martes, febrero 16, 2010

Poesía bajo tierra

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Fernando Reyes leyendo sus poemas en el metro Bellas Artes

por Fernando Reyes*

Poesía bajo tierra, poesía en movimiento, poesía subterránea, poesía underground. Poesía, mucha poesía espera a los pasajeros del metro en estos días en el Festival poético en el Sistema de Transporte Colectivo Metropolitano. En estaciones del metro como Insurgentes, Coyoacán, Copilco, Bellas Artes y muchas más, se han reunido las voces de más de cien poetas de todos colores y tonalidades. Desde la poesía más kitsch hasta la más pornográfica. Poetas de gran trayectoria como Dolores Castro y David Huerta, hasta lectores diletantes de poesía de 15 años. Cada cual con su estilo, con su poética y/o acompañados de otros discursos como la danza, el performance, la música o el Spoken Word, los poetas y lectores de versos han deleitado, sorprendido e indignado a los millones de pasajeros que viajan diariamente en el metro: “¿Qué pedo con estos weyes?”, “Ay, mira, amor, están leyendo poesía, a mi me gusta mucho”, “Hagan favor de recorrerse, por favor, permitan el paso”, “Órale, qué chido”. Esa es la intención de la poesía: el extrañamiento, el sacarnos de nuestra plana rutina, transformar la aburrida realidad, provocarnos para bien y para mal. “¿Qué a poco eso es poesía? Puras pinches groserías”, alcancé a escuchar el comentario de uno de los convidados de andén.

Voces nuevas, algunas que se jactan de no seguir reglas, ni parámetros poéticos, de no querer publicar. Otros aviesos y traviesos en las mañas del buen versar. Unos más con la facha de melancólicos que no pueden ocultar el su andar, en su vestir, en su mirar, en su hablar. Algunos lúdicos, barrocones, juguetones, calamburemalabaristas, retruecanopirotécnicos. De todo hay, al dos por uno, llévese un poema amoroso y dos subversivos al mismo precio: la paciencia, los olores, los calores, la sed, el hambre, las ganas de llegar a casa: Dénse unos minutos y seguro se quedarán media hora y tal vez hasta la hora o más.

Ayer en Bellas Artes, poetas, obreros, sirvientas, secretarias, vendedores y uno que otro vagabundo (tal vez otrora poeta) disfrutamos casi tres horas de poesía. Felicidades a Linda Guiza, Cristian Picón y otros organizadores por este evento que cumple ya su tercera edición. Gracias a las autoridades siempre (casi) sensibles al quehacer cultural llevado a las calles. En esta ocasión llegaron bajo tierra. Probablemente, como le sugerí a la linda Linda, la próxima vez digamos nuestros poemas dentro de los vagones y, por qué no, llevemos a cabo nuestras presentaciones de libros.

* Académico de la UNAM, editor, antologador, ensayista, poeta y narrador. Autor de El pez goloso de tu lengua y El corazón apalabrémonoslo. En narrativa ha publicado No somos tiernas las suripantas (cuento) y La filósofa, la jinetera y el Comandante (novela que se presenta el 24 de febrero en la XXXI Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería a las 19 hrs. Auditorio 2)