sábado, febrero 28, 2009

Mapas, poesía, México y otras ideas descabelladas

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Por Guillermo Vega Zaragoza

“El mapa no es el territorio”, aseveró Gregory Bateson, el célebre antropólogo y científico, precursor de la cibernética y de los principios de la programación neurolingüística. Cada persona tiene una representación de la realidad (“su verdad”) y a partir de ella se orienta en el territorio de su propia vida. Ningún mapa personal constituye una representación completa y detallada del entorno. Es apenas una guía que permite al individuo orientarse en el mundo para alcanzar sus objetivos. O también puede servir para perderse, si es que el mapa corresponde muy poco o casi nada a la realidad del entorno.

Hace ya casi año y medio, en junio de 2007, Adán Echeverría y Armando Pacheco se embarcaron en una aventura que al principio sonaba descabellada: “mostrar una realidad sobre la creación poética en México” (ojo: dijeron “una realidad”, no “la realidad”). Y digo que su aventura sonaba descabellada, porque vivimos en un país donde nadie hace bien el trabajo que debiera.

Véase si no: los escritores cobran becas, ganan premios y publican libros que ni sus amigos se atreven a leer; los editores no editan los mejores libros sino andan a la caza del bestseller que les asegure otro mes de sueldo; los críticos se quejan de que no hay grandes obras que reseñar, pero ni siquiera se apersonan en las librerías para enterarse de las novedades sino que esperan a que se los manden las publirrelacionistas de las editoriales (las cuales ni siquiera han leído los libros que promueven); los lectores —ay, ese oscuro sujeto por todos tan deseado— se la pasan quejándose de que los libros están muy caros, pero no los leen ni aunque se los regalen, y los funcionarios culturales…, bueno, esos siguen cobrando religiosamente su quincena.

Entonces, en esta realidad dislocada, digna de Lewis Carroll, la idea de hacer un mapa de la poesía mexicana reciente, de manera independiente, no podía sonar sino descabellada. Y ya sabemos que en México, lo descabellado es lo de todos los días.

La invitación para participar me llegó por correo electrónico, reenviada por varios amigos. Cuando leí que los convocantes eran yucatecos, no pude resistir imaginarme cómo se les había ocurrido la idea de embarcarse en esta quimérica tarea. Cerré los ojos y pude verlos meciéndose en sus hamacas, bajo el intenso calor de la ciudad blanca, luego de haberse zampado unos platazos de cochinita pibil, queso relleno y papadzules, acompañados con dos pares de cervezas Montejo (con todo eso en el organismo, cualquiera empieza a desvariar):

—Oye, ¿y qué tal que hacemos un mapa de la poesía mexicana de las últimas tres décadas? —dijo uno de ellos.

—Estaría bien, ¿no? ¿Pero ya ahorita? —dijo el otro, prudentemente entusiasmado.

—No, tampoco hay que exagerar. Mañana lo empezamos —dijo el primero y remató—: Por lo pronto, alcánzame otra cerveza.

Con esta idílica imagen, hasta a mí me dieron ganas de hacer el mapa. Además, a diferencia de muchas otras propuestas de “antologías” que circulan por Internet, no pedían dinero para ser publicado, sino simple y sencillamente establecían como requisitos que hubieras nacido entre 1960 y 1989, que hubieras ganado algún premio, tuvieras por lo menos un libro publicado o tus escritos hubieran aparecido en alguna publicación literaria respetable.

Envié por correo electrónico una selección de poemas y mi ficha biobibliográfica, y olvidé el asunto. Como ya dije, varias veces me llegó la invitación reenviada por amigos, y entonces me acordaba del tema y me preguntaba: “La mera verdad, ¿a quién le puede interesar tener en un solo documento una muestra exhaustiva (hasta donde se pudiera) del quehacer poético de los años recientes?” Bueno, pues en principio a los mismos compiladores, motivados por el puro gusto y amor a la poesía que se escribe en su país. Es decir, los únicos motivos por los que vale la pena hacer este tipo de cosas.

Pero también podría interesarles a los poquísimos críticos de poesía que existen en México (en caso de que les interesara leer a alguien más que no fueran sus amigos, aunque a veces ni a ellos los leen). O a algún estudioso extranjero, cazador de excentricidades. O a los historiadores y académicos literarios, para que los incluyeran en algún diccionario de literatura mexicana dentro de veinte años, o para que autorizaran hacer una tesis universitaria sobre el tema una vez que el más joven de todos los poetas incluidos hubiera muerto.

