sábado, abril 12, 2008

Las tres causas (perdidas) de la generación de los setenta

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Éste es HY.
Graben en su mente, mis emo-amigos de la G-70,
la mirada torva de este personaje, para que,
cuando se lo topen en la calle, mejor se cambien de acera.
No tiene respeto por nada ni por nadie. He's mean, very very mean.


por Heriberto Yépez

Tomado del suplemento Laberinto de Milenio Diario

11-Abril-08


La generación de los setenta inexiste. Si la misión de cada generación es ser agente de cambio, ¿por qué ésta no podría lograrlo?

1 De la cultura de elite heredó la pirámide. Aspira habitar un edificio preexistente. Publicar en sitios fundados por plumas pretéritas. Todo lo que quieren es Ser Beneficiados. Sólo critican cuando no reciben dones. No recordando que escribir es regalarlos.

Pirámide es pavor. Temor colonial que cree que sólo hay poder para pocos (¡ganar bautizo o encomienda de los patrones!). Creyendo que la Literatura Nacional es Mi Minoría, la G-70 es geriátrica. Sus miembros se sienten felizotes de ser los Lustrabotas Ilustrados.

O presas contentas del derecho de pernada. Antes de que la pirámide decaiga.

Escribir es separarse de lo ya dado. No buscar pertenecer a los grupos formados a mediados de siglo XX. Desaprender todos los esquemas heredados. No una “ruptura” con los estilos. Una ruptura con las estructuras.

2 Obedece al núcleo de la cultura popular: el relajo. Ya que las ideas cristomodernas y, luego, la contracultura hecha en los cincuenta y principios de los sesenta, fallaron, desde los setenta impera el credo incrédulo.

¡Padecen los vicios de todo Decepcionado!

No hay idea en la que se crea. Y ese escepticismo es la clima cínico y cobarde de esta Generación Granuja, que al ignorar que es producto histórico se cree Generación Espontánea.

Entre los programas de telecomedia y sus obras literarias ¡no hay diferencia axiológica alguna! Fe y fervor desaparecieron. ¡Tienen miedo a ser “dogmáticos”! Es decir: tienen terror de saber algo. ¿Comprometerse? ¡Va! Sólo están comprometidos con quejarse o sacar la lengua.

Solución: elegir entre suicidarse o existir. Y existir es poseer certezas. Que sirven como principios de acción directa.

Toda verdad es una guerra. Pero la inercia de esta época es la guerra fría (el impasse que aparece cuando los Dos Amos no se enfrentan). Matar la tibieza. Inventar motivos y símbolos para otra vez dar batalla. Todo hombre verdadero es guerrero.

3 Repetir (como si fuese un slogan original) el peor rasgo de la cultura global: yo soy mi soledad. Sus candidatos de mil modos distintos alegan que están “aislados”. ¡Cómo no estarlo si se construyen exclusivamente en relación con la literatura! Sus aristas no son ni bios ni polis sino ¡bibiografías!

Están deprimidos, pues se esconden en sus cuartos. Que lo confiesen: ¡son emos!

Leer-vivir es darse cuenta de que la escritura destruye al yo solitario. Escribir es multiplicarse. Si se sienten solos es que no están escribiendo realmente.

Pero no nos engañemos: ¡la G-70 no está sola! Los que nacieron en los sesenta, ochenta y noventa son su síntoma y secuela.

Estas generaciones son el cuarteto de pirujas que mantienen a esta época proxeneta.

heribertoyepez@gmail.com


1 Comments:

Blogger Manuel Dávila Galindo Olivares said...

No sé si valga la pena seguir considerando a Yepez para cualquier cosa... Tijuana le jodió el cerebro.

1:16 a.m.  

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