ANA ES UNA PELÍCULA MUY BARATA PARA EL MUNDO, MUY CARA PARA MÉXICO
Carlos Carrera repasa su trayectoria como director de animación
ANA ES UNA PELÍCULA MUY BARATA PARA EL MUNDO, MUY CARA PARA MÉXICO
Las orillas de los cuadernos escolares fueron la primera pantalla en la que Carlos Carrera inició su pasión por la animación, misma que lo llevó a ganar la Palma de Oro en Cannes con el emblemático corto El héroe. Ahora trabaja en Ana, un ambicioso largo animado en 3D
Por Guillermo Vega Zaragoza
(Aparecido en TOMA. Revista Mexicana de Cine, núm. 10)
El cine de animación fue su primer amor, se formó de manera autodidacta y nunca trabajó en un estudio de animación “porque lo hubieran echado a perder”. El laureado director Carlos Carrera (Ciudad de México, 1962) se encuentra en plena realización de su primer largometraje de animación en 3-D, que lleva por título simplemente Ana. Se dice que será la película más cara que se haya hecho en la historia del cine mexicano, con un costo cercano a los 10 millones de dólares, aunque el propio director afirma que, aunque es cara para México, es baratísima en comparación con lo que se hace en otras partes del mundo y, sobre todo, por la calidad que se está logrando. En ese sentido, apunta el también director de “El héroe” —Palma de Oro al mejor cortometraje en el Festival de Cannes en 1994—, “es baratísima, un regalo”, sobre todo porque espera que con ella se establezca un nuevo estándar de calidad en México para las películas de animación.
Realizador, además, de La mujer de Benjamín (México, 1991) —película con la que se considera que inició la etapa del Nuevo Cine Mexicano— me recibe en las instalaciones de Lo Coloco Films, en la colonia Roma de la capital del país, estudios de animación creados ex profeso para la producción de Ana.
La primera escena terminada de Ana se presentó en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Quienes ya la vieron, como los directores Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón, se manifestaron impresionados y que no se había visto antes algo con esa calidad hecho en México. En abril se podrá ver este fragmento en la página web de los estudios (http://www.locolocofilms.com) y en mayo será proyectada en el mercado del Festival de Cannes.
Sentados ante una computadora —en la que el director mostró diversas fases del proceso de producción de la cinta en computadora, así como la escena terminada— y con los miembros de su equipo trabajando arduamente en la realización del largometraje que se espera que quede terminado en 2012, el menudo director nos cuenta la historia de su amor por el cine animado.
Empezaste a hacer animación a los 12 años. ¿Qué hacías entonces, qué te gustaba?
—Creo que fue la influencia de las películas y la televisión. Siempre tuve facilidad para expresarme a través de dibujitos. De manera autodidacta, a través de libros, empecé a entender cómo era la técnica de la animación. Hacía dibujitos en las orillas de los cuadernos. Me prestaron una cámara de Súper 8 y luego me compré la mía y con eso empecé a hacer mis primeros ejercicios de animación filmada en distintas técnicas: dibujos, plastilina, stop-motion.
¿Entraste a la escuela de cine para poder hacer animación?
—Sí, mi idea era dedicarme a hacer cine de animación, pero después me encontré con el cine de ficción y ya me fui por ahí, por el destino y la facilidad de producción en los momentos en los que estuve. Pero, paralelamente a mis ejercicios de ficción, en la escuela de cine desarrollé varios cortometrajes de animación.
Cuando estudiaste en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y manifestaste que querías hacer cine de animación, ¿qué te decían, como recibieron tu propuesta?
—La aceptaron. De hecho, sirvió para que me admitieran en el CCC el que ya tuviera algunos cortometrajes animados. Hubo mucho apoyo, aunque no sabían mucho de la animación, no había profesores ni el equipo necesario, pero en los orígenes del CCC ya había antecedentes. Existía un stand para filmar al que le adapté mi cámara de 16 mm. Me dieron el espacio y allí trabajé durante varios meses. Se me apoyó con lo poquito que tenía la escuela. Había profesores que decían que hacer animación era una cosa complejísima, imposible de hacer en México. Pero otros me dieron el apoyo y las facilidades.
