Tierra prometida
Éxodo, 14:16
Extasiado,
te miro dormir
como debió ver
Moisés que las aguas se abrían ante los suyos
para llegar a la tierra prometida,
blanca e infinita,
como la piel de tu espalda
dividida en dos mundos paralelos
que mi boca se apresta a conquistar.
Bebo de ti la leche de la madre
con la avidez de un condenado.
Quisiera ser tu madre,
concebirte y tenerte dentro de mí,
para nacerte al fin
y volverme tu hijo,
que me devores
para volver a tu interior,
para que me nazcas de nuevo
y nacer y morir
y volver a nacer entre tus muslos.
Podría mirarte respirar otros veinte o dos mil años
tan sólo para saber que existes,
que no eres producto de la fiebre o el delirio,
que estás aquí, en este lugar de los desvelos
y que te admiro como el impuntual cometa que eres,
que siempre has sido.
Pero has regresado al fin
y no quiero dejarte ir
sin quedarme otra vez
con un pedazo de tu luz.
Tu cuerpo desnudo,
prístino e interminable,
es lo más cerca que estaré del cielo en esta vida.
1 Comments:
Algo traes Vega... se te nota. Llámale instinto femenino.
A lo tuyo llámale fortuna. Ya lo nombraste Tierra Prometida.
Pero se te nota.
Te quiero. Me alegro muchísimo. Tenemos que vernos.
Te mando un besototote.
Atte: Luci o la malvada mal vedo Malvido.
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