Meses después, a los autores incluidos nos llegó por medio del correo electrónico, la primera versión del mapa, donde el incitador de la idea, Adán Echeverría, confesaba por fin sus aviesas intenciones, no sin antes lavarse las manos cual Pilatos del sureste:

“Ni Armando Pacheco, mi compañero en la compilación, ni un servidor queremos asumirnos como los gurús de la poesía nacional, para decir quién es o quién no es poeta, o qué es o no un poema, o poesía, como muchos antologadores han intentado señalarlo con la publicación de sus obras. Todos los autores incluidos en este gran documento han sido señalados como poetas por aquellos jurados que decidieron otorgarles un premio, por los editores que decidieron publicarles un libro, o por los consejos editoriales de las revistas que decidieron arriesgarse a publicarles algún poema”.

Y concluían que su pretensión, ni más ni menos, era “brindar el panorama de los autores mexicanos de tres décadas y permitir a los lectores que sean ellos los que juzguen”.

Entonces sí me indigné. ¿Cómo? ¿A los poetas incluidos en el mapa no se nos lanzaría al Olimpo de las Letras? ¿No seríamos publicados en un ladrillazo infumable por alguna editorial transnacional, o ya de a perdido por alguna gubernamental, sino en un pinchurriento CD como los que vende la mafia de los ciegos en las catacumbas del Metro de la ciudad? Vamos: ¿no íbamos a contar con la bendición de un prólogo de monseñor Monsiváis, el abad Pacheco o por lo menos el monaguillo Domínguez (aunque entienda muy poco de poesía)? Caray, así nunca nos iban a reseñar en la sección de libros de Letras libres, ya no digamos en su blog, por lo menos para denostarnos y burlarse de nosotros por ingenuos. Pensé retirar mis poemas de inmediato, pero ya era hora de mi telenovela de las diez, así que decidí tranquilizarme y pensarlo mejor.

Semanas después tuve por fin en mis manos el CD con la versión definitiva del mapa. Me dejó gratamente impresionado: 658 poetas de los 32 estados de la República habían respondido al llamado. Pero de inmediato surgieron las preguntas: ¿están todos los que deberían o sólo los que respondieron? En la presentación del mapa, Adán Echeverría deja muy claro todo esto, así que los invito a que lean.

Pero aun así, ¿son muchos o son pocos 658 poetas? Si atendemos a Gabriel Zaid que dijo que si cada década surge cuando menos un poeta memorable podemos considerarnos afortunados, estamos ante una alarmante sobrepoblación. Pero también sabemos que la poesía no es (o no debería ser) una cuestión de mera estadística. Los antologadores tuvieron el gran acierto de llamar “mapa” a su trabajo y no “diccionario” o “antología”; si no, ya los estarían crucificando los no incluidos o aquellos poetas perfumados (ellos tan laureados, tan exquisitos, tan insoportables) que no ven con buenos ojos que su nombre aparezca junto a los de la “plebe”. Aunque casi parece que ya estoy leyendo a algún joven reseñista amargado que, en lugar de agradecer que alguien más haya realizado el trabajo que él debería estar haciendo, lo descalifique porque “la simple recopilación tiene muy poco mérito”. Ajá: nada más que hay que tomar en cuenta que este es un trabajo independiente, sin la bendición de padrinos ni bequitas ni recursos institucionales. La valoración de las obras y autores incluidos es trabajo de los críticos, académicos, historiadores y demás estudiosos literarios. Aquí está la materia prima para que comiencen y amplíen el análisis de nuestra realidad poética, que evidentemente ya cambió, que ya no puede ser controlada, fiscalizada, censurada, ninguneada o enaltecida falsamente como hasta hace pocos años. Existe una gran producción poética en todo el país, les guste o no les guste a las cada vez más anémica nomenklatura cultural que cree que aún puede controlar todo lo que se publica y decidir qué es lo que vale o no.