¿Cuál fue tu primer corto de animación?
—Hice mi primer corto de animación en formato profesional —porque hice muchos ejercicios en Súper 8— cuando estudiaba Comunicación en la Universidad Iberoamericana en 1984; se llamaba El hijo pródigo. Ya en la escuela de cine hice tres cortos más: Malayerba nunca muerde, Amada y Un muy cortometraje, los cuales terminé en 1988. Los fui haciendo en paralelo a mis otros ejercicios normales de la escuela de cine. Me gradué en el CCC con estos tres trabajos de animación y mi documental (Un vestidito blanco como la leche Nido). Luego hice La mujer de Benjamin (1990), que fue mi primer largometraje de ficción, en el programa de óperas primas del CCC. Hice otros tres cortos de animación para una empresa japonesa, Sakura Motion Pictures, y Mexfam. Eran cortos didácticos sobre educación sexual. Luego hice “El héroe” y más adelante otro corto de animación, llamado De raíz (2004).
¿Cómo surge la idea de hacer El héroe?
—Curiosamente surge como un proyecto de ficción, no de animación. No creo en la división tajante entre géneros, se pueden contar las mismas cosas y aprovechar las características particulares de una u otra forma de hacer cine. El guión de El héroe lo hice para un ejercicio de plano-secuencia en segundo año del CCC. Hacerlo en ficción hubiera sido muy complicado. Lo guardé y decidí aprovechar lo que se podía hacer en animación, aunque era una historia que pudo haber sido contada en ficción, pero al hacerlo en animación le da un rasgo expresionista que ayuda a contar el estado de ánimo de la historia. Hice La mujer de Benjamín y luego La vida conyugal. Después de eso, el IMCINE empezó a producir cortometrajes, cuando Pablo Baksht fue el director de producción de cortometraje. Yo tenía mi guión y lo terminó produciendo integralmente el IMCINE. Lo hicimos en los Estudios Visiographics de Mario Noviello.
¿Cuántas personas participaron en la realización de “El héroe”?
— El equipo total éramos diez o quince. Hice el diseño y la mayor parte de la animación, y retoqué las micas para darle ese acabado de luces y sombras que tiene. Fue un año de trabajo. Le fue muy bien, ganó la Palma de Oro en Cannes. Eso sirvió para que se apoyaran más trabajos de animación, como los de Guillermo Rendón y Jorge Villalobos, de René Castillo, y empezaron a producirse trabajos de animación con más regularidad.
¿Nunca trabajaste en un estudio de animación?
—En varios momentos de necesidad pedí chamba en algunos estudios de animación que se dedicaban a la publicidad. Y no me dieron trabajo, dijeron que me iban a echar a perder (risas).
¿Cómo surge el proyecto de Ana?
—Estaba trabajando otro guión de animación, luego de haber hecho el corto De raíz, y en Morelia se juntaron Lourdes Villagómez y Pablo Baksht, que habían sido productores de El Héroe; les entró la nostalgia por hacer de nuevo animación, pero ahora en largometraje, porque era un terreno apenas explorado en el cine mexicano y los resultados de las películas mexicanas hasta el momento no estaban a la altura de la mejor animación del mundo. Pablo se puso a buscar una historia, que resultó ser Ana, a partir de un guión de René Castillo. Luego Pablo le encomendó a Daniel Emil que lo revisara, pero en lugar de eso hizo un guión nuevo, pero se quedó sin que nadie lo realizara. Pablo me lo ofreció, yo seguí trabajando con mi otro proyecto de animación, pero ya había un guión con el cual se podía trabajar. Pablo empezó a conseguir el financiamiento y en el camino encontramos a un equipo con conocimientos suficientes y las ganas de hacer un proyecto de animación en 3-D utilizando las técnicas más actualizadas. Pero nos enfrentamos con el problema de que no había estudio donde hacer la película y finalmente armamos un estudio para conseguir lo que queríamos.
Se dice que va a ser la película más cara de la historia del cine mexicano.
