El silencio de los medios
Asimetrías
01-08-2006
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I
Durante varios años -de 1858 a 1861- el liberal Benito Juárez presidió un gobierno itinerante, opuesto a la usurpación emblematizada en el conservador Félix Zuloaga.
Sin embargo, pocos mexicanos sabían de ese episodio. Los periódicos de la época -los difusores para las masas de entonces- ignoraron deliberadamente ese hecho.
Y, como secuela, pensábase que el gobierno constituido era el de Zuloaga. A los lugares donde llegaba Juárez con su gobierno en triste periplo, la prensa local no daba cuenta.
Así, existía un comportamiento de silencio en torno al quehacer político -presidencial y gubernamental- de Juárez. Se consideraba peligroso difundir sus actividades.
De hecho, el silencio servía a los intereses de la usurpación representada por Zuloaga, títere de la plutocracia de entonces, dueña de los periódicos.
Así, en Guadalajara o en Veracruz, por citar sólo un par de instancias, la ciudadanía se enteraba de la presencia de Juárez porque se corría la voz, aunque sin mucha eficacia.
Veían a Juárez caminar por la ciudad portuaria de Veracruz, siempre a la hora de la comida, rumbo a un mesón modesto, el de La Gallega, en el actual barrio de La Huaca.
II
La leyenda consigna que Juárez iba al mesón en compañía, generalmente, de uno o dos de sus ministros. Una vez hizo ir con él a Melchor Ocampo y el embajador estadunidense Maclane.
Los lugareños saludaban cortésmente a Juárez y su séquito, pero muchos no sabían que era el Presidente de la República ni que su gobierno se había asentado en Veracruz.
Tampoco sabían los lugareños que Juárez era perseguido por Zuloaga y el general conservador Miramón. Tampoco sabían que el gobernador de Veracruz, Gutiérrez Zamora le apoyaba.
Estas reminiscencias de la historia vienen a cuento porque 146 años después, hoy, obsérvase un hecho símil: silencio de los medios difusores acerca de la actual movilización social.
La manifestación de ayer -más de dos millones de personas- realizada en la capital del país fue, a nuestro ver, la mayor habida en el decurso de la historia de México.
La afirmación anterior es una objetivamente discernida, pues este escribidor, en 55 años de ejercicio reporteril ha observado incontables movilizaciones de masas.
Y la del domingo fue impresionante. El zócalo se saturó. Y se atestaron las avenidas y calles, plazas y jardines adyacentes, en un diámetro de varios kilómetros.
III
La densidad de la multitud hizo imposible penetrarla para quienes arribaban tardíamente y llegar al zócalo mismo. No se podía avanzar por las avenidas y calles convergentes.
Fue, pues, un hecho insólito, por extraordinario -poco común-, cuya fehacencia y su significado no escapan a la percepción, por muy obtusa que fuese, de la plutocracia.
En la manifestación este escribidor identificó a decenas de colegas -reporteros e incluso comentaristas- de la prensa extranjera y mexicana. El mundo supo de este hecho.
Pero no los mexicanos que no participaron en la manifestación. La radio, la televisión y los periódicos -hubo excepciones- se abstuvieron de informar de ello.
O en el mejor de los casos, matizaron esa noticia, aunque en el peor la manipularon y distorsionaron, dándole un cariz amarillista y en no pocos casos un sesgo alarmista.
Aplicaron, pues, en la premisa esencial de la noticia, que posee esa cualidad sólo si es difundida. Noticia es difusión de un acontecimiento actual. Si no se difunde no es noticia.
El acontecimiento -la gran movilización social- ocurrió. Y aunque ello es conocido por millones de personas, para los medios difusores plutócratas no hubo tal acontecimiento.
El fenómeno ha existido aviesa y tenazmente durante los sexenios de la dictadura perfecta y persiste, con igual raigambre, en el sexenio de la transición a la democracia.
ffernandezp@prodigy.net.mx
Glosario:
Periplo: viaje o recorrido, por lo común con regreso al punto de partida.
Plutocracia: preponderancia de los ricos en el gobierno del Estado.
Raigambre: conjunto de antecedentes, intereses, hábitos o afectos que hacen firme y estable algo o que ligan a alguien a
un sitio.
1 Comments:
No era necesaria esa comparación un poco extravagante entre la situación actual y la del siglo XIX para darse cuenta de la inmoralidad de los medios al ignorar una manifestación tan numerosa como quizá nunca la ha habido en la capital. Por eso estallaron los inconformes: porque la clase gobernante se empeña en ignorarlos. ¿Querrá el PAN que las manifestaciones se vuelvan todavía más dramáticas?
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