En una entrevista que realizó Juan Domingo Argüelles para El Universal en 1987, Emmanuel Carballo uno de los más grandes críticos literarios que han existido en el país y que en la actualidad no hay quien se acerque siquiera a llenar sus zapatos, explicó sin tapujos esta nueva realidad que muchos se niegan a reconocer aún hoy, por lo menos en público:

“Yo fui un mafioso y la historia me quitó esa prerrogativa; me mandó cesante a mi casa. ¿Por qué éramos una mafia? Porque éramos pocos, porque nos creímos el pueblo elegido, porque Alfonso Reyes era nuestro tutor, porque Octavio Paz nos daba palmaditas y porque tuvimos la audacia de decir que éramos los mejores. No lo probamos, pero sí lo dijimos, y tantas veces lo dijimos que la gente nos lo creyó. Cuando creció el número de escritores, se rompió esa falacia que era la mafia. Yo fui uno de los primeros en abandonarla, porque me di cuenta que era una torpeza, un provincianismo que jugaba a ser un metropolitanismo (el subrayado es mío). Las mafias son para protegerse y para defender tus actividades ilícitas, y la única actitud ilícita que tenían las mafias literarias en México es que no dejaban pasar a sus enemigos y engordaban, artificialmente, a sus amigos, para venderlos por mayor número de kilos… Ahora ya no hay una mafia, hay muchas mafias. Y muchas complacencias y autocomplacencias”.

La realidad ya cambió aún más de 22 años a la fecha. El sistema de validación de la obra se está trasladando de las editoriales, las instituciones públicas y la critica oficial, a los lectores, gracias a las nuevas tecnologías de información, edición y publicación. Es más: el libro de papel está dejando de ser el vehículo dominante para transmisión de la palabra escrita. No desaparecerá como objeto artesanal, de colección, pero cada vez más serán los autores y los lectores los que recurrirán a la edición digital y al libro electrónico multimedia para acercarse al arte y al conocimiento.

En pleno siglo XXI, de lo que menos se pueden quejar los escritores es de falta de oportunidades para que su obra llegue a gran cantidad de lectores. Ahora de lo que se trata es de promoverla y difundirla, aprovechando las nuevas tecnologías, las redes sociales y los nuevos formatos digitales como los blogs, la multimedia, los podcasts y los videoblogs, además desde luego de los libros electrónicos. La idea de editar digitalmente el mapa en disco compacto es un gran primer paso, ya que no sólo posibilitará ampliarlo y actualizarlo con rapidez y sencillez, sino también enriquecerlo con sonido, imágenes y video, permitiéndole a los lectores experimentar la poesía de una manera nueva y más atractiva.

Los compiladores ya hicieron su parte. Ahora nos toca a todos los demás hacer lo que nos corresponde. Los autores incluidos están obligados a difundirlo ampliamente entre amigos y conocidos, en revistas, periódicos, blogs y sitios web, vendiéndolo, reproduciéndolo o distribuyéndolo, junto con las presentaciones que ya se están haciendo en cada estado. A los críticos y reseñistas les corresponde analizar y dar seguimiento a la obra de los autores incluidos, para hacer mapas más detallados por estado o región, y difundirlos por el mismo medio, a fin de romper el cerco del provincianismo con ansias cosmopolitas del que hablaba Carballo. Y los lectores estarían obligados a disfrutar esta amplia colección de poesía, que abarca una gama amplísima de estilos, planteamientos estéticos, preocupaciones, obsesiones, delirios y epifanías, tan compleja, vasta y múltiple como es la realidad de nuestro país, como la ven, la sienten, la gozan y la sufren sus poetas más recientes.

Como yo no soy crítico literario aunque a veces escriba reseñas y ensayos sobre los libros y autores que me gustan, no me siento calificado para externar una opinión lo suficientemente autorizada que supere la reseña expresionista sobre el estado general que guarda la poesía mexicana escrita desde los años ochenta hasta apenas antier, de acuerdo con los autores y los poemas incluidos en este mapa.

No obstante, eso no me impide imaginarme el paisaje retratado en el mapa: el hacinamiento de poetas en el Distrito Federal (producto del centralismo); el aislamiento poético de muchas entidades (producto del provincianismo que aún domina en varios lugares); el feliz descubrimiento de algunas prometedoras cimas; la triste decepción de muchos accidentes topográficos; la esperanza de consolidación y preservación poética de grandes mares, bosques, lagos, cascadas, ríos, islas, algunas planicies y desiertos (que no por inhóspitos dejan de ofrecernos bellezas). En fin, muchas riquezas desconocidas que el mapa nos acerca y nos invita a visitar y admirar por cuenta propia.

Es tan sólo cuestión de atreverse a hacer realidad una idea descabellada, como la que emprendieron Adán Echeverría y Armando Pacheco, con la ayuda de muchas personas generosas y la participación de todos los poetas incluidos; una idea tan descabellada como la poesía misma.

