domingo, febrero 28, 2010

40 Barcos de Guerra toman la Casa del Poeta

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Editorial Resistencia
y VersodestierrO
presentan

40 Barcos de Guerra
(Antología de Poesía y sus Editoriales)


Martes 2 de marzo de 2010

Casa del Poeta Ramón López Velarde
Av. Álvaro Obregón 73
Col. Roma
CP 06700, Cuauhtémoc, Distrito Federal

7 PM

Participan
José Luis Oliva
Gabriela Baltazar
Adriana Tafoya
Karina López Vázquez
Javier Gaytán y
José Miguel Lecumberri

Da click para ver críticas y reseñas sobre la antología:
http://cuarentabarcosdeguerra.blogspot.com/

lunes, febrero 22, 2010

Barman Forever: Bares vacíos, de Martín Cristal

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Husmeando por la red, me encontré esta reseña que escribí hace ya casi ocho años sobre la primera novela del argentino Martín Cristal, quien entonces vivía en el DF.

(Aún recuerdo un gran reventón que organizó en su departamento en Bucareli: parecía que medio Buenos Aires estaba ahí; los vecinos de abajo fueron a quejarse del escándalo y nos quitamos los zapatos para seguir bailando, pero no fue suficiente: llegaron las patrullas, no pasó a mayores y en la madrugada la argentiniza se fue a darle serenata a Charly García, que en esos días se presentaba en México).

Apareció en Itinerario, una revista de esas efímeras e independientes, a la que me invitó a colaborar una compañera de SOGEM. La novela la publicó Sandro Cohen en su ya desaparecida editorial Colibrí.

Y como dice mi jefe que en este país nadie lee, de seguro ustedes ni se enteraron cuando apareció la novela, así que aquí se las convido, tomada del sitio de Cristal: http://www16.brinkster.com/martincristal/barman4ever.htm

Barman Forever
por Guillermo Vega Zaragoza

Publicado en: revista Itinerario (México), año II, Nº13,
septiembre-octubre de 2002.


Si, como dice el argentino Diego Paszkowski, autor de El otro Gómez (Editorial Sudamericana, 2001), todos los escritores de su país son hijos de Jorge Luis Borges y todos los escritores mexicanos lo son de Juan Rulfo, ¿qué sucede cuando un vástago de Emma Zunz viaja a tierras de Pedro Páramo? El resultado podría ser un libro como Bares vacíos, la primera novela de Martín Cristal. Nacido en Córdoba, Argentina, en 1972, y residente en México desde 1999, este escritor nos entrega una historia de exilio y redención personal, a partir de una entretenida trama de tintes eminentemente thrillerescos. Pero no sólo eso: es también el recuento de una abierta querella por el lenguaje, por la identidad, por el sentido de pertenencia, por la existencia misma.

Autor del volumen de cuentos Las alas de un pez espada (1998) y articulista de diversos medios impresos, Martín Cristal nos cuenta en Bares vacíos la historia de Manuel Barrios, argentino autoexiliado en la Ciudad de México, quien entra a trabajar como barman en un ficticio antro de moda llamado el Vampire State. Aunque podría haber llegado a cualquier otro país, se avecinda en el nuestro con el afán de huir de sus propias pérdidas e incertidumbres (la muerte de su madre y la promesa de amor de una novia fugaz), cuando en realidad, sin hacerlo consciente aún, está huyendo de su propio vacío.

Esto se corrobora con el título de la novela, que no es más que una metáfora de su propia vida: “Pienso en mi bar ideal, lleno de gente pero de gente imaginaria, incorpórea, entonces bar vacío; en el bar de don Luis, aquí presente, concreto, pero sin gente, bar vacío también; en el bar del VIP, rodeado de gente pero de gente vacía, tanto vacío reunido para hacerse más eficiente. Bar vacío, el más vacío de todos”. Desde su mirador privilegiado, detrás de la barra, el protagonista observa impávido el paso de los días y atestigua la arrogancia, la vacuidad y la degradación de los clientes habituales del salón VIP del Vampire, a quienes comprende y compadece, porque en el fondo son sus compañeros de desgracia e irremediablemente se ve reflejado en ellos.

Con aparente indolencia, Manuel se relaciona con las demás personas de su entorno, sin involucrarse demasiado. Se aprovecha del extendido prejuicio del argentino insoportable (“sencishito y carihmático”) para mantener a raya a los demás, alejarlos de sí y pasar inadvertido; camufla su acento porteño cuando le conviene y se burla de los estúpidos estereotipos que le endilgan los mexicanos. Sin embargo, en la intimidad de sus propios pensamientos, se nos revela como un ser sumamente vulnerable, siempre al borde del derrumbamiento más angustiante en el fondo de su fingida apatía.

Para entretenerse, el reservado argentino se la pasa desentrañando los “raros” nombres que los mexicanos les asignamos a las cosas. Pero más que con un afán eminentemente filológico, lo que emprende es una verdadera búsqueda existencial, una querella por el lenguaje, por su propio lenguaje, que le permita encontrar su identidad, reconocer quién es y, sobre todo, hacia dónde va: “Voy caminando por la calle, no por la banqueta. En México a la banqueta se le dice banqueta, y esto no genera ninguna clase de inconvenientes. En Argentina sino uno dice banqueta el que escucha se figura un asiento pequeño y sin respaldo. Por eso para referirse a la banqueta conviene decir vereda, al menos en Argentina, porque si uno dice vereda en México, el otro se imagina un angosto sendero de tierra que se abre a través de un bosque. Yo no voy por un bosque, ni por la vereda ni por la banqueta: voy por la calle”.

