La cultura en México sigue descansando en Paz
Hoy se cumple un aniversario más del natalicio del único premio Nobel de Literatura mexicano, uno de los más grandes e influyentes poetas e intelectuales de nuestro tiempo: Octavio Paz.
A algunas personas podrán no gustarles sus posiciones politicas o sus métodos para dominar los espacios de poder cultural en nuestro pais (como bien lo documenta Armando González Torres en su libro Las guerras culturales de Octavio Paz, editado por Colibrí en 2002), pero lo que resulta innegable es su estatura como poeta.
No obstante, parece que la influencia de su poder ha trascendido su desaparición física. Hace un par de días, Brahim Zeta, amigo periodista de Puebla, contó que en el programa Movimiento Perpetuo que conduce Óscar López en Radio BUAP, el escritor Federico Vite habló sobre su novela Fisuras en el continente literario, publicada por el Fondo Editorial Tierra Adentro con el número 321 de la colección.
Uno de los protagonistas de la novela es precisamente Octavio Paz, quien en la ficción es secuestrado para escribirle una novela a un judicial (como se sabe, Paz nunca escribió narrativa). Las palabras que dice el personaje Paz ficticio en diálogos con judiciales y gente de esa ralea, están armados con palabras originales del Paz real en otras circunstancias.
La cosa es que el libro de Vite es prácticamente inencontrable. Existe en el catálogo, existe en los 50 ejemplares que le dieron al autor, existe en la coedición, que hizo la Fundación para las Letras Mexicanas para su publicación. De hecho, yo me enteré de ella a través del blog de Bernardo Ruiz. Desde entonces la he estado buscando en las librerías comerciales y de EDUCAL, pero siempre me dicen que no les ha llegado.
Pero ahora resulta que la edición de la novela está agotada. Cuando Vite preguntó la razón a Fernando Fernández, funcionario de Conaculta encargado de Tierra Adentro, éste le respondió que "alguien" había comprado toda la edición.
¿Alguien? ¿Quién? ¿Quién tendría interés en desaparecer de las librerías la novela de Federico Vite? Nadie sabe, nadie supo.
Supuestamente fue precisamente la antigua Fundación Octavio Paz la que impulsó la publicación de la novela (de la cual el autor se enteró tres meses después y por ello no pudo corregir algunas cosas). Vite dijo en la entrevista que le contaron que el crítico literario Christopher Domínguez Michael estaba muy molesto por la novela.
Si los reporteros culturales de este país verdaderamente hicieran bien su trabajo, ya estarían investigando esto. De hecho, se supone que la novela será presentada hoy en Xalapa.
Yo nunca traté a Paz, ni siquiera le pedí que me autografiara una obra suya, acaso lo llegué a ver en persona, en alguna presentación de un libro, antes de que le dieran el Nobel.
Pero sí lo vi innumerables veces en televisión (creo que es el poeta mexicano que más veces ha aparecido en la tele de nuestro país) y siempre me llamaron la atención sus ademanes, la forma en que movía los dedos para remarcar sus palabras, como si quisiera darles vuelta, tocarlas, dominarlas y hacer que dijeran lo que él verdaderamente quería decir.
Recuerdo que en alguna ocasión, el maestro José de la Colina ("maestro lo será usted", reviraba porque no le gustaba que le dijeran así) nos dijo que de lo único que él podía jactarse en la vida era de haber sido amigo ("verdadero amigo", recalcó) de dos genios: Luis Buñuel y Octavio Paz.
Pero aclaró: "Octavio era un excelente poeta, pero era muy mala persona". Y nos contó algunos episodios que lo llevaron a tan tajante juicio.
Ya más de cotorreo, le pregunté: "Oiga, ¿y es cierto que Paz era gay?".
Muy serio, me respondió: "Pues yo no sé, pero sí puedo asegurar que los besos que nos dábamos eran muy viriles". Y estalló en una carcajada.
Etiquetas: DE LA VIDITA LITERARIA
3 Comments:
Buácalas lo del beso. Un saludo al buen Vite.
una vez fue leonardo da jandra a la facu y entre pendejeada y pendejeada que nos ponía, nos dijo algo de paz que se me quedó muy grabado: que ningún trabajo artístico en el mundo se puede hacer sin amor, y paz tenía tantos detractores porque en su trabajo (y eso se reflejaba en su vida personal) nunca habló de amor, sino de pornografía.
Maestro Guillermo
( Y espero que no me conteste como José de la Colina).
Le agradezco mucho su visita y su comentario. Yo disfruto horrores su blog.
Saludos.
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