(Leído el 21 de enero de 2009 en el Palacio de Bellas Artes)

viernes, febrero 27, 2009

Palabras Malditas en el Conejo Blanco

Los invito a la presentación de esta antología de cuentos que incluye, entre otros, un cuento sicalíptico de este tundeteclas.

Será un honor tenerlos por allá.

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Los invitamos cordialmente a la presentación del primer libro de editorial efímera:

Palabras Malditas / Antología de cuentos.

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jueves 5 de marzo
19:30 hrs.

Presentan:
JM Servín
Guillermo Vega Zaragoza
Paola Tinoco
Jonathan Solórzano

Librería Conejo Blanco.
Amsterdam 67. Entre Parras y Sonora.
Col. Condesa.
Ya está a la venta a través de www.palabrasmalditas.net

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Un escritor emprende la fuga después de participar en un robo que se sale de control. Las confesiones de un insomne y una mujer infiel. El infierno personal de un asesino y la lenta caída de un boxeador. Un día en la vida de una modelo profesional y de un pornstar mexicano. Un terremoto que cimbra el pensamiento de un filósofo. El encuentro con Dios en la fila para pagar el predial, el sueño de una prostituta, las viscisitudes de un periodista adicto a la cocaína. Un cazador de lolitas virtuales y una femme fatal sobrenatural.

Estas y otras historias se reúnen en esta antología de cuentos. Más de veinte autores dan vida a personajes violentos, viscerales, existencialistas e irreverentes, que entre tragos de mezcal, whisky y ginebra, entrecruzan sus historias.

Escritores que ofrecen en Palabras Malditas una propuesta fresca y propositiva, bajo la consigna: Las palabras son armas cargadas.

Esperamos contar con su asistencia y brindar con todos ustedes.

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jueves, febrero 19, 2009

Memoralia en la Condesa

ACTUALIZACIÓN: Pongo la versión completa (sin edición) de la entrevista que generosamente me mandó Liliana Jiménez.

Memoralia en la Condesa

por Liliana Jiménez Mota


Ser un guía de lectura debe ser parecido a un guía en una selva perdida del África, pendiente de los feroces y desconocidos animales, de los pantanos invisibles y de plantas carnívoras. Un guía de lectura lucha contra animales, pantanos y plantas en la selva de las letras, indagando cualquier especie de narrativa para llegar a algún destino, casi siempre satisfactorio. Así es el trabajo de Guillermo Vega Zaragoza, escritor, periodista y profesor universitario quien por primera vez participa como asesor en el ciclo "Guías de lectura” en la Casa de Cultura Condesa.


Con una serie de libros de narrativa y poesía publicados, Antología de lo indecible, Preñar el silencio (Narrarte, 2001), Espejo infinito (Editorial Dionisiaca, 2002), Memo Vega cuenta su experiencia con la literatura y los vínculos inesperados para llegar a ella.


“Me han influido diferentes obras, géneros y autores. Desde pequeño me llamó la atención la lectura por que mi hermano estudió bibliotecología, la casa siempre estaba llena de libros. Recuerdo los libros infantiles, sobre todo unos cuentos infantiles de Tolstoi, incluso antes de encarar los libros me llamaron la atención los cómics, no sólo de superhéroes, sino los cómics de Rius y sobre todo Mafalda, esa fue la doble vía. Después me influyó un maestro que tuve, es una de las cuestiones más importantes para impulsarme a la lectura, era el maestro Miguel Ángel Fonseca, durante la semana nos atiborraba de tareas y el fin de semana no nos dejaba tarea y nos premiaba con un libro. El lunes regresando preguntaba al azar quién quería platicar lo que habían leído. Este era un proceso muy sencillo que hizo acercarme a la lectura.


Yo soy fan del rock, sobre todo el rock de los 60, 70 y 80. Es lo que me tocó vivir por mis hermanos que eran más grandes que yo, de los Beatles para acá. Mi acercamiento a la lectura también fue a través de la música, sobre todo la música de los Doors, de Jim Morrison, cuando leí su biografía me impresionó que era uno de los pocos rockeros que leían, que leían cosas pesadas, filosofía, Nietzsche, Rimbaud, Baudelaire, leía mucha psicología, política, me impresionaba eso, sus hazañas intelectuales.


