Descanse en paz la maestra Lilia Márquez
El pasado viernes 14 de de enero mi querido amigo el escritor Jesús Vicente García me informó, mediante un mensaje de texto, del fallecimiento de la maestra Lilia Márquez Balderas acaecido el día anterior. Sus restos fueron cremados en el Parque Memorial.
Quizá para muchos no represente nada el nombre de la maestra Lilia, pero sí lo fue y lo será para generaciones completas de estudiantes del Colegio de Bachilleres, donde la maestra impartió clases de Literatura desde su fundación en 1974 y durante muchos años colaboró en la Coordinación de Difusión Cultural de dicha institución, llevando cada semana sus “Encuentros con la inteligencia” a los 20 planteles del colegio.
¿Qué eran esos “Encuentros con la inteligencia”? Cosas muy sencillas, pero muy significativas: cada semana un escritor, reconocido o de trayectoria incipiente, se presentaba ante un auditorio abarrotado de inquietos y entusiastas estudiantes, con los que conversaba sobre su vida y su oficio, leía alguna muestra de su obra y respondía a las preguntas de los muchachos.
Tuve la suerte de ser invitado por la maestra Lilia a dos de esos encuentros, en los planteles de Neza y Milpa Alta, gracias a la recomendación de Jesús Vicente García, que había trabajado en el área de Comunicación Social de Bachilleres. La primera vez una camioneta llegó por mí a casa a recogerme. Junto con el chofer estaba la maestra Lilia: una mujer menudita, de sonrisa franca y ojos vivarachos, vestida con digna modestia. Muy buena conversadora, oriunda de Chignahuapan, Puebla, la maestra de inmediato y me contó varias de las anécdotas que había vivido al lograr que aceptaran ir a sus encuentros escritores como José Emilio Pacheco o Carlos Monsiváis, entre muchos otros.
Lo que más me llamó la atención fue que una labor tan loable era, sin embargo, producto del empeño y el esfuerzo individual de la maestra. Con algo de amargura, se quejaba del poco apoyo institucional con el que a veces contaba, incluso hasta para dar un diploma a los invitados, porque, hay que decirlo, no pagaban nada, todo era por puro amor al arte. Por eso mismo, la maestra se desvivía por atender a los invitados (a sabiendas de lo “delicaditos” que son algunos escritores), los presentaba con las autoridades del plantel y les entregaba un reconocimiento (a mí me tocó una figurita de vidrio).
Pero lo más importante era el contacto con los jóvenes, ávidos por conocer más acerca de los autores y de las obras, y sobre todo, el haber conocido a esa mujer excepcional, que a pesar de sus padecimientos de salud (era diabética), todas las semanas estaba lista para realizar sus “Encuentros con la inteligencia”. Lo triste, como en muchos de estos casos, es que con su lamentable ausencia física también desaparecerá ese esfuerzo que durante años mantuvo vivo: el de acercar a los jóvenes a la literatura que ella tanto amaba y veneraba.
Aquí les dejo una bella y amplia semblanza que sobre ella realizó la escritora catalana Blanca Martínez Fernández para la revista electrónica Ide@s CONCYTEG, de febrero de 2009, publicación editada por el Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Guanajuato (CONCYTEG). Está en formato PDF:
Descanse en paz la maestra Lilia Márquez Balderas. Siempre la recordaremos.
1 Comments:
Hola,
Usted no me conoce, pero me ha hecho conocer la vida de mi tia. Por azares del destino, de separaciones y causas personales nunca nos dimos la oportunidad de conocernos realmente.
Le agradezco enormemente este comentario y el lien que me llevo a conocer la vida de mi tia, su pasion por la literatura y la cultura, que un poco hemos heredado mis hermanos y yo.
Gracias nuevamente
Adriana
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