miércoles, septiembre 30, 2009

Miedo a Carmen, de Gabriela Bustos Vadillo (selección)

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Durante mi reciente visita a Ciudad del Carmen tuve la suerte de conocer a Gabriela Vadillo (o Bustos Vadillo, parece que tiene algunos problemas de identidad, jeje).

Llegó al taller de novela sin estar inscrita. Dijo que iba de oyente y que "si le interesaba, se quedaba". Al parecer le interesó, pues se quedó a todas las clases, y no sólo a eso, sino que era la que más cuestionaba mis choremas y me ponía en predicamentos de los que gozaba provocar.

Luego supe que era la directora editorial de la revista En tierra de todos y que era poeta. Una poeta muy buena. Me regaló su libro Miedo a Carmen (Ediciones Manigua/FECA/CONACULTA), que escribió entre 2002 y 2004, cuando tenía 22 ó 23 años. Lo leí con avidez mientras esperaba subir al avión. Y lo seguido releyendo, redescubriéndolo desde entonces. Hacía mucho que la poesía de alguien no me impresionaba ni me afectaba tanto. Yo mismo hubiera querido tener esa voz a esa edad (es más, quisiera tener algo parecido a su voz poética ahora mismo).

Ahora reproduzco fragmentos de su libro. La poesía de Gabriela es directa, sin ambigüedades, descarnada, tremendamente cabrona. Podría parecer que uno de sus objetivos es escandalizar al personal (épater les bourgeoisie), pero en realidad se trata de una voz poética que viene del asombro, del encabronamiento, de la ternura, amistad y erotismo, de la incertidumbre, del deseo y del presentimiento de la muerte, de ser mujer (u hombre, vale madres, a todos les va igual con ella) en una ciudad como Carmen ("el sobaco del mundo", le dicen) donde hay todo y hay nada, donde la condición insular (que en realidad es la condición humana: todos somos islas, en realidad) nos enfrenta al inescapable destino de vivir. Ni modo, no hay de otra. Y te chingas, parece decirnos Gabriela.

En la poesía de Gabriela no hay lugar para el conformismo ni para la palabra "bonita" o "exquisita" sino una perenne insatisfacción, una combustión interna que la lanza hacia afuera, hacia algún lado, y sin embargo ella ha decidido quedarse ahí y consumirse completa, pero no sola, sino convidándonos de su poesía, de su palabra "emputecidamente encabronada" (casi la estoy citando).

Bueno, pues eso. (Y los dejo con ella, antes de que me volteé un madrazo).


SIN SALIDA

Me trajeron llorando. Mi madre no preguntó si lo
deseaba. En el camino mantuve lucha constante con los
mosquitos. Negué dormir en hamaca, bañarme a
cubetazos en casa de la abuela. No les permití me
alimentaran con mojarra, cazón, tortuga, pejelagarto.
Freír esas bestias era cosa de asesinos. Ni pozol ni
agua hervida. Odié a los borrachos, a las gordas
mujeres morenas que ignoran valen algo. Luché por no
contagiarme de su acento local. El mar café no merecía
mi traje de baño ocean pacific. A ver, ahora ¡sáquenme
del sur si pueden!

IDENTIDAD

Ese que anda con rumbo impuesto
a quien veo añorar sin poder hacer nada y la costumbre le mata
le es difícil olvidar estatutos no justificables
mientras viaja comiéndose la carretera
como si eso fuera la digestión de su pasado
Ese briago de las noches dispuesto a fraguar su propio suicidio
que despierta en cualquier cama temblando de miedo por el abandono
Ese no soy yo
Soy ella

NO TE SALVAS

Tuve novios, amantes, compañeros de viaje, amigos,
desconocidos. Declaraciones cursis, serias, ebrias.
Todo de maravilla. Recordé que el amor existe, la
muerte y la bohemia. Me detengo en el concepto como
piernas paralíticas, como barcos encallados en los
charcos callejeros. Mal me va. Si en otra vida descubro
al hijueputa parrandero mujeriego que inventó el amor,
de una buena madriza no se salva.