Sin embargo, muy a su pesar, Manuel comienza a desarrollar afectos por algunos de sus congéneres, tan desolados y abatidos como él. Son éstos los personajes más entrañables de los creados por Cristal: el gringo Jericó, quien le enseña los secretos de la preparación de bebidas; el grandulón Tony, sacaborrachos del lugar, quien le descubre el gusto por la lucha libre; don Luis, el melancólico y sabio dueño del decadente Bar Jade, quien le enseña a clasificar los diferentes tipos de borrachos, y, sobre todo, la bella y noble Yenny, una de las bailarinas del antro, de quien termina enamorándose irremediablemente.

Desde esta perspectiva, el protagonista de la novela experimenta las diversas fases de aquello que los antropólogos llaman “choque cultural”: la ansiedad que experimentan las personas cuando han perdido todo signo, símbolo o señal a la que están acostumbradas para interactuar socialmente. El “choque” aparece generalmente cuando el individuo tiene que incorporarse a un nuevo entorno cultural; por ejemplo, al tener que cambiar de escuela, de trabajo o de país de residencia. Viajero empedernido por Europa y Oriente Medio, sobreviviente del sueño utópico de un kibutz israelí, Martín Cristal debe saber muy bien a lo que se refiere este síndrome, y así lo refleja el protagonista de la novela, también argentino como su creador, por lo cual el lector podría verse tentado a realizar alguna identificación de índole autobiográfica.

Una buena parte de los mexicanos suelen padecer el “choque cultural” de manera casi instantánea. En cuanto abordan un avión rumbo al extranjero, experimentan de inmediato lo que se conoce como “el síndrome del Jamaicón Villegas”, aquel célebre futbolista de las Chivas de Guadalajara que jugaba mal en el extranjero porque extrañaba la comida de su mamá. Para explicar este sentimiento de indefinición al enfrentar una situación nueva, el mexicano ha desarrollado toda una categoría filosófica que se resume en una sencilla frase: “No me hallo”. No encontrarse, sentirse perdido, sin nada a qué asirse, en un ambiente que se revela ajeno, amenazante y extraño. En ese sentido, el protagonista bien podría pasar por mexicano, pues “no se halla” en ningún lado, ni siquiera en su propia patria, por eso la ha abandonado, en busca de algo, pero ¿de qué? Siendo así, es posible inferir que la situación existencial de Manuel Barrios en realidad nos enfrenta a una inconmensurable metáfora de la condición humana en estos tiempos de globalización. ¿En qué se está convirtiendo el mundo sino en un enorme “bar vacío”, donde todo mundo busca embrutecerse y aparenta divertirse para escapar de su propia vacuidad, mientras en la oscuridad los poderosos fraguan las atrocidades más viles?

La trama se desarrolla a través de una ingeniosa estructura narrativa. El capitulado de la novela conforma un verdadero catálogo de cócteles y bebidas, muchas de las cuales se sirven en el Vampire State. Las acciones se desarrollan y van apareciendo los personajes (la frívola “hijita de papá”, el dueño del antro, la bailarina estrella, el dealer, el yuppie mamón y arrogante, el escritor fracasado, el travesti, el trailero, las putas samaritanas) conforme degustan un “vampiro”, una “cuba libre”, un “tom collins”, un “desarmador”, un “charro negro”, un “planters punch”, un “tequila sunrise”, un “sex on the beach” o un “París de noche”. Cada uno con su cada cual. Pero ojo: afortunadamente no estamos ante una versión etílica de Como agua para chocolate, ni mucho menos. El nombre de las bebidas tiene como función acentuar el ambiente donde se desarrolla la acción, el tono de la narración o el carácter de un personaje, nada más; aunque de vez en cuando nos enteramos de cómo se prepara un “Bulldozer” o un “Pink Lady”, sin menoscabo de la fluidez narrativa.

Paralelamente, Manuel se va dando cuenta de los negocios turbios que se presentan en el antro, específicamente el tráfico y consumo de drogas, a través de la delgada red de complicidades que la traición termina por romper, donde ser ven inmiscuidos Julio César, el antipático regente del antro, el inefable James Deal, traficante y aspirante a padrote, y la hermosa y soberbia Dalila, bailarina estrella del Vampire.

Con humor agridulce, algunas escenas hilarantes (como aquella donde Manuel se quiere lucir haciendo malabares y le sorraja un botellazo en la cabeza a una clienta) y otras de fino erotismo (como el encuentro amoroso entre el protagonista y la bailarina Yenny), pausadamente, sin apresuramientos, transcurren las dos primeras partes de la novela, en la definición de personajes y situaciones hasta que en la tercera parte las acciones emprenden un ritmo vertiginoso. De hecho, a partir de ahí el autor rompe la secuencia cronológica de la narración para hacer una elipsis que se antoja forzada y que, sin embargo, resulta necesaria para sostener el suspenso narrativo que reclama el derrotero por el que nos conduce la trama.

