"Hace una semana, Héctor Aguilar Camín aludía a la idea de un posible levantamiento general en el país —con incredulidad, porque está de moda creer que una revolución es ya imposible—, en los segundos finales de su programa de televisión (
Zona Abierta) llamándola la idea de "un tsunami popular". ¿Esto es lo que podemos esperar de los intelectuales? Aguilar Camín es un tecnócrata de la crítica. Es un hombre inteligente. Pero sólo es eso. Ese día lo acompañaban los representantes del PRI, el PAN y el PRD en la cámara de diputados. Respectivamente, Emilio Gamboa —un probado pederasta—, un pobre diablo de derecha (que pedía dejar de hablar de utopías cada vez que aparecía la palabra
justicia) y el rep del PRD, apodado "el güero". Los cuatros se reían. Parecían ya "cuates", compadritos. ¿Es eso lo que podemos esperar de los representantes de los partidos? Van dos preguntas que hago y para ambas la respuesta es
sí. Esto es lo que la realidad muestra que
es, lo que realmente
ocurre. Anoche veía la televisión —trato de no verla, para leer o para escribir o para festejar— y TV Azteca pasó media hora de reportajes contra el movimiento de Oaxaca. Trataban de hacerle ver a la teleaudiencia que la gente de la APPO es mala, perversa, traidora a la patria, enemiga tuya. El colmo llegó cuando uno de los reportajes trataba de cómo los "Países del Primer Mundo" reprimen a los "grupos revoltosos"; el mensaje era mostrar que el gobierno mexicano, en realidad, es aún mejor que el Primer Mundo a la hora de tratar a sus oponentes. "Los de la APPO usan a los niños y las mujeres", "los policías son las víctimas", eran los mensajes, ¡no puede ser! Televisa, Telemundo, TV Azteca, todas las televisoras están apoyando la represión, la están pidiendo. Ese es el país en que vivimos. Tenemos tres presidentes —Fox, en funciones, Calderón, "presidente electo" y López Obrador, "presidente" virtual— y los tres presidentes son espurios. ¿Por qué las televisoras no cuestionan cuáles son las causas sociales y personales de estos movimientos, como el de Chiapas y el de Oaxaca? Es la pobreza económica y la pobreza espiritual de grandes cantidades del pueblo mexicano, una pobreza económica que alcanza al 60% —según cifras oficiales— y una pobreza espiritual que alcanza al 95% según cifras evidentes. No podemos ocultarlo: la mayoría de la clase media mental —es decir, la mayoría de la población total— está en contra del movimiento de Oaxaca. El otro día, una recepcionista me decía que ella quería que "le pusieran un alto" a los maestros de Oaxaca, porque "se quejan mucho, y ganan lo mismo que yo, y yo no me quejo", vaya argumento, ¿no? Otro día, conversaba con un maestro (¡universitario!) y le recordaba que la exigencia de que el gobernador priísta Ulises Ruiz salga es una exigencia justa, pues es un hombre que representa la peor corrupción mexicana y el catedrático replicaba "pero si a esas vamos, ¿cuál gobernador no tendríamos que sacar?" y, por ende, ¿hay que dejarlos a todos? ¿o qué? La premisa de la mayoría es que los mexicanos tenemos que soportarlo todo, que no hay manera de hacer nada. Vivimos en un país de reaccionarios. Hay que recordar, sin embargo, aunque sea un poco, cómo es una cultura antes de que ocurran revoluciones. La historia moderna nos ha dado unas pocas lecciones, y una de ellas es que las revoluciones, los levantamiento van precedidos de décadas como las nuestras. Décadas en que intelectuales, gobernadores, catedráticos, estudiantes, amas de casa, empresarios, periodistas, ni siquiera perciben que hay algo profundamente mal en el lugar en el que viven. Décadas en que la parte hegemónica —las elites que controlan los recursos y las mayorías que controlan las ideologías— exige que la parte descontenta —las minorías equívocas que protestan— sean calladas. Y luego esas minorías se vuelven cada vez más extremistas, al ser negadas; sus números crecen, se organizan furiosamente. Y, tarde o temprano, la violencia estalla. ¿Y para qué todo eso? ¿No es, acaso, evidente que si existe uno o 30 gobernadores corruptos hay que sacarlos del poder? De esto se trata Oaxaca. El gobernador es un corrupto. Pero los partidos y los gobiernos no permiten que lo saquen porque si lo sacan a él, podrían comenzar las exigencias de que salgan del poder los otros grandes corruptos. Y eso, la televisión, los padres de familia, los gobernadores, los presidentes municipales, los líderes sindicales, los maestros universitarios, los empresarios, no pueden permitirlo, porque si Ulises cae, todos nosotros podríamos caer, porque somos semejantes a él. Lo estamos protegiendo porque todos gobernamos nuestras familias, salones de clase, negocios, grupos de poder, como gobierna Ulises. ¿Es el mundo de la literatura distinto al de la política mexican? ¡No! ¡Es idéntico! (Mediocres gobernando). ¿Es distinto el mundo de tu trabajo? Apuesto que no, apuesto a que tú tienes el poder a base a tu corrupción ética, a tu mediocridad o apuesto que otros te gobiernan porque tú te dejas y, en el mejor de los casos, sólo te quejas (murmullando, agachando la cabeza). No podemos dejar, pues, que el gobierno caiga. Nos pondríamos en riesgo. Esa es la causa, consciente en unos —en las autoridades explícitas— e inconsciente en otras —las mayorías—, de que esté ocurriendo en México y en todo el mundo lo que está ocurriendo. La causa somos nosotros. Fox, López Obrador, Calderón, Bush, Saddam, Hank, Ulises Ruiz, nos representan. Ellos están en el poder porque representan nuestra manera de ser. No soy optimista, sencillamente digo lo que veo: sí hay alternativas. Sí podemos tumbarnos. Sí podríamos ser otros. Tú y yo vamos a caer."
(Tomado de http://hyepez.blogspot.com/)
Etiquetas: YO NO LO DIJE
4 Comments:
Bueno el post del Yépez, ojalá que active su cajón de comentarios.
Saludos Memo... nacho mondaca
Memo, ya escribe, tienes abandonados a tus lectores...
un abrazo... bato.
¡Aló, Guillermo!
¿Cómo va todo?
Oye, estoy reviviendo a mi blog, pero tuvo que cambiar de direc... ¿podrías actualizarme en tus ligas?
Por cierto, parte de mi propósito es no sólo escribir con más frecuencia, sino visitar con más frecuencia... nos estaremos leyendo más seguido :)
Muy bueno tu comentario: (...)las revoluciones vienen precedidas de decadas como la nuestra(...)
Danke!
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