ARS ECONÓMICA

No tengo obligación de preguntar a nadie su parecer.
Estoy donde quiero con quien quiero. Cuando me lleva
el carajo es completamente mi culpa, pocas veces me
arrepiento. Mis vicios ya no están en boga, son cos-
tumbres. Mi madre es un amor superado, la admiro.
Con su ex cónyuge no logro ponerme de acuerdo pero
también lo quiero. Me place la realidad escrita en los
libros, esa es mi verdad. Llanto dolor risa cosas cursis
con las que aún vivo las acojo y despojo sin pensar en
comprorrusos.

Es decir, mi vida me pertenece en su totalidad, pese a
quien le pesen mis actos.

¿Cómo? Sencillo, me compré la libertad. Puedo pagar
mi existencia. En estos tiempos ser lo que se quiere
depende del dinero.

METONIMIA

Quieres que te cuente cómo tu cuerpo se volvió un
dedo. Sucede cuando deseo suspirar, cuando deseo
asumir el trozo de vida que me corresponde. Escuchar
tus pasos agitados en cualquier música. Disfrutar el
vicioso recuerdo de lo inevitable, darle al cuerpo un
regalo suculento. Que la almeja babee a su antojo.
Traer a la memoria un verdadero palenque entre las
piernas. Cuando sólo yo en mi cama, las sombras se
vuelven espectadores de un dedo que sustituye tu
cuerpo.


POR CUALQUIER COSA

Deseo llevarme todo. Las libretas que coleccionan mi
pasado, algunos libros, una vela. Mis calzones de
algodón para sentirme cómoda. Una botella de vodka,
un cartón de cervezas ocupa mucho espacio. Recuerdos
para continuar los poemas. Una falda corta para mostrar
las piernas. Los lentes para ver mi soledad. Por si
me toca el infortunio de comprobar si hay vida después
de la muerte.

BELLAS DE NOCHE

Sé de la lucha constante por no deformar sus rostros y
denotar asco. Fingir es el único placer. No pretenden
convertirse en damas de sociedad, muchas ni siquiera
ambicionan elegancia. El por qué es más sencillo, dinero
fácil. El constante trueque de la vida les parece práctico.
No se trata de perder valores, por el contrario, es
primordial, quinientos, mil, dos mil pesos. Con sus cortas
noches, sus pomposas nubes, los tacones van y vienen.
No hay tanta tragedia créanme.
A las putas les da igual.

SIN PREÁMBULO

No tengo ánimos de sentamos bajo la luz artificial de la
ciudad nocturna para conocer tu percepción del mundo.
Ni ocupar un poco mi infinito tiempo, escaso en
acciones, para descifrar símbolos de nuestro encuentro.
Impregnar la memoria con frases astilladas por
miles de lenguas. Sucumbir con la brillantez de unos
chintos ojos, en parla carmelita, vulgares e incipientes.
Tomamos de la mano para dar a conocer nuestras
posesiones. Fingir frío, tristeza, embriaguez para
aceptar. Propongo sólo un rápido y mutuo acuerdo.
Cojamos.

RECADO

-Disculpe. Hágame un favor. Si ve llegar a una señora
corpulenta como las de Botero, con el color de las
mujeres pintadas en el renacimiento. Seguro vendrá
vestida con un cotón que se robó de la selva de Gauguin,
donde deja ver un trasero en proporción a su grandeza
pero bien parado. La sonrisa delatará las pocas muelas
restantes que se olvidan al encontrar una boca-hermosa-
carnosa. El cabello bifurcado al día atraerá su atención,
todo el rostro en conjunto parece toronja. Notará al
instante una persona feliz. El tono de su voz evoca una
niña en un campo donde la tragedia se vuelve canción y
es fácil bailarla. Sus ojos plato de barro se van a dirigir a
usted. Iniciará la plática contándole su descontento por
el clima, el proceder de las personas al manejar, la
tardanza de los trámites en el país. Después preguntará
por mí. Dígale que no pude esperarla más. Es mi madre.


NOCAUT

Después de que un hombre te diga eres la más grandísima
puta, corre lo más rápido posible.
Si te obliga a ser decente a callarte cuando tienes objeción.
Si no tienes un orgasmo por su egoísmo, sólo
abres las piernas cuando él te lo pida con violentas pero
muy católicas formas.
Cuando menstruar es cosa del diablo, asqueroso. Si no
te permite emborracharte a la par, corresponder a las
infidelidades.
Corre tan lejos como puedas. Sí después del putazo que
le propines te alcanza, te mata.