Quizá sea esta ruptura una de las mayores objeciones que le pudieran hacer a la buena factura general de la novela. De un capítulo a otro, nos encontramos con un protagonista irreconocible, quien hasta entonces se había mantenido como un observador relativamente pasivo de su entorno, y de repente se vuelve un intrépido hombre de acción, que urde un intrincado plan para salvar su vida y la de su amada, con una resolución en la clave del tradicional thriller. Esto no implica que decaiga la calidad de la escritura, pero la fractura del tono y el ritmo narrativo en definitiva debilitan al libro. Éste es un problema que, se ha visto, aqueja a los novelistas primerizos: una especie de impaciencia por terminar a como dé lugar y lo más rápido posible, con aquello que tanto trabajo les costó desarrollar a lo largo de las páginas precedentes.

Al igual que su personaje, Martín Cristal también podría hacerse pasar por un autor chilango, pues escribió esta novela desde la mexicanidad más absoluta. Sin embargo, es posible ubicarlo dentro de la corriente de jóvenes escritores argentinos que empiezan a descollar fuera de su país, tales como el mencionado Paszkowski, al igual que Rodrigo Fresán, Guillermo Martínez, Gustavo Nielsen, Eduardo Berti y Pablo De Santis, con libros como Esperanto (Tusquets, 1995), La mujer del maestro (Planeta, 1998), El amor enfermo (Alfaguara, 2000), y Filosofía y letras (Planeta, 1999), respectivamente.

Estos autores empiezan a desmarcarse de la magnética influencia de la tradición de sus mayores, con Jorge Luis Borges a la cabeza, Julio Cortázar, Roberto Arlt, Ernesto Sábato o Manuel Puig, dejando atrás el dilema de escribir sobre la memoria del exilio, las atrocidades de la dictadura y los agravios de la cleptocracia, o el refugiarse en el olvido y recurrir a la fantasía abandonando temas aparentemente inocuos; disyuntiva que, a mediados de los noventa, el controvertido Mempo Giardinelli consideraba la tendencia predominante en el discurso literario argentino. Los libros de estos nuevos narradores argentinos, y especialmente el de Martín Cristal, demuestran que en el arte las obras más eficaces política y socialmente son las que no se proponen explícitamente tal eficacia, y que al contar con talento la historia de un hombre sumido en la angustia y la tragedia, sin importar el país donde se encuentre, se está contando también la historia de la angustia y la tragedia de toda la humanidad.

martes, febrero 16, 2010

Poesía bajo tierra

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Fernando Reyes leyendo sus poemas en el metro Bellas Artes

por Fernando Reyes*

Poesía bajo tierra, poesía en movimiento, poesía subterránea, poesía underground. Poesía, mucha poesía espera a los pasajeros del metro en estos días en el Festival poético en el Sistema de Transporte Colectivo Metropolitano. En estaciones del metro como Insurgentes, Coyoacán, Copilco, Bellas Artes y muchas más, se han reunido las voces de más de cien poetas de todos colores y tonalidades. Desde la poesía más kitsch hasta la más pornográfica. Poetas de gran trayectoria como Dolores Castro y David Huerta, hasta lectores diletantes de poesía de 15 años. Cada cual con su estilo, con su poética y/o acompañados de otros discursos como la danza, el performance, la música o el Spoken Word, los poetas y lectores de versos han deleitado, sorprendido e indignado a los millones de pasajeros que viajan diariamente en el metro: “¿Qué pedo con estos weyes?”, “Ay, mira, amor, están leyendo poesía, a mi me gusta mucho”, “Hagan favor de recorrerse, por favor, permitan el paso”, “Órale, qué chido”. Esa es la intención de la poesía: el extrañamiento, el sacarnos de nuestra plana rutina, transformar la aburrida realidad, provocarnos para bien y para mal. “¿Qué a poco eso es poesía? Puras pinches groserías”, alcancé a escuchar el comentario de uno de los convidados de andén.

Voces nuevas, algunas que se jactan de no seguir reglas, ni parámetros poéticos, de no querer publicar. Otros aviesos y traviesos en las mañas del buen versar. Unos más con la facha de melancólicos que no pueden ocultar el su andar, en su vestir, en su mirar, en su hablar. Algunos lúdicos, barrocones, juguetones, calamburemalabaristas, retruecanopirotécnicos. De todo hay, al dos por uno, llévese un poema amoroso y dos subversivos al mismo precio: la paciencia, los olores, los calores, la sed, el hambre, las ganas de llegar a casa: Dénse unos minutos y seguro se quedarán media hora y tal vez hasta la hora o más.

Ayer en Bellas Artes, poetas, obreros, sirvientas, secretarias, vendedores y uno que otro vagabundo (tal vez otrora poeta) disfrutamos casi tres horas de poesía. Felicidades a Linda Guiza, Cristian Picón y otros organizadores por este evento que cumple ya su tercera edición. Gracias a las autoridades siempre (casi) sensibles al quehacer cultural llevado a las calles. En esta ocasión llegaron bajo tierra. Probablemente, como le sugerí a la linda Linda, la próxima vez digamos nuestros poemas dentro de los vagones y, por qué no, llevemos a cabo nuestras presentaciones de libros.

* Académico de la UNAM, editor, antologador, ensayista, poeta y narrador. Autor de El pez goloso de tu lengua y El corazón apalabrémonoslo. En narrativa ha publicado No somos tiernas las suripantas (cuento) y La filósofa, la jinetera y el Comandante (novela que se presenta el 24 de febrero en la XXXI Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería a las 19 hrs. Auditorio 2)

Homenaje a René Avilés Fabila en Minería

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40 Barcos de Guerra en la Feria del Palacio de Minería. Te invitamos.