En la biografía cuentan que retaba a sus amigos a que sacaran un libro se pusieran a leerlo en cualquier página y que él les iba a decir de qué libro y autor estaban leyendo, si fallaba él les invitaba las cervezas, si acertaba le invitaran a él, eso me llamaba la atención. Así se me dio la posibilidad de conectar la literatura y la música. Me gustan sobre todo los rockeros poetas, Bob Dylan, Leonard Cohen, Bruss Springfield, más allá de la música, del ritmo, me interesa que las canciones digan algo, que la letra tenga un sentido más allá de ¡vamos a rocanrolear toda la noche!, ¡vamos a tomar!, ¡nena te amo!. Esos son los rockeros que más me gustan, los que tienen contenido en su música.


Así como dice José Agustín, Yo me volví escritor porque no pude ser rocanrolero. En mi caso mi papá no me compró la batería que yo quería, y para la guitarra eléctrica me dijo: primero aprende a tocar la de palo y luego te compro la otra. Nunca aprendí por que además nunca tuve cuates que tocaran rock. Yo sé que tengo buen oído musical, eso es muy importante para la poesía.”


Memo toma unos sorbos de refresco, se acomoda los lentes, toma aire y afirma que hay un grave problema en el país respecto a la motivación de la lectura que no solamente viene desde la casa, esto es una cosa de imitación, es decir los niños leen por que ven a sus padres leer y también en la escuela, de hace 20 años a la fecha el sistema educativo ha ido cada vez peor en ese sentido. Incluso en talleres especializados las lecturas son limitadas, se limitan a leer lo que les dejan.

En este aspecto Vega se considera un logófago, “por mi formación o deformación leo todo, leo hasta las etiquetas de los medicamentos y de las cosas del baño. Por mi trabajo y formación tengo que leer muchas cosas, mi dieta para las lecturas es muy variada. Uno de los libros que mas me han influido es La Tumba sin sosiego de
Cyril Connolly, es un libro misceláneo, un ensayo, es como una especie de blog pero cuando no existía el blog, que habla sobre la vida y sobre la vida del escritor.”


Obras y escritores de la literatura que han marcado al periodista serán las que se incluirá en el ciclo de lectura, “Voy a recomendar a los escritores mexicanos, escritores de la Onda para los más jóvenes, recomendaré a José Agustín, Gazapo, Gustavo Sainz, que fueron los que me influyeron y motivaron, quienes hicieron darme cuenta de que no solamente los jóvenes podían escribir sino que se podía hablar de las cosas que viven los jóvenes, ya no tener que hablar de los grandes temas sino de cosas cotidianas.


Recomendaré autores norteamericanos, algunos emparentados con el nuevo periodismo como Truman Capote, Tom Wolfe, Norman Mailer, algunos más recientes como Breston Ellis. Una escritora muy buena A. M. Homes, su primera novela El fin de Alice y otra más reciente de ella, Este libro te salvará la vida. Chuck Palahniuk el que escribió El club de la pelea, es un escritor muy interesante, choqueante, aturdidor, te sacude. Esos son algunos. En poesía recomendaré poesía mexicana, soy hijo putativo de Jaime Sabines, también recomendaré a Efraín Huerta, José Emilio Pacheco y Gonzalo Rojas, que son los que más me gustan.”


Escribir no es sencillo, Memo habla respecto al oficio tan necesario del escritor, “Lo más importante para un escritor es que lo lean, la tecnología lo que facilita es eso, que te lean inmediatamente cuando lo publicas. Hay que integrarse, los escritores somos muy aferrados a nuestro arte en lugar de abrirnos y dejarnos influir por otras artes. Yo creo que a la larga también los escritores nos vamos a volver artistas visuales, para nosotros la base de inicio va a ser la palabra. Hay que expandir el lenguaje literario.


Yo estudié periodismo para no terminar de maestro de literatura, y terminé de maestro de literatura, yo quería vivir de lo que escribiera y eso sólo lo logré con el periodismo. Es un medio muy antiintelectual el de los periódicos, por la velocidad de la información no hay tiempo para reflexionar ni tu propio trabajo. El periodismo te ayuda muchísimo, yo creo que todo escritor debería experimentar un rato con el periodismo, te quita el miedo a la hoja en blanco. El periodismo me dio una perspectiva más amplia de mi realidad, me ayudó a conocer gente, escribimos del ser humano, y una forma de hacerlo es entrevistando.


