miércoles, agosto 02, 2006

Crisis de la conversación

por David Huerta
El Universal
Miércoles 02 de agosto de 2006
http://www.eluniversal.com.mx/columnas/59535.html

Intercambiar opiniones ya no es lo mismo.

Más que la novela, más que la poesía rimada, más que las artesanías populares o el uso de la guayabera; más todavía, ¡imagínense!, que la política misma. (Iba a poner la frase "el arte de la conversación" en la primera oración de esta columna, pero me detuve a tiempo: la conversación es más que un arte, la considero más bien como una civilización diminuta y fugaz.)

¿De dónde viene esta crisis y cómo se produjo? ¿Qué consecuencias puede tener para nosotros? La crisis comenzó a desplegarse la noche del domingo 2 de julio. Pocas cosas le convienen menos a la conversación que el tema único: si pasamos los días hablando con nuestros semejantes de lo mismo, difícilmente podemos llamar "conversación" a ese intercambio.

La conversación es variedad, y uno de sus mejores momentos es aquel en el que los conversadores descubren que se han estado "yendo por las ramas". Las ramas de los árboles se encuentran a diferentes alturas y tienen diversos rasgos físicos: más o menos fronda, espesura o falta de follaje, flores o no, delgadez o grosores relativos; así son las ramas de una buena conversación: diversidad, multiplicidad de formas y pluralidad de contenidos. Por ella discurren o se desplazan los conversadores.

Ahora no, entre nosotros. Un solo tema: las elecciones, y todo lo que ha sucedido desde entonces. Posiciones que apenas se tocan y, cuando se tocan, sacan chispas. Lo más grave: muchas palabras y poca o nula escucha. ¿No es un ingrediente fundamental de cualquier conversación que quienes hablan sean capaces también de escucharse? No está sucediendo eso ahora, entre nosotros.

No, nada más no se escucha sino que las acusaciones menudean: "¡Por ti, por gente como tú y como tu candidato, estamos como estamos!". Es un espectáculo deplorable, tristísimo.

Más triste y desesperante será uno de los posibles "escenarios", como se dice ahora, de esta situación rayana en lo intolerable: la salida de la violencia, pues nada más afectará a quienes menos pueden defenderse.

No en balde quise describir a la conversación, entre paréntesis, como una pequeña civilización que se extingue a la vuelta de unos momentos. La suma de las conversaciones produce una civilización mayor. Ahora, entre nosotros, vamos hacia atrás: nos estamos des-civilizando, si así puede decirse. Es una lástima.

Volvamos a conversar sin olvidar los temas de bulto: la pobreza, la desigualdad, la injusticia, la inseguridad. Son más que asuntos, desde luego: son los grandes problemas. Es posible que ahora mismo nos acerquemos a un punto incandescente en donde no nada más la conversación sino la convivencia misma se ponga en crisis. En ese momento habremos renunciado a la política., o bien nos veremos en la necesidad de reinventarla de punta a cabo, como el arma de la razón que tanta falta nos está haciendo en estas semanas de desazón, de preocupación y de angustia.

*Escritor

4 Comments:

Blogger Yo said...

Por fin algo civilizado... qué gusto

5:43 p.m.  
Blogger Lu said...

Y eso pasa hasta en los blogs.

11:11 p.m.  
Blogger Claudia Salcedo said...

por eso yo opino que hay que hablar de porque perdieron las chivas, buuu

1:07 p.m.  
Blogger nephyla said...

marioab.blogspot.com

1:07 a.m.  

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