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VersodestierrO
presenta dentro de la
XXXI Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería

40 Barcos de Guerra
(Antología de Poesía y sus Editoriales)
42 criterios editoriales y 169 poetas de toda la República

Palacio de Minería
Viernes 19 de febrero
17 horas : Auditorio 3

Presentan Andrés Cisneros de la Cruz
Adriana Tafoya, Ivan Leroy
y Marco Fonz.

Tacuba 5 (Plaza Manuel Tolsá)
Centro Histórico de la Ciudad de México.

Habrá lectura de poesía.

Esta es una antología con nombre de guerra (una guerra moderna como planteaba Carl von Clausewitz) que demuestra que el centralismo es un gran hoyo negro y que no hay elementos para negar el inicio de otra lógica para materializar las cosas. La pretensión fue reunir una flota que avanzara hacia la descentralización y la amplitud de cánones, diera a conocer proyectos poco difundidos en la República y que lograra realizar un reto postergado: la alianza de grupos ?marginales?, entendidos como independientes, o viceversa. Cabe acotar que se entiende por independencia, la situación de una colectividad que no está sometida a la autoridad de otra y que goza de libertad y autonomía. (Adriano Rémura)


La poesía no es un título nobiliario.

lunes, febrero 15, 2010

Agenda de este tundeteclas para la Feria del Libro de Minería 2010

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Viernes 19
17:00 hrs
Recital de Poesía
POETAS EN LA PERIFERIA
Con Andrés Cisneros y Adriana Tafoya
Modera: Marco Fonz
Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería/Editorial Andrógino
AUDITORIO TRES
(Aquí se presentará la antología 40 barcos de guerra, donde se incluyen poemas de este tundeteclas).

Sábado 20
18 hrs.
Presentación de Libro
VIDA EN OTRA PARTE.
PREMIO CHIHUAHUA DE LITERATURA,
de Liliana Pedroza
Con Raúl Manríquez, Sergio Hernández Gil y la autora
Modera: Marcial Fernández
Ficticia Editorial
SALÓN B SEIS

20:00 hrs.
Presentación de Libro
FICCIONES DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA,
de Ignacio Solares
Con la presencia de Antonio Crestani y el autor
Alfaguara/Santillana Ediciones Generales
ACADEMIA DE INGENIERÍA

Domingo 21
19:00 hrs.
Presentación de Libro
LA DERROTA DE LOS DÍAS,
de Mauricio Carrera
Consejo Editorial del Estado de México
PABELLÓN DEL ESTADO DE MÉXICO

Lunes 22
18:00 hrs.
Presentación de Libro
NECTÁFORA: ANTOLOGÍA DEL BESO EN LA POESÍA MEXICANA,
comp. Fernando Reyes
Con Fernando Reyes, Leticia Luna, David Rodríguez
Modera: Pedro Emiliano
Ediciones Libera
SALÓN B SEIS
(Aquí también se incluyen poemas de su charro negro)

19:00 hrs.
Presentación de Libro
LA FILÓSOFA, LA JINETERA Y EL COMANDANTE,
de Trinidad Fernando Reyes López
Con la presencia del autor
Modera: José Cipriano Núñez Fernández
Instituto Mexiquense de Cultura
AUDITORIO DOS

Jueves 25
17:00 hrs.
Mesa Redonda
NOVELA NEGRA Y PRESENTACIÓN
DE NOVEDADES DE GÉNERO NEGRO:
EL JARDÍN DE LAS DELICIAS, de Jorge Vázquez Ángeles
NEGRAS INTENCIONES, de Rodolfo J.M.
CRÍMENES BAJO EL CREPÚSCULO, de Francisco Prieto
Con la presencia de los autores
Editorial Jus
SALÓN DE ACTOS

Sábado 27
12:00 hrs.
Presentación de Revista
REVISTA LITERARIA BAQUIANA X ANUARIO (2008-2009)
Con Patricio E. Palacios, Maricel Mayor Marsán, Elena Méndez,
Arturo Morell, Ángel Rafael Nungaray y Liliana Valenzuela
Revista Literaria Baquiana
AUDITORIO CUATRO

15: 00 hrs.
Presentación de Libro
RUMORES DE SUBURBIOS (POESÍA),
de Maricel Mayor Marsán
Con Elena Méndez y la autora
Revista Literaria Baquiana
AUDITORIO SOTERO PRIETO

Domingo 28

13:00 hrs.
Charla
CON MOTIVO DE SU 70 ANIVERSARIO
RENÉ AVILÉS FABILA
CHARLA CON SUS LECTORES
Feria Internacional del Libro
del Palacio de Minería
ANTIGUA CAPILLA

15:00 hrs.
Presentación de Libro
BOLETO AL INFIERNO (VIAJE SENCILLO),
de Gabriela Aguileta, Mónica Brozon, Juan Carlos Quezadas,
Ana Romero, Javier Malpica, Juan Pablo H. Gázquez y Antonio Malpica
Con la presencia de los autores
Alfaguara Infantil/Santillana Ediciones Generales
AUDITORIO BERNARDO QUINTANA

Programa completo: http://feria.mineria.unam.mx/

miércoles, febrero 10, 2010

40 Barcos de Guerra. Antología de Poesía y sus Editoriales

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Exordio

por Enrique González Rojo Arthur

Tomado del libro 40 Barcos de Guerra. Antología de Poesía y sus Editoriales, que incluye muestras de la obra de 168 poetas (incluido este tundeteclas), compilado por Adriana Tafoya y Andrés Cardo, que será presentado en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería el próximo 19 de febrero a las 5 pm. en el Auditorio 3.