A mi se me da más escribir en la mañana, por el silencio, y por el hecho de que siento que las ideas se me asientan durante el sueño, por que ya enfrascarme en la vida cotidiana como que las ideas se me alborotan y en la noche ya me da sueño. En la mañana me siento más lúcido, fresco, aprovecho de las 6 a las 10 de la mañana para escribir. Antes escribía en mis cuadernos pero ahora con la computadora, el blog, eso ha variado mi rutina de escritura. Ahora lo hago a través de la bitácora del blog, cuando escribo un cuento lo subo al blog, ya no tanto para tenerlo en el cuaderno.


El artista debe dominar su arte, su técnica, su forma de hacer, su materia prima, el escritor tiene que saber de palabras, debe saber de su técnica y materia prima, ya que la domina olvidarla. Por que así se puede crear algo nuevo, es decir que ya no piensa en ella por que ya la hizo suya y lo hace automáticamente y hay posibilidad de crear algo nuevo, de romper las reglas. El arte es un experimento permanente, continuo, eterno, el verdadero arte.”


Invadiendo el horario de comida, pero sin prisa, finalizó la charla con un cuestionario que consiste en mencionar alguna palabra y responder con la primera idea que surja del entrevistado:


Escritor- Fabulador

Poesía- Música

Tecnología- Posibilidad

Periodismo- No recomendable

Escuela- Necesaria

Tiempo- Lo que a veces falta

Hoja en blanco- A veces miedo

Crisis- Oportunidad para salir adelante

Revista- Un sueño

Música- La vida

Palabra- El aire

Autores- Mejor la obra

Artista- Necesarios

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El escritor, periodista y profesor universitario platicará con los asistentes al Centro de Lectura Condesa (Nuevo León no. 91, Col. Condesa) el jueves 19 de febrero, a las 17 horas, y les dará recomendaciones literarias en los géneros de poesía y narrativa.

Logófago en la Condesa
por Liliana Jiménez Mota

http://www.literaturainba.com/diccionarios/notas_more.php?id=7320_0_4_0_M

Ser un guía de lectura debe ser parecido a un guía en una selva perdida del África, pendiente de los feroces y desconocidos animales, de los pantanos invisibles y de plantas carnívoras. Un guía de lectura lucha contra animales, pantanos y plantas en la selva de las letras, indagando cualquier especie de narrativa para llegar a algún destino, casi siempre satisfactorio. Así es el trabajo de Guillermo Vega Zaragoza, escritor, periodista y profesor universitario, quien por primera vez participa en el ciclo "Guías de lectura” en el Centro de Lectura Condesa. Autor de Preñar el silencio (2001), Espejo infinito (2002), Antología de lo indecible (2004) y Desde la patria del insomnio (2007), Vega nos cuenta sobre: su experiencia con la literatura y los vínculos inesperados para llegar a ella.

“Me han influido diferentes obras, géneros y autores. Desde pequeño me llamó la atención la lectura porque mi hermano estudió bibliotecología, la casa siempre estaba llena de libros. Recuerdo los libros infantiles, sobre todo unos cuentos infantiles de Tolstoi... Incluso antes de encarar los libros me llamaron la atención los cómics, no sólo de superhéroes, sino los cómics de Rius y sobre todo Mafalda, esa fue la doble vía. Después me influyó un maestro que tuve: era el maestro Miguel Ángel Alfonseca, durante la semana nos atiborraba de tareas y el fin de semana no nos dejaba tarea y nos premiaba con un libro. El lunes regresando preguntaba al azar quién quería platicar lo que había leído. Este era un proceso muy sencillo que hizo acercarme a la lectura.

”Mi acercamiento a la lectura también fue a través de la música, sobre todo la música de los Doors, de Jim Morrison. Cuando leí su biografía me impresionó que era uno de los pocos rockeros que leían, que leían cosas pesadas: filosofía, Nietzsche, Rimbaud, Baudelaire... leía mucha psicología, política; me impresionaba eso, sus hazañas intelectuales. Así se me dio la posibilidad de conectar la literatura y la música. Me gustan sobre todo los rockeros poetas, Bob Dylan, Leonard Cohen, Bruce Springsteen; me interesa que las canciones digan algo”.

Vega se considera un logófago: “por mi formación o deformación leo todo, leo hasta las etiquetas de los medicamentos y de las cosas del baño. Por mi trabajo y formación tengo que leer muchas cosas, mi dieta para las lecturas es muy variada. Uno de los libros que mas me han influido es La Tumba sin sosiego de Cyril Connolly, es un libro misceláneo, un ensayo, es como una especie de blog pero cuando no existía el blog, que habla sobre la vida y sobre la vida del escritor”.

