Luciano y yo
Resulta que el sábado en la noche asistimos a un íntimo ágape para festejar un cumpleaños más del gran amigo y maestro Javier Malpica. Todo iba muy bien, hasta que al Gato Quezadas, por carecer de talento suficiente para las evoluciones dancísticas, se le ocurrió agarrarme de su puerquito (literal y figuradamente):
"¡Ándale, Luciano, aviéntate un aria!", "¡Órale, échate Miss Sarajevo!"
Y así, duro y dale, hasta las 4 de la mañana, en que cayó víctima de sus propios excesos y terminó abrazado a la taza del baño contándole sus penas (si les digo que los caminos del Señor son insondables).
En algún momento, para seguir la chanza, dije: "Pues no me lo van a creer, pero yo tengo una foto con Pavarotti". De inmediato se escucharon las obscenas expresiones de incredulidad. "De veras", reiteré. "Nomás la escaneo y se las mando".
Lo hice y ahora la posteo para que también ustedes, incrédulos cinco lectores de este remedo de blog, me crean. Fue en 1989 ó 1990, en el Museo Carrillo Gil. Entonces yo no usaba barba (jeje).
Pero eso no es todo. Viene lo mejor:
Cuando se acabó el guateque, me fui a casa en taxi. Al entregarme el cambio, el chofer me dijo: "Espero que no se moleste por lo que voy a decirle, pero ha sido un honor traer en mi carro a Luciano Pavarotti", soltó una carcajada como maníaco y salió disparado hacia el inminente amanecer dominical.
Deveritas que así fue.
Etiquetas: LO VI CON MIS PROPIOS OJOS, URGENTES ASUNTOS SIN IMPORTANCIA
1 Comments:
Podría ser peor, Guillermo: podrías parecerte a Chespirito (¡Horror!)
Saludos
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