No es mera retórica decir que el Poder o la dominación nos invade como una epidemia, que se inmiscuye en todo, que nada escapa a su afán de conquista. No se necesita ser sociólogo o politólogo para advertir que el Poder tiene celos de la universalidad de la atmósfera o el cosmopolitismo del oxígeno, y que sueña con adquirir un día de estos el don de ubicuidad. Basta con ser un espectador atento de las cosas, para contemplar su presencia no sólo en sus habituales ámbitos de ejercicio exaltado -el corazón en llamas de los políticos-, sino en el mundo de las letras en general. Aquí, las instituciones culturales del gobierno -con recursos enjutos y políticas conservadoras, también mediocres-, junto con algunas mafias y "capillitas privadas" -que no pueden sobrevivir sin la ubre oficial-, nos muestran el espectáculo triste y desolador de un puñado de poetas que son ganados por el afán de poder, el ansia de reconocimiento y hasta por las prebendas maloliente s que se pueden obtener en un mundo cultural como el nuestro.

En cierto sentido -y no soy el primero en asentado, ya que se trata de un lugar común-, la historia de la poesía mexicana es la historia de sus mafias, o grupos elitistas, que aglutinan a unos cuantos -por la aceptación colectiva de determinados valores, pero también por los criterios del amiguismo, la conve- niencia, los prejuicios ante lo distinto, etcétera- y excluyen, ignoran y "ningunean" a los demás.

Como la historia de la poesía mexicana ha sido realizada atendiendo sobre todo a estas mafias -la más sonada de todas, como se sabe, fue la pacista-, hay muchos poetas, mujeres y hombres, por descubrir o redescubrir, sobretodo en la provincia. Por eso hay que decir con toda contundencia: en las historias de la poesía mexicana "ni están todos los que son" ni su indiscutible complemento.

Cada una de las mafias, "oficiales" o no, que forman el panorama histórico de la poesía de nuestro país, tenían sus revistas, sus editoriales, sus suplementos y sus antologías. En general, las antologías -Genaro Estrada, Jorge Cuesta, etcétera- reflejaban, a más del punto de vista personal del recopilador, la concepción de uno de los grupos de poder literario. Eran, por así decido, centralistas, se hacían en la azotea de su torre de marfil, dictaminaban, desde la cima de su aristocracia intelectual, a qué poetas nacionales, vía la apoteosis, debería otorgárseles un predio en los azules litorales de la eternidad.

Estas antologías desdeñaban lo diferente, lo único, lo marginado. Veían sobre el hombro la provincia, la juventud, y hasta hace muy poco a las mujeres, por más que la lira de estas está frecuentemente más afinada que la de los varones. Para las antologías de es- tos grupúsculos mafiosos, lo "otro" ni existe ni tiene el derecho de existir.

La presente antología 42 Barcos de Guerra está concebida de manera no sólo distinta, sino antitética a las selecciones de poemas y florilegio s tradicionales en nuestra lírica. Y en esta contraposición, consciente, beligerante y subversiva, con el estado de cosas habitual o, lo que tanto vale, en esta escuadra de barcos de guerra -que despliegan banderas de independencia y pluralismo- creo vislumbrar el fermento de una nueva concepción de la cultura.

Reflexionemos en lo siguiente: el hecho de que 42 editoriales independientes, sitas en muchas de las entidades federativas de la República, escojan a cuatro poetas que resultan representativos para su concepción estética, nos habla de una manera de seleccionar poemas que se contrapone tajantemente al modo petulante y narcisista de las antologías tradicionales. Ahora se va de la periferia al centro y de abajo a arriba, y esta forma de selección -en que la antología es el núcleo de 168 poetas representados- no es otra cosa que la manera autogestiva de proceder.

Si el Poder anda inmiscuyéndose en todo, como decía, también la lucha contra sus pretensiones, aún siendo larvaria, está en todas partes. Ante este extraordinario libro, que gusto da saber que hay 42 Barcos de Guerra contra el establecimiento cultural, lo cual no tiene otro significado que pronunciarse a favor de una des- centralización (de ópticas y proyectos) que nos brinde la posibilidad de entrar en conocimiento de la asombrosa geografía de la poesía mexicana contemporánea.

lunes, febrero 08, 2010

El rompecabezas de nuestra historia patria

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por Guillermo Vega Zaragoza


Publicado en La Jornada Semanal

Arma la historia. La nación mexicana a través de dos siglos,
Enrique Florescano (coordinador), Grijalbo, México, 2009.

Las efemérides que se cumplen en 2010 han sido propicias para la aparición de varias obras que buscan hacernos reflexionar sobre el sentido de tales de acontecimientos y la importancia que pudieran tener para nuestra realidad actual. Una de ellas es precisamente este libro, coordinado por Enrique Florescano, que incluye los textos de un puñado de historiadores y politólogos (Alfredo Ávila, Érika Pani, Aurora Gómez Galvarriato, José Antonio Aguilar Rivera y Soledad Loaeza) sobre la historia de México desde 1810 hasta 2000, quienes “han vuelto a narrar, en una forma sencilla y directa, los sucesos centrales del pasado mexicano”, advierte Florescano en el prólogo.

