sábado, marzo 13, 2010

Alicia


(Pongo el trailer con doblaje porque el original en inglés
tiene restriccion para ponerlo en otros sitios)



Para Sandy, que también es Alicia


El artista (iba a escribir "el verdadero artista", pero si no es verdadero no es artista) es un creador y recreador de mitos. En la actualidad ya son pocos los artistas que crean un mito nuevo, más bien se dedican a recrear los existentes, y con ello los actualizan y los hacen accesibles a las personas de su tiempo y del porvenir. Es el caso de Tim Burton, creador y recreador él mismo de múltiples mitos cinematográficos. Desde Beetlejuice, pasando por Edward Scissorhands y The Big Fish hasta ahora, con su más reciente recreación de Alicia en el país de las maravillas.

A Burton no le interesaba tomar al pie de la letra los libros clásicos de Lewis Carroll sino ver qué de nuevo podría decirnos ese mundo fantástico inventado por la mente del diácono y matemático inglés que respondía al nombre de Charles Dodgson. Al llevar a la pantalla el guión de Linda Woolverton, Burton se encargó de darle sustancia al personaje, de dotarlo de humanidad, de motivaciones, de conflictos plenamente actuales y por lo mismo imperecederos. Porque, en efecto, se trata de ni más ni menos que de la misma historia que se ha contado desde hace millones de años: el sendero del héroe (en este caso, de una heroína).

La depredadora cultura dominante (el capitalismo salvaje conocido como globalización) se ha encargado de hacernos olvidar que somos nuestros propios héroes, que cada quien debe encontrar su propio camino sin importar lo que digan los demás: los padres, las instituciones, la iglesia, los medios, la escuela o los poderes establecidos. Y también nos hace olvidar que ese camino es interno, que tiene muy poco que ver con las posesiones materiales o la belleza física, que es un trabajo de instrospección que muy pocos emprenden en su vida (es más, hay personas que ni siquiera se enteran de que lo tienen que emprender), lo que las hace presa fácil de los muchos espejismos que nos acechan: el materialismo, la obsesión por la apariencia física, la obsesión por el trabajo, por el poder, por el sexo o por lo que sea, y que al no poderlos cumplir los hace caer en la depresión, la drogadición, el alcoholismo, la violencia e incluso la locura.

La Alicia de Burton tiene 19 años y está próxima a comprometerse en matrimonio con un desangelado noble inglés con problemas digestivos. De repente se le aparece el Conejo Blanco, lo persigue hasta su madriguera y cae de nuevo al mundo subterráneo que visitó cuando tenía cinco o seis años. Ella no recuerda mucho, pero sus antiguos amigos la han traído para que los libere del yugo de la cabezona y malvada Reina Roja. La gran mayoría de los personajes están ahí: el Sombrerero Loco, la Oruga, la Liebre, los gemelos Twiddle, la Reina Blanca y... el Jabberwocky.

Alicia ha olvidado los sueños o pesadillas de su infancia y tiene que recordarlos y recuperarlos para madurar, reencontrarse consigo misma y encontrar su lugar en el mundo real. En ese viaje interno, su mejor arma es la imaginación. Cuando ella se entera de que tiene que matar al Jabberwocky, dice: "Es imposible". Y el Sombrerero le responde: "Sólo si tú lo crees". En efecto, ella se ha imaginado las cosas más descabelladas y se han hecho realidad en su imaginación. El monstruo (como todos los monstruos personales que cargamos los seres humanos) es imaginario, por lo tanto lo puede vencer con la imaginación.

La película también es congruente con el mundo imaginario de Tim Burtos, cuyos personajes principales son casi siempre outsiders, "raros" que no encuentran su lugar en el mundo, desde fantasmas enloquecidos hasta cineastas de culto, como él mismo seguramente se ha sentido siempre y como se ha de sentir aún, a pesar del éxito, el matrimonio y la paternidad, como todas las personas con un poco de sensibilidad nos hemos llegado a sentir, como muchos niños, adolescentes, hombre y mujeres mujeres se sienten, nos sentimos, ahora mismo.

La humanidad, ahora más que nunca, está ávida de encontrar sentido a su existencia en un mundo hipertecnologizado y sobreinformado, donde todo parece cambiar y moverse mucho antes de poder ser siquiera apreciado, asimilado y comprendido. Por eso es de agradecer que existan todavía verdaderos artistas como Tim Burton, que se mantienen fieles a su propio universo creativo, a sus obsesiones, las exploran y nos comunican sus hallazgos a través de la belleza del arte, y nos dan la oportunidad de recordar que el verdadero héroe de nuestra vida está dentro de nosotros.

1 Comments:

Blogger LABERINTO ALADO said...

Gracias por este comentario justo que rescata, como el prof. De la Mora y Arrigo Coen nos enseñaban, que la crítica no es nada más ver lo malo sino encontrar, también, lo bueno de las cosas. Me parece que hacerlo es, también, un evidente sígno de humanidad; quiero decir, de aceptación de la no perfección. Un abrazo.

Angélica Santa Olaya.

1:50 p.m.  

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