Obras y escritores de la literatura que han marcado al periodista serán las que se incluirá en el ciclo de lectura, “Voy a recomendar a los escritores mexicanos de la Onda para los más jóvenes, que fueron los que me influyeron y motivaron, quienes hicieron darme cuenta de que los jóvenes podían no solamente escribir, sino que se podía hablar de las cosas que viven los jóvenes, ya no tener que hablar de los grandes temas sino de cosas cotidianas.

”Recomendaré autores norteamericanos, algunos emparentados con el nuevo periodismo. [...] Esos son algunos. En poesía recomendaré poesía mexicana, soy hijo putativo de Jaime Sabines, también recomendaré a Efraín Huerta, José Emilio Pacheco y Gonzalo Rojas, que son los que más me gustan.”

Escribir no es sencillo. Guillermo Vega habla respecto al oficio del escritor: “Lo más importante para un escritor es que lo lean. Hay que integrarse, los escritores somos muy aferrados a nuestro arte en lugar de abrirnos y dejarnos influir por otras artes. Yo creo que a la larga también los escritores nos vamos a volver artistas visuales, para nosotros la base de inicio va a ser la palabra. Hay que expandir el lenguaje literario.

”El artista debe dominar su arte, su técnica, su forma de hacer, su materia prima, el escritor tiene que saber de palabras, debe saber de su técnica y materia prima. Ya que la domina, [puede] olvidarla. Porque así se puede crear algo nuevo, es decir, que ya no piensa en ella por que ya la hizo suya y lo hace automáticamente y hay posibilidad de crear algo nuevo, de romper las reglas. El arte es un experimento permanente, continuo, eterno, el verdadero arte”.

lunes, febrero 16, 2009

ACTIVIDADES DEL VEGA.COM

CHARLA

Centro de Lectura Condesa

Guías de Lectura
con Guillermo Vega Zaragoza

Los lectores podrán acercarse de manera individual y directa a autores de diversos géneros para solicitar sus recomendaciones literarias

Jueves 19 de febrero
de 17:00 a 19:00 horas

Nuevo León 91, colonia Condesa.
México, D.F. CP 06140
Teléfonos: 5553 5268 y 5553 5269
Correo electrónico: cnl.clc@correo.inba.gob.mx

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CHARLA Y LECTURA

XXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería

AUTOAYUDA VERSUS LITERATURA

PRESENTACIÓN DE FERNANDO REYES
Y LECTURA DE VARIOS AUTORES

DISCUSIÓN Y LECTURA DE TEXTOS
CLÁSICOS Y CONTEMPORÁNEOS

Con Fernando Reyes, Laura Mañón y Guillermo Vega Zaragoza

Modera: Arturo Trejo Villafuerte
Colegio de Ciencias y Humanidades-Vallejo de la UNAM

Miércoles 25 de febrero a las 17:00 hrs.

GALERÍA DE RECTORES
Palacio de Minería
Tacuba No. 5,
Centro Histórico, México, D.F.
http://feria.mineria.unam.mx/actcult_conferencias.html

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Presentación del libro
El amor en cada esquina, de varios autores

Esta antología reúne diversos cuentos en los que, en palabras de Juan Hernández Luna, su prologuista, el lector se topa con escritores rudos, que hablan de relaciones tortuosas y malogradas.

Presentan: Héctor Carreto y Guillermo Vega Zaragoza

Miércoles 25 de febrero, 19 horas

Palacio de Bellas Artes
Sala Adamo Boari
Av. Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas s/n,
Centro Histórico
http://www.literaturainba.com/diccionarios/cartelera_more.php?id=7217_0_7_0_M

sábado, febrero 07, 2009

Fallece Jorge Reyes, líder del grupo Chac Mool

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Fallece el etnomúsico Jorge Reyes


Autodefinido como un etnomúsico, fue uno de los artistas más reconocidos en la escena de la música contemporánea mexicana por la mezcla de sonidos autóctonos y prehispánicos con la tecnología musical avanzada de los procesadores de sonido, armonizadores y ecos.

por Jorge Caballero
La Jornada
Publicado: 07/02/2009 17:14

México, DF. La madrugada de este sábado falleció el músico Jorge Reyes de un paro cardiaco, a las 3 de la madrugada, sus restos están siendo velados en la funeraria Gayosso de la calle Sullivan.