En efecto, uno de los rasgos distintivos de este libro es el narrativo. Resulta evidente que los autores se pusieron de acuerdo para “contar” la historia de nuestro país en lugar de sólo proporcionar fechas y datos como sucede en muchos otros libros. “Hubo una época en la que no existía la nación mexicana”, así comienza el relato de Alfredo Ávila, historiador de la UNAM, sobre la Independencia, casi como si nos introdujéramos en un cuento de hadas. No obstante, a lo largo del libro, nos encontramos con algo muy alejado de la idealización de los próceres, héroes y caudillos a la que nos tiene acostumbrados la retórica oficial.

Más que en las figuras emblemáticas, los autores han puesto énfasis en los procesos que llevaron a que se produjeran los hechos. Se nota un esfuerzo por bajarle el tono épico y epopéyico a las gestas históricas y poner atención en elementos que en otras obras ni siquiera se mencionan, tales como los aspectos de la vida cotidiana de las diferentes épocas: qué se comía, cómo vivían, cuáles eran sus pasatiempos, además de los aspectos artísticos y culturales.

Sugiero un ejercicio al lector si decide adquirir este libro: léalo como si no supiera nada de la historia de México, como si fuera extranjero o extraterrestre. Al llegar a la mitad se dará cuenta de algo muy interesante: que hasta antes del régimen de Porfirio Díaz lo que ahora conocemos como México no podía ser considerado como una nación. Durante casi tres cuartas partes del siglo XIX, el territorio conocido como México era escenario de las querellas interminables de uno y otro bandos por tratar de imponer su propio proyecto de país, de preferencia desapareciendo del mapa al contrincante. “Lanzando la vista atrás —señala Florescano— nos será posible comprender que la complejidad del México de hoy se encuentra en la amalgama de procesos y circunstancias por los que ha transitado una comunidad que no siempre ha sabido resolver sus dilemas de manera concertada. En medio de continuos desacuerdos, el país ha cruzado por instancias difíciles y de gran crispación social. En algún momento se llegó a temer que el proyecto nacional naufragase.”

Con muchos trabajos, la generación de Benito Juárez logró establecer las bases, pero no pudo consolidarlas. Escriben Érika Pani, de El Colegio de México, y Aurora Gómez Galvarriato, directora del Archivo General de la Nación: “Luego de la derrota frente a Estados Unidos en 1847, no faltó quien afirmara que México había perdido la guerra porque no era ‘una nación'. No obstante, a principios del siglo XX la mayoría de los mexicanos de entonces se identificaban como tales y se sentían parte de una misma comunidad. Sin embargo, ya no concebían a la nación como una comunidad esencialmente política, como un grupo de hombres y mujeres que se habían dado un gobierno y vivían bajo las mismas leyes. Ya no se trataba tampoco de la nación como la comunidad de derechos por la que habían suspirado los políticos de mediados de siglo. La minoría que gobernaba imaginaba ahora a la nación como una colectividad vinculada por la cultura y la historia, y ésta sería la imagen que promovería desde el poder.”

En efecto, páginas más adelante, las historiadoras destacan que la idea de una historia patria –“sin grandes fisuras, en la que todos habían participado con la posible excepción de los despistados y los traidores”, que buscaba sobre todo “enaltecer, emocionar y unificar”, dejando fuera todo lo que no cuadraba en esa trama– fue obra de los hombres de la época porfirista. Fue el propio don Porfirio quien “quiso que el Paseo de la Reforma fuera una gran lección de historia vertida en bronce”.

Resulta evidente que esta acción ideológico-educativa era congruente con la necesidad de alcanzar un consenso uniforme acerca de lo que los mexicanos debíamos entender como “nuestra historia”. En nombre de esta unidad integradora, el porfirismo pavimentó los baches de la historia patria y la concibió como una línea natural, lógica, sin contradicciones, heredera de un destino único que se dilataba hasta el mismísimo imperio azteca. Nada más que al querer vaciar la tina de las contradicciones, don Porfirio tiró el agua con todo y niño. La fracción vencedora del movimiento revolucionario iniciado por Madero en 1910 y el régimen emanado de ella, con la hegemonía del PRI durante casi setenta años, llevaron al extremo el dictum porfirista: toda aquella figura histórica que resultara incómoda y que no contribuyera a justificar el “nacionalismo revolucionario”, tenía que ser denostada, tergiversada o simplemente ignorada.

Por esa razón, muchos mexicanos crecimos con ideas equivocadas acerca de nuestra historia, con mitos y leyendas que en ocasiones estaban en abierta contradicción con los hechos históricos. A modificar esta visión maniquea de nuestra historia, que ha permeado por varias generaciones, están contribuyendo obras de divulgación histórica como este libro, junto con otros más como Contra la historia oficial, de José Antonio Crespo (Debate, 2009); La culpa de México. La invención de un país entre dos guerras, de Pedro Ángel Palou (Norma, 2009); Mitos de la historia mexicana: de Hidalgo a Zedillo, de Alejandro Rosas (Planeta, 2006); Las mentiras de mis maestros, de Luis González de Alba (Cal y Arena, 2002), El Gatuperio. Omisiones, mitos y mentiras de la historia oficial, de Juan Miguel de Mora (Siglo XXI, 1993), e incluso la Nueva Historia Mínima de México (El Colegio de México, 2004), en las que se aborda el devenir histórico de nuestra nación desde una perspectiva alejada del acartonamiento oficialista.

