echarle montón a los senadores con el fin de intimidarlos para que dieran marcha atrás en su empeño de aprobar una reforma electoral superficial, pero que les dio donde mero les duele: la lana de la propaganda política.

No voy a repetir lo que ya se ha dicho hasta el cansancio (si quieren una buena relación de los hechos, vayan al blog de Katia D’artigues en El Universal), nada más comentaré el deplorable papel que hicieron los ricachones señores y sus gatos de angora (ejecutivos, representantes empresariales y “líderes de opinión”) en cadena nacional durante casi cuatro horas.

Por ejemplo, el otro señor López, que sale en el noticiero nocturno estelar de Televisa, ataviado con un coqueto (por no decir joto) suéter rosa, afirmó, sin ruborizarse siquiera, que él era “un simple trabajador de los medios” y que le preocupaba muchísimo que un artículo de la reforma mencionada prohibiera a terceros hablar mal de los políticos, porque eso “ponía en grave riesgo la libertad de expresión”.

Que sea menos. Él, como digno alumno y sucesor de Jacobo, siempre (desde que escribía en El Heraldo de México de los “democráticos” señores Alarcón) ha sido sirviente de sus patrones y de los poderosos, ayer priístas, hoy panistas y quizá mañana perredistas. Por lo menos Jacobo tenía la coartada de que antes no había de otra (hoy, incluso, Jacobo se ve hasta más incisivo que muchos otros dizque “periodistas independientes), pero ahora el señor López sí puede elegir si sigue como un lamebotas mediático o no, y él ha preferido seguir siéndolo. Por lo menos, hay que reconocerle ese mérito, no se le puede acusar de incongruente.

El señor Rogerio Azcárraga, dueño de Radio Fórmula, se aventó el puntacho de decir, casi echando espuma por la boca, que los legisladores estaban a punto de realizar una “expropiación” y un “secuestro” de la audiencia para poner programas “que a nadie le interesan, como La Hora Nacional”. No me diga, don Rogerio. ¿A poco todos los programas que transmiten sus estaciones son bien interesantes? ¿Entonces por qué nomás tienen anuncios de Discos Orfeón, que por cierto también es de su propiedad?

También habló ese prócer de la congruencia, de conducta intachable y paladín de la veracidad a toda prueba, conocido como La Cotorra Mayor, o sea, Pedro Ferriz de Con, que se lanzó de lleno contra los senadores y tildó la reforma de “ridícula y pueril” (más bien parecía que estaba describiendo la forma en que conduce sus programas). Además, dijo, que en las encuestas la gente le cree más a los medios que a los políticos. A’i nomás.

Pero ya, la gota que derramó el vaso, fue cuando le pasaron el micrófono a Paty Chapoy. ¿Ella qué o qué? ¿Qué tenía que hacer ahí? Y para probar que sus dos neuronas permanecen inalteradas, la señora logró articular verbalmente algo así como que “si ahora por decir que un político es guapo nos van a tachar de criminales o delincuentes” (a los periodistas, se entiende). Nomás faltó que también hablara Daniel Bisogno en lugar de Sergio Sarmiento. Allí sí empecé a pasar del coraje a la pena ajena, que es mucho peor.

Los senadores aguantaron vara y les dieron la viada en la primera ronda, pero al responder en la segunda los pusieron en su lugar. Nada más y nada menos, Pablo Gómez, ahora senador perredista, les recordó a los billetudos que las señales de televisión son concesionadas, que son del pueblo, y que ellos, los senadores y diputados, le pese a quien le pese, son elegidos como representantes del pueblo, y que por lo tanto tienen que vigilar y regular para que se haga buen uso de esos bienes del pueblo. En pocas palabras: “ustedes serán muy ricos, pero con el Congreso se chingan”. Se acabó el amasiato y el contubernio entre gobierno y medios iniciado por el retrasado mental de Guanajuato y la descerebrada furcia de Celaya.

La cosa acabó en un verdadero anticlímax. Los senadores dijeron que iban a tomar en cuenta las propuestas, pero al ratito ya estaban aprobando el dictamen de la reforma sin apenas cambiarle una coma. Los ricachos y sus secuaces se regresaron a hacer berrinche en sus programas nocturnos de “debate” (toda una delicia ver a Hannia Novell en el canal 40, con cara que quería parecer de indignación, pero que en realidad eran puros pucheros).

La cosa va para largo y tal parece que los príistas y perredistas, en contubernio con los panistas, les van a cobrar caros los agravios del 2006 a los señores de los medios (del IFE, ya ni hablamos; la suerte del Maguito Ugalde y sus patiños del Consejo General está echada, por más desfiguros y pataletas que hagan). Y los ricos mediáticos no están mancos ni se van a quedar con los brazos cruzados.

Esto empieza a oler a carnicería, pero como dicen por ahí: el que a spot mata a reforma muere.

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"¿Qué, de a cómo el boleto o qué?"

El otro desfiguro sucedió horas antes, en los premios MTV, con la reaparición de Brenda Esparza, mejor conocida en el medio teibolero como la Britney Spears. ¿Cómo es posible que alguien que ha estado tan arriba caiga tan bajo? ¿Cómo es posible que las personas que tiene cerca (sus papás, sus amigos, su manager, quien sea) la dejen hacer semejantes desfiguros ante millones de personas?

A lo mejor la tipa, de tanta droga y reventón, ya se volvió una necia que no entiende razones, pero lo cierto es que después de esto su carrera, oficialmente, está tres metros bajo tierra. De ahora en adelante sólo será carne de tabloide. Deveras, cualquier chava de un table en la zona roja más rascuache de EU se mueve con más gracia y se ve más buena que esa vaca en que se ha convertido la que era la fantasía sexual de media humanidad.

Se sabe que se la pasó de pachanga la noche anterior con su comadre la Paris Hilton y unos negrazos rapperos, pero ¿por qué tenía que salir tan pacheca? ¿No le podían haber dado un pericazo o un pase de amoniaco para que despertara? Y para acabarla de amolar, se le rompe el tacón de la bota. Eso sí es estar salada.

Aunque más pena ajena dio la empresa Viacom, que prohibió terminantemente que Youtube permitiera que se subiera el video de la infame actuación de la Bricny. Como si eso fuera a frenar su difusión. Permítanme que me ría: juar juar.

Si no la vieron, y quieren saber lo que es la pena ajena, la pueden ver aquí.

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2 Comments:

Blogger AndreaLP said...

Del papelón de los 'medios' ni comento porque ya sabemos que se seguirán rasgando las vestiduras un bueeen rato.

De la Brenda Esparza, pobre, ya dió al traste con sus carrera.

Buen pretexto para dejarte saludos, Memo.

Un beso.

1:16 p.m.  
Blogger *Gina Halliwell* said...

Perdón!!! Quién sabe dónde he andado en estos días, para empezar a mi novio ya le gustó verme disfrazada de enfermera porque lo han internado dos veces en tres semanas! Y ayer fue el concierto de Marilyn Manson pero también voy a ir hoy (EHHH) así que prometo caer la próxima semana. Si puedes este viernes de una vez pago mi deuda pendiente contigo y no sé si haya chance de integrarme a tu taller porque ay, entre los hospitales y los conciertos no queda tiempo para nada :OP jaja.

Te mando un besote.

Jéssica

2:38 p.m.  

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