viernes, julio 23, 2010

¿Unión gremial de los escritores? Permíteme reírme

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Entrevista a Guillermo Vega Zaragoza


Por Brenda Navarro

Mayo 19, 2010/(Tomado de Lagunas Mentales.
Aparecido originalmente en el fanzine cultural 3d2)


Poeta, cuentista, narrador, sicalíptico y maestro de jóvenes generaciones, es lo que podría definir a Guillermo Vega Zaragoza, escritor mexicano que se ha vuelto parte fundamental de la formación literaria en México.

Basta con poner su nombre en algún buscador de internet para constatar la vasta información que hay de él. Podemos encontrar poemas y cuentos, así como, videos y redes sociales en las que participa de forma activa, para con ello, mantener el contacto con todos aquellos que le siguen diariamente. Especialmente, por la huella que deja en sus alumnos y alumnas de la disciplina en Creación Literaria, que imparte en diversas instituciones del país.

Guillermo Vega es un escritor de la vida cotidiana, y se alimenta de ella. “Se escribe literatura porque se busca expresar algo bellamente y penetrar a través del lenguaje en el misterio de la existencia, del alma humana”. Expresa, con la seguridad de que, es escritor porque “No sabe hacer otra, cosa, porque uno se ha cerrado los caminos para ser otra cosa”.

Vega Zaragoza es partidario de la democracia de los medios de comunicación, aplaude y practica la diversidad de formas para dar a conocer las creaciones literarias. En este sentido, encuentra a la literatura mexicana "en un proceso de redefinición. Los viejos escritores, que mantuvieron toda una cuasi dictadura sobre lo que era correcto o incorrecto escribir, afortunadamente ya están colgando los tenis, y ahora hay una gran oleada de jóvenes escritores, nacidos en las tres últimas décadas del siglo pasado, que están explorando sus propias formas y temas de creación y expresión, sin el lastre de figuras totémicas. Está bien leer y valorar en su justa medida a Paz, a Rulfo y a Fuentes, pero su tiempo ya fue. Los jóvenes están en la búsqueda de su propia voz, más amplia, menos provinciana, aunque sí detecto una cosa: una perniciosa falta de rigor para enfrentarse al texto. Como ahora resulta tan fácil publicar, por aquello de los blogs y las editoriales digitales, se olvidan de revisar y pulir el lenguaje, de la precisión que requiere la belleza literaria. Pero fuera de eso, me parecen muy vigorosas e interesantes las propuestas de los escritores actuales en todos los géneros".

Ante el cuestionamiento sobre una posible auto-sustentabilidad del escritor en un país como el nuestro, responde:

"En México no. Nunca lo ha sido, aunque sí conozco varios escritores, además de algunos consagrados, que son amigos míos y viven de lo que ganan escribiendo libros, no haciendo periodismo ni dando clases. Eso no quiere decir que todos puedan, pero sí que es posible. El problema es que en México no existe realmente un verdadero sistema literario, por así decirlo, en el que el escritor se dedique a escribir, el agente literario a vender lo que el escritor escribe, el editor a editar el libro y el librero a venderlo. Aquí el escritor tiene que hacer todo por sí mismo si quiere que lo conozcan: escribir, promoverse, editarse y vender sus libros. Sin embargo, es posible vivir de cosas aledañas a la escritura: clases y talleres, corrección y edición, el periodismo, el guionismo, la redacción de discursos para políticos, el matrimonio, el esclavismo sexual, etcétera".

Entonces, ¿Para ser escritor hay que seguir buscando los apoyos y las becas, antes que pensar en vender libros? Vega opina que es necesario pensar en ambas opciones, “pero en un país donde las ventas de libros no dan para vivir, las becas se vuelven necesarias, y para muchos indispensables, para subsistir.” Sin embargo, redondea la idea señalando que “la venta de libros no es garantía de calidad literaria. No necesariamente lo mejor es lo que más vende. En ese caso, Carlos Cuauhtémoc Sánchez sería el mejor escritor del país. Se escribe porque se quiere escribir y porque no se sabe o no se quiere hacer otra cosa. En todo caso, diría que la misión del escritor es escribir lo mejor que pueda lo que quiera escribir. Si es una obra maestra, ya es otro patín, que no lo decide él, sino la posteridad.”

En este contexto, al preguntarle si cree que, la idea de que existen más escritores que lectores sea cierto, responde tajante: “No, pero a veces parece que sí, sobre todo en el caso de la poesía. Incluso, hay poetas que parece que no se leen ni a sí mismos, porque entonces no publicarían cosas tan malas.”

Guillermo Vega, autor de libros de poesía como el de Preñar el silencio y Espejo infinito (Mención Honorífica en el Premio Nacional de Poesía Marco Antonio Montes de Oca 2001), así como de diversos cuentos entre los que podemos mencionar "Ariadna en el laberinto", "Asunto de Familia", "La culpa", "De Fornicare Angelorum", etcétera, ha apoyado a la formación de diversas generaciones jóvenes de escritores y escritoras; sabe y predica la difícil tarea de ser escritor, especialmente por la constancia y el hambre de conocimientos que se debe de tener por vocación y constancia, y reconoce además, que existe la urgencia de cimentar una literatura mexicana contemporánea, de escritores que hablen de nuestro país. “México tiene necesidad de ser contado” por lo que le pregunto finalmente, si debemos de buscar el fomento de un gremio literario, donde se discutan estos temas, Vega responde:

"¿Unión gremial de los escritores? Permíteme reírme. Te lo voy resumir parafraseando un aforismo de Woody Allen: “Los escritores son como la mafia: sólo se matan entre ellos”. Se agrupan los intelectuales, pero no los escritores. No es lo mismo ser intelectual que ser escritor, aunque se puede ser ambos. Pero el escritor es, por definición, un ser solitario, individualista, cuyo principal objetivo es escribir una obra perdurable. Si lo hace y además le queda tiempo para andar en la grilla, pues qué bien".