Penumbra
Por Guillermo Vega Zaragoza
La noche es clara en su penumbra,
como nunca antes,
como siempre.
Los sonidos no la invaden.
Nada la perturba sino el silencio.
Desde los recovecos del insomnio
aparece la niebla.
Quién sabe de dónde
vienen las palabras
que la van poblando,
que adquieren poco a poco
la forma de tu cuerpo acercándose
liviano, delgado,
casi transparente.
Nada es mío.
Y sin embargo
sé que soy el rey del mundo,
casi Dios,
porque tú vienes hacia mí.
Y entonces entramos en la caverna.
Y yo te miro y tú miras las sombras.
Y no pasa nada sino el tiempo.
Ahí está tu cuerpo,
intocado.
Y tus labios y tus senos,
intocados
Y tus caderas y tus piernas,
intocadas.
Nada las perturba.
Será que no se saben tan deseadas.
Y yo regreso
y me lamento
por no tenerte,
por saber que no te soy necesario,
que no lleno nada,
que tu vacío no me necesita.
Y la noche sigue tan clara en su penumbra.
3 Comments:
¿Ya notaste que el muchacho (el mini tú) que canta del lado derecho de tu blog se parece peligrosamente a un video que tengo de mi cumpleaños? Gran poema, Maestro, te mando un abrazo
Naaaaaaahhhh! ¿A poco tienes video? Una de dos: o me lo mandas o lo subes a youtube.
En una de esas los Doors sobrevivientes me descubren y me invitan a que sustituya a Morrison, jajajaja
Gracias, preciosa, y muchos besos.
G.
Claro que lo tengo, invitame una cuba y te lo doy!!!!
Besos
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