DE ALLÁ PARA ACÁ

Allá no nos quieren. Acá nuestros políticos, artistas,
la gente cree fielmente que nos hacen trampa. No nos
dejan progresar. Allá piensan que somos una isla
borracha, marrana, sin planeación y es cierto. Acá creemos
que su linda capital nos oprime por envidia si
nosotros mantenemos al país, acá está el petróleo
¿no? Ustedes sólo piensan en la capital, juran su
malecón es más hermoso, la ciudad más limpiada. Cierto
sector se reparte premios, trabajo. Ustedes casi
yucas, nosotros casi tabasqueños. La isla no juega en
sus planes por las diferencias entre panes y
dinosaurios. Dejémonos de boludeces, es un hecho,
la isla tiene mejor encanto.


REPRESIÓN

Señoras ¿no se dan cuenta? Propician el machismo,
hipocresía, la infelicidad de algunas, la ceguera de
nuestra generación. Señoras ¿cómo es posible que
siendo mujeres también juzguen la libertad sexual de
otras fulanas? ¿Por qué puta, callejera, de cascos
ligeros? ¿Por tener cinco, veinte, tres hombres al
mismo tiempo, más joven más viejo? El sexo no hace
mal a nadie ni en exceso. No desestabiliza al país
económicamente, no crea guerras, por el contrario,
nos mantiene de buen humor. Señoras, si cerraran su
hociquito gozarían de los mismos beneficios, aunque
dudo muy a escondidas no lo hagan. No sigan fregando
a esta sociedad de por sí enferma, así no vamos a
mejorar. Señoras ¡dejen de hablar y pónganse a coger!


SIN PUTA DUDA

Emputecidamente observo las nalgas de los hombres,
su machismo. En mi puta conciencia ya olvidé cuántos
cargo. Cuánto es mucho o poco. En esta putísima
vida no hay opción. Debo acoplarme al mundo, entender
sus reputas caricias, rascarme con mis rameras
mañas. El puto azul príncipe no existe. Es putamente
convenenciero el rol feminista. Quién paga, cede. Es
débil, finge. Entonces mi lugar, putañeras ideas,
postura y formas no deben ser estáticas. Prostituidas
de acuerdo a las necesidades. Con la misma putería no
acepto mis errores en el reflejo de nadie. En ocasiones
llevo la pendejez a flor de piel. Hasta la madre
salgo del bar en busca de hamacas de dudosa reputación.
Quién quiere soportarme.
Tan putas Andrea y yo no podemos con cualquiera.


CUALQUIER DOMINGO ABRO LAS
PIERNAS

No logro traerte a la memoria ¿Cómo eres? Presumo
tienes manos y espantosas nalgas. La gordura de tus
piernas ¿me incomodó? A mí los hombres me gustan
morenos ¿quebraste las reglas? En tus ojos pienso
que descansé al menos siete segundos. Tu voz ¿de qué
hablabas? Ah sí, coooño. En algún momento callaste,
fue después de que.
No fumas, casi segura. Había una cama, era tu casa,
completamente sobria ¿Quién asistió? ¿Nico o
Andrea? Aprendí tu apodo no tu nombre. La almeja
cada vez que respira te recuerda pero no sabe hablar.
Cualquier domingo me enamoro, abro las piernas y al
lunes siguiente no logro traerte a la memoria.


DIRECCIÓN

No al centro ni al norte
Es en el sur muy cerca del mar
Frente a un expendio de cervezas justo donde doblan
las saudades antes de llegar al suicidio
Tres cuadras delante del sobaco del diablo donde
hay un charco de petróleo
Un letrero dice camaron 40 kilo
Cruzas la calle y encontrarás el número 7
Ahí vivo
En un cuerpo color cósta

2 Comments:

Blogger L. O. T. said...

Guau. Gracias por compartir.

1:18 a.m.  
Blogger extransiedad said...

ayer conocí Miedo a Carmen, gracias a la hermosa Lila que tuvo el atino de quitarme las telañaras con poesía, y vaya que poesía…chido Memo porque compartes, sin saber que eso que compartes le mueva a otr@s tant@s… como a mi, que me hizo recordar mi fuerza. Chido!

Dora

10:50 a.m.  

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