Quizá la única objeción que se le podría hacer a la amena lectura de Arma la historia es el último apartado, dedicado a los años recientes y encomendado a Soledad Loaeza, el cual rompe con el tono narrativo de las secciones anteriores, ya que se presenta como una especie de informe, con muchos apartados, privilegiando las cifras y estadísticas para fundamentar casi cada afirmación, restándole redondez de la obra. Aún así, vale la pena leerlo y reflexionar sobre la historia de estos últimos doscientos años, para imaginar cómo podríamos contribuir a mejorar los siguientes doscientos, trescientos o quinientos que se nos avecinan.

domingo, febrero 07, 2010

Culebras, lagartos y un policía corrupto


Con Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans (que los genios de la distribuidora le pusieron Enemigo interno), el director alemán Werner Herzog regresa con la oscura historia de un policía corrupto, adicto al sexo y las drogas, con el cuerpo contrahecho, en una sociedad devastada por la tragedia y la impunidad. A diferencia de la también genial Bad Lieutenant (1992) de Abel Ferrara —con Harvey Keitel como protagonista en la que está levemente inspirada, Herzog se da el gusto de juguetear con el delirio del teniente interpretado magistralmente por Nicolas Cage, en una actuación que verdaderamente pone los pelos de punta.

Se trata del estridente y a veces deprimente relato de la decadencia física y moral de un individuo en una ciudad abatida por el desastre. El sentido y tono de toda la película está resumido desde los créditos, con una víbora nadando en el agua estancada debido al huracán Katrina. El entonces agente Terence McDonagh (Cage) y su pareja Stevie Pruit (Val Kilmer en un papel decididamente menor y desdibujado) esculcan los casilleros anegados de una prisión en busca de documentos incriminatorios para chantajear a alguien más. En las celdas inundadas un joven recluso de origen latino está punto de que el agua le llegue literalmente al cuello. Los policías entran en una discusión cínicamente superficial sobre si salvarlo o no, hasta que en un gesto totalmente inesperado Terence decide lanzarse al agua. Esto le traerá consecuencias opuestas: lo ascienden a teniente por su acto heroico y se lesiona de por vida la columna vertebral por lo que tiene que soportar los dolores a punta de Vicodin y cocaína.

El flamante teniente pasea su maltrecha humanidad por las calles grises y desoladas de Nueva Orleans para extorsionar parejas de jóvenes que salen de los bares para quedarse con la droga que cargan y de paso abusar de las chicas ante la mirada atónita e imponente de los novios. Fornica y se droga con su amante, una prostituta de lujo (Eva Mendes), y de paso extorsiona a sus clientes; pierde grandes sumas de dinero por apostar a su equipo de futbol americano, lidia con la neurosis de su padre, un ex policía alcohólico, y se da tiempo de encabezar la investigación de una familia senegalesa que ha sido masacrada por órdenes del capo de las drogas del vecindario.

Cada una de las situaciones termina enmarañando la trama con imprevisibles resultados, por lo que uno tiende a pensar que si la película hubiera sido dirigida por Guy Ritchie, desde luego tendría un ritmo vertiginoso y se inclinaría hacia el lado de la comedia, pero a Herzog le interesa más explorar el constante vaivén de la ambigüedad moral de un hombre en una sociedad en decadencia. El también director de clásicos como Nosferatu (1979) y Aguirre, la ira de Dios (1972) se toma su tiempo, desarrolla las escenas, mantiene un tono oscuro y siempre inquietante, y sigue con parsimonia los pasos del teniente McDonagh, su colapso físico y mental, en el que alucina con lagartos atropellados y almas de mafiosos que bailan breakdance, que lo mismo es capaz de vilezas tales como aterrorizar y encañonar a un par de viejecitas en un asilo para sacarles información, que de tener gestos de nobleza inusitada como defender a su novia ante los maltratos de un junior o llevarse consigo al perro de su padre que la alcohólica e histérica madrastra no quiere alimentar. Desde luego, resulta inevitable el paralelo con el personaje de Vic Mackey, de la serie The Shield (El escudo), interpretado por Michael Chiklis, pero este ambivalente "guardián del orden" es aún más sórdido y desencantado.

Nicolas Cage hace una interpretación soberbia, casi a la altura de la que le valió el Oscar por el papel del alcohólico escritor en Leaving las Vegas (Mike Figgis, 1995), sólo que en esta ocasión ha ido más allá, al transformarse en un hombre deforme por fuera y por dentro, una suerte de antihéroe trágico y maligno que parece una bomba de tiempo a punto de estallar en cualquier momento y que, al final, aparentemente termina alcanzando la redención. Son los lujos que se puede permitir un actor que estelariza churros palomeros para luego trabajar con los directores que quiera y hacer películas que le plantean verdaderos retos histriónicos.

lunes, febrero 01, 2010

Hoy inicia Poesía y Movimiento 2010 en el Metro

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Hoy inicia el Encuentro Poesía y Movimiento 2010 donde más de 80 poetas leerán poemas de su autoría sobre la ciudad y sus personajes.

Poetas jóvenes y no tan jóvenes compartiremos nuestras creaciones con los siempre insólitos pasajeros del Metro de la urbe más grande del mundo.

Este es el programa completo. Acá su tundeteclas de confianza estará el 10 de febrero en la estación Copilco y el 15 en la estación Bellas Artes.

Hay un blog donde pueden encontrar más información sobre el evento: http://www.poesiaymovimiento.blogspot.com/

Por favor, difundan la información y espero verlos por allá.

