jueves, agosto 31, 2006

Nanoperiodismo, género creado en Internet por ciudadanos comunes

Por fin, los medios deben escuchar las críticas de su audiencia: el editor francés

Ofrecer al público lo que requiere, única forma de que los medios sigan con vida, advierte


POR ALFREDO VALADEZ RODRIGUEZ

La Jornada

Monterrey, NL, 30 de agosto. Los blogs -bitácoras- de Internet, dedicados a difundir todo tipo de información, realizados, retroalimentados y sostenidos por adolescentes, jóvenes, hombres, mujeres y ancianos, es decir, ciudadanos comunes, no periodistas, se han convertido en un nuevo género: el nanoperiodismo, consideró el periodista y escritor francés Jean Francois Fogel, responsable de la renovación de Le Monde y de su edición digital.

Este nuevo género puede o no cumplir los requisitos esenciales del periodismo ortodoxo, pero su existencia enriquece el ejercicio de la libre expresión y la multiplica, afirmó Fogel en entrevista con La Jornada.

"Por fin, los medios de comunicación, que tenían un insoportable monopolio de la expresión pública, ahora tienen que escuchar y soportar las críticas y la expresión de su audiencia, un nanoperiodismo, que es la multitud que le habla a la multitud, sin intermediarios", dijo.

El especialista, quien ha trabajado para la agencia France-Press, el diario Liberation, el semanario Le Point y el mensual Le Magazine Litteraire, opinó, por otra parte, que más allá de la situación financiera y económica de un medio de comunicación, está el asunto de los contenidos, ofrecer a la audiencia la información que quiere y demanda, pues esto será lo que a mediano y largo plazos le permitirá "mantenese con vida".

En los recientes tres años, Fogel se ha involucrado con la prensa latinoamericana de forma directa, como profesor de base de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, con sede en Cartagena de Indias, Colombia, cuyo presidente es el periodista y escritor ganador del Nobel de Literatura 1982, Gabriel García Márquez. El organismo ofreció en esta ciudad un seminario para analizar el impacto de las nuevas tecnologías en los medios de comunicación.

Sobre la independencia editorial en los medios de comunicación de América Latina, "frente a los intentos coercitivos de la publicidad política y comercial que intenta subyugar a la palabra crítica", Jean Francois Fogel dijo a La Jornada que "los periodistas siempre tienden a culpar a fuerzas externas, pero yo creo que mejorar la calidad de la prensa en América Latina es una tarea que corresponde a ellos mismos, y pueden hacer mucho más, aunque haya incidentes".

Sobre lo que deberían hacer los medios de comunicación independientes para sobrevivir ante los grandes corporativos de comunicación, que buscan homogeneizar contenidos, "dar línea" al resto de los medios, Fogel expuso:

"Me parece que es una visión muy atrasada en relación con la evolución tecnológica. Lo que pasa es que ahora es muy barato, sobre todo en Internet, con las tecnologías digitales, ser editor y ofrecer contenidos a la audiencia. A sí que me parece que hoy en día la posibilidad de expresarse es mucho más accesible, y la idea de que las corporaciones pueden aplastar o limitar la libertad de expresión de los periodistas es mucho menos vigente que hace unos años".

Respecto a la creciente tendencia a intercalar noticiosamente asuntos políticos con espectáculos, la economía y la nota roja, en una mezcla que pareciera buscar confundir cosas socialmente importantes de las que no lo son, el editor francés consideró que "la manera moderna de acercarse a la noticia, es decir, la actitud de los jóvenes que van navegando en Internet o que utilizan teléfono celular, o que miran la televisión pasando de una cadena a otra con el control remoto, es algo que de manera natural mezcla contenidos de importancia y orientación diversos, por lo que creo que es la evolución natural del comportamiento de la audiencia, y se pueden hacer muchas cosas".

En 2005, en una entrevista publicada en la edición digital del diario colombiano El Tiempo, Fogel aceptó que Le Monde debió transformarse, mejorar en todos sus aspectos para superar "una crisis de credibilidad, que han conocido muchos diarios de calidad en los países industrializados.

"Es la crisis del modelo económico, por el auge de nuevos medios que reducen la utilidad de los escritos. Y finalmente, es una crisis que tiene algo que ver con el cuarto poder (la prensa). El público pregunta dónde están las leyes que permiten castigar a un periodista malo. Existe castigo para jueces y diputados, pero no para la prensa, que a veces tiene mucho más poder. Todo eso se mezcla y, quizás, Le Monde ha pagado más por ser líder", sostuvo.

Para salvar dicha crisis, el diario francés intenta cada día "recuperar los lectores que va perdiendo. Y si los lectores opinan que el periódico no tiene la calidad que espera, son ellos los que tienen la razón; no los periodistas". Una de las fórmulas que propuso Fogel, y que Le Monde puso en operación, fue montar "varios soportes en su edición digital de Internet para hablar de manera continua a una audiencia fragmentada. Es el modelo 24-7, informaciones 24 horas al día y siete días a la semana".

Sobre la constante batalla por marcar una sana división entre los intereses económicos de los dueños de los medios de comunicación y la libertad de expresión de los periodistas para mantener a salvo su información, sin cortapisas ni censura, Fogel señaló que, "por una parte, las empresas periodísticas son como otras, tienen que sacar un superávit al final del año si quieren mantenerse vivas, y hacer las inversiones que permitan mantenerse con vida".

Sin embargo -acotó-, "la audiencia es un ente que tiene todo el poder de buscar lo que le interesa, por lo que es difícil para las empresas de comunicación imponer a la audiencia algo que no le atrae.

"Y en este doble juego de 'yo tengo que mantenerme con vida y yo quiero conseguir lo que busco', se producen encuentros que a veces son durables, en el caso de viejos medios, aunque otras relaciones son más explosivas en medios muy creativos que tienen una vida muy corta. Pero eso representa la historia de la prensa, así que me parece que, a largo plazo, para un negocio no hay manera de prescindir de lo que quiere la audiencia. Y a largo plazo es ésta la que permite mantener con vida un medio de comunicación", finalizó.