—No es tan cara, es como Arráncame la vida (Roberto Sneider, 2008) y El traspatio/Backyard, (Carrera, 2009) juntas: una muy cara y otra más o menos cara. Va a ser un poquito más cara que algunas otras que se han hecho. Es una película muy barata para el mundo, pero muy cara en México, porque la animación que se ha hecho en México ha sido de muy bajo presupuesto y lo que queremos hacer cuesta más, pero comparado con lo que cuesta esta película en el resto del mundo en cuanto a la calidad que estamos alcanzando, es baratísima, es un regalo; por eso somos muy optimistas y creemos que vamos a conseguir la parte del financiamiento que nos falta.
¿Esperas que con tu película despunte la animación mexicana?
—Creo que sí, que a partir de Ana vamos a tener un estándar de calidad al nivel de lo que se está haciendo en otras partes del mundo, tanto técnica como estéticamente, y eso va a servir para que se eleve el nivel de calidad de la animación mexicana.
¿Qué opinas de las películas de animación que se han hecho recientemente, como Una película de huevos (Gabriel y Rodolfo Riva Palacio, 2006) y La leyenda de la Nahuala (Ricardo Arnaiz, 2007)?
—Son esfuerzos muy loables que han conseguido cosas, unas más que otras. Están bien narradas; técnicamente, para lo que son, están muy bien hechas, pero se quedan en el mercado nacional, no son universales. La bronca de la gente que se dedica a la animación es que normalmente tiene una formación plástica más que narrativa; entonces, a veces las películas tienen problemas narrativos. Pero, con todo, es un trabajo notable; hacer animación es una chamba durísima, una cantidad de trabajo brutal., pero cada vez se va perfeccionando la forma de hacerlas.
¿Cuántas personas participan en la producción de Ana?
—Somos 35 personas, de las cuales seis son animadores. El trabajo de una película de animación en 3-D no sólo requiere de animadores; ellos son los que mueven a los personajes, pero para llegar a ese punto primero hay que diseñar todo, construir dentro del ámbito de la computadora esos personajes y ambientes, deben tener un mecanismo para poderse mover. Eso lo hace todo el equipo: los diseñadores, los modeladores, los que ponen los esqueletos para que se muevan y luego los animadores. Es un trabajo por capas, donde en cada etapa se va guardando la información, y al final se ilumina y se texturiza.
¿Cuáles son tus influencias en la animación, qué es lo que te gusta? ¿Te gusta Tim Burton?
—Desde luego, me gusta la animación más conocida de Estados Unidos. Pero cuando era adolescente vi en los cineclubes mucha animación que se hacía en los países del Este, y que me marcaron. Me gustan mucho el checo Jan Svankmajer (1934) y los hermanos Timothy y Stephen Quay (1947), de Estados Unidos. También me han influido fotógrafos y pintores, sobre todo expresionistas. Del cine comercial, en efecto, me gusta mucho lo que hace Tim Burton (1958).
¿Qué te gusta más: ficción o animación?
—Me gustan las dos, pero me desespera el proceso de la animación, que es muy largo y tedioso. Por ejemplo, para un segmento de tres minutos y medio nos tardamos cinco meses. Empezamos la película en marzo de 2009 y la terminaremos en 2012.
¿Qué les recomendarías a los jóvenes que quieren hacer cine de animación?
—Que practiquen por su cuenta, que hagan animación, que estudien, aunque hay pocas escuelas en México que se dediquen al género, pero en Internet hay clases y tutoriales, porque si no, luego se van a encontrar con que tienen unas lagunotas técnicas; que hagan, que exploren, que propongan. Afortunadamente la tecnología es más accesible que antes, ya no se necesita tanto para hacer algo de buena calidad.
Guillermo Vega Zaragoza. Escritor, periodista y profesor. Es redactor y corrector en la Revista de la Universidad de México y colaborador de La Jornada Semanal.
1 Comments:
Óyeme tú:
¿Qué vives en la era de piedra? ¿No hay nungún medio de comunicación por el que se te pueda ubicar en tiempo real? Tengo ganas de platicar contigo pinche Memo!!!! A ver si aswomas la cabeza por el messenger o por el skype aunque sea para saludarte cabrón!!!! De veras, ojalá platiquemos pronto!!!! te mando un abrazotototote!!!!
=)! Lu
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