PROGRAMACIÓN
POESÍA Y MOVIMIENTO 2010

PINO SUÁREZ 01 FEBRERO 17:30 – 18:30 HRS
Iliana Godoy, Héctor Carreto, Ernesto Lumbreras, Natalia Toledo , Xhevdet Bajraj, Eusebio Rubalcava, Iliana Garma, Dolores Castro, Margarita Castillo, Dionisio Morales, Teresa Dey, Rosina Conde, Blanca Solórzano,.

SAN LÁZARO 03 FEBRERO 14:00 – 15:00 HRS
Anaïs Abreu, Medardo Maza, Eliud Delgado, Cristóbal Apanco, Octavio Solís, Itzel Atziri, Dorian Gabriel, Yaxkin Melchy, Manuel Jiménez, Mardonio Carballo, Víctor Ibarra, Miguel López, Emiliano Álvarez Pastrana, Yaxkin Melchy, Ángel Márquez Jaime.

TACUBAYA 05 FEBRERO 17:30 – 18:30 HRS
Linda Guiza, Mauricio Jiménez, Raúl Oviedo, Granda Lamadrid, Cristian Picón, Blanca Roth, Tonatihu Mercado, Paola Villaloredo, Jorge Sosa, Nadia Escalante, Ektor Rojas, Ánuar Zúñiga Naimé, Mario Dux, VAN-T.

CHABACANO 08 FEBRERO 17:30 – 18:30 HRS
Héctor Rojas, Ánuar Zúñiga Naimé, Mauricio Jiménez, Miguel López, Mario Dux, Sergio García Díaz, Jesús Gómez Morán, Adiar Villarreal, Mónica González, Nidya Gamboa, Jorge Posada, Gabriel Bolongaro, Porfirio García Trejo, Pedro Emiliano.

COPILCO 10 FEBRERO 14:00 – 15:00 HRS
Rocío González, Guillermo Vega, Pedro Juárez, Lucero Balcázar, Javier Raya, Francisco Algos, Ricardo Núñez, Gabriel Bolongaro, Adriana Tafoya, Andrés Cisneros, Cristian Picón, Eduardo Moshes, Carlos Montalvo, Arturo Sodoma, Tonatihu Mercado, Jesús Gómez Morán, Guillermo Córdova, Raúl Oviedo.

INSURGENTES 12 FEBRERO 17:30 – 18:30 HRS
Teresa Guarneros, Raúl Oviedo, Perla Schwartz, Blanca Solórzano, Arturo Sodoma, Raúl Oviedo, Lucas Matus, Denyitzel Ramos, Ximena Juliette, Lucero Balcázar, Carmen Saavedra, Patricia Luna, Fernando Cabildo, Javier Moro, Angélica Santaolaya, Adriana Tafoya, Andrés Cisneros, Guillermo Carballo, Jorge Contreras, VAN-T.

BELLAS ARTES 15 FEBRERO 17:30 – 18:30 HRS
Itzel Atziri, Octavio Solís, Javier Raya, Jorge Sosa, Alberto Vargas, Cristóbal Apanco, Guillermo Vega, Marlene Villatoro, Jorge Contreras, Blanca Solórzano, Lucas Matus, Denyitzel Ramos, Cristian Picón, Ektor Rojas, Ximena Juliette, Porfirio García, Angélica Santaolaya, Luis Ramaggio, Fernando Cabildo, Sakura B, Javier Moro, Hernán Hernández, Guillermo Carballo, Porfirio García Trejo.

BALDERAS 17 FEBRERO 14:00 – 15:00 HRS
Eduardo de Gortari, Alberto Vargas, Eliud Delgado, Thalía García Bustamante, Ícaro Volta, Jorge Posada, Alberto Trejo, Patricia Luna, Cesar Cortés, Aziz, Paola Villaloredo, Daniela Flores, Héctor Rojas, Edson Mateos, Ángel Márquez Jaime, Sergio García Díaz, Silvia Colmenero, Pedro García Pizarro.

CHABACANO 19 FEBRERO 17:30 – 18:30 HRS
Guillermo Córdova, Lucas Matus, Denyitzel Ramos, Ximena Juliette, Patricia Luna, Blanca Roth, Dorian Gabriel, Tonatihu Mercado, Emma Haret, Francisco Algos, Iliana Garma, Sakura B., Adair Villarreal. Pedro Garcia Pizarro, Raúl Oviedo.

BALDERAS 22 FEBRERO 17:30 – 18:30 HRS
Daniela Flores, Thalía García Bustamante, Elia Espinosa, Yaxkin Melchy, Alberto Trejo, Nidya Gamboa, Eduardo Ribé, Edson Mateos, Brigy Téllez, Yaxkin Melchy, Viktor Ibarra, Silvia Colmenero, Mauricio Jiménez, Pedro Emiliano.

BELLAS ARTES 24 FEBRERO 14:00 – 15:00 HRS
Rocío González, Anais Abreu, Zita Noriega, Medardo Maza, Mónica González, Nadia Escalante, Guillermo Córdova, Emma Haret, Aziz, Brigy Tellez, Cesar Cortés, Eduardo Ribé, Katia Palacios, Refugio Pereida, Guillermo Carballo, Hernán Bravo, Emiliano Álvarez Pastrana, Maria Siete Soriano

PINO SUÁREZ 26 FEBRERO 17:30 – 18:30 HRS
Iliana Godoy, Xhevdet Bajraj, Eusebio Ruvalcaba, Carlos Montalvo, Teresa Guarneros, Elia Espinosa, Katia Palacios, Marlene Villatoro, Tere Dey, Margarita Castillo, Carmen Saavedra.