Jorge Reyes nació en Uruapan, Michoacán. Estudió flauta transversa en la Escuela Nacional de Música de la UNAM; más tarde estudió música clásica, electrónica y jazz en Alemania y luego, en la India, aprendió música tradicional hindú y tibetana.

A su regreso fundó el grupo Chac Mool, con el cual comenzó a sintetizar el resultado de sus investigaciones musicales y viajes para formular lo que es la columna vertebral de su propuesta sonora: la mezcla de sonidos autóctonos y prehispánicos con la tecnología musical avanzada de los procesadores de sonido, armonizadores y ecos.

Autodefinido como un etnomúsico Jorge Reyes es uno de los artistas más reconocidos en la escena de la música contemporánea mexicana. Ya en sus inicios junto a Al Universo, Nuevo México y el ya citado Chac Mool, Jorge demostraba su interés por darle al rock un sentido más autóctono y entonces empezó a experimentar con instrumentos prehispánicos.

Pronto descubrió a qué quería dedicarse e inició su carrera como solista y como tal, su sentido se dirige más hacia una música espacial, atmosférica, saturada de continuidad y poca variación.

Entre los trabajos más sobresalientes están los álbumes: A la Izquierda del Colibrí (1985), Comala (1986), Ek Tunkul (1987), Viento de Navajas (1988) y la obra fundamental/angular/básica Bajo el Sol Jaguar (1991).

Ir al MySpace de Jorge Reyes.

viernes, febrero 06, 2009

TALLERES Y CURSOS EN SOGEM

TALLERES Y CURSOS EN LA ESCUELA DE ESCRITORES DE SOGEM
A PARTIR DEL 23 DE MARZO DE 2009

TALLER ACTIVO DE NOVELA

Lunes de 10 a 13 horas (10 sesiones de 3 horas c/u).
Inicio: 23 de marzo
Imparte: Guillermo Vega Zaragoza

TALLER DE CREACIÓN POÉTICA
Martes de 10 a 13 horas (10 sesiones de 3 horas c/u).
Inicio: 24 de marzo
Imparte: Alicia García Bergua

CURSO-TALLER DE DRAMATURGIA
Miércoles de 10 a 13 horas (10 sesiones de 3 horas c/u).
Inicio: 25 de marzo
Imparte: Gabriela Ynclán

CURSO DE CORRECCIÓN DE ESTILO Y PROPIEDAD IDIOMÁTICA
Miércoles de 11 a 14 horas. (10 sesiones de 3 horas c/u).
Inicio: 25 de marzo
Imparte: María Eugenia Merino

TEORÍA Y PRÁCTICA DEL CUENTO
Jueves de 10 a 13 horas. (10 sesiones de 3 horas c/u).
Inicio: 26 de marzo
Imparte: Alberto Chimal

Costo por curso: $ 3,000.00
Forma de pago: Depositar en Santander Cta. 65501158585. A nombre de: SOGEM
Inscripciones abiertas del lunes 2 de febrero al jueves 12 de marzo
De lunes a jueves de 17:00 a 21:00 horas, presentando la ficha de depósito
Grupos mínimos de diez alumnos.
Sólo en caso de no formarse el grupo se devolverá el dinero o se puede utilizar en otro curso.

Mayor información:

Eleuterio Méndez 11, Esq. Héroes del 47,
Col. Churubusco Coyoacán
(casi esq. División del Norte y a unas cuadras del Metro General Anaya)

Tels: 5688-2316/0597 y 5604-1738

Correo-e: escueladeescritores@yahoo.com.mx

lunes, febrero 02, 2009

Aceves y la Piedra Rodante

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por Rogelio Villareal


(Tomado de Milenio Semanal)

Unos días después del festival de rock de Avándaro, celebrado el 11 de septiembre de 1971, el semanario Auxilio! SOS publicó que ahí se habían reunido “150,000 jóvenes en una orgía de sexo y drogas”, y el tabloide Casos de Alarma! denunció “un infierno de vicio y degeneración” en el que hubo “drogas y perversión sexual”. “Lo peor de todo”, añadía este pasquín, “es que es pura imitación de los hippies gringos”. A decir verdad, esa noche, custodiada por el ejército, escasearon los conflictos y tan sólo una chica mostró su torso desnudo, la legendaria “encuerada de Avándaro”.