miércoles, julio 30, 2008

El poeta en la mañana

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Aura en 2007 blogueando desde el hospital

Me acabo de enterar que falleció la tarde de ayer el gran poeta Alejandro Aura.

La noticia me ha puesto muy triste.

No sólo porque es una pérdida terrible para su hermana, mi querida maestra y amiga María Elena Aura, secretaria académica de la Escuela de Escritores de SOGEM, sino por lo que nos revela acerca de la injusta lucha entre la vida y la enfermedad.

Porque a pesar del doloroso padecimiento Alejandro supo hallar siempre, hasta el último momento de su vida, en la literatura y sobre todo en la poesía, una forma de enfrentar a la muerte, de no perder contacto con el mundo, con sus seres queridos, con sus lectores que admiramos y admiraremos su lenguaje limpio y prístino, a la vez bello y directo, porque eso sí, la belleza no se anda con florituras, dice directamente lo que tiene que decir, y Alejandro era así: franco y directo.

Alejandro Aura mantenía un blog desde hace un par de años. Encontró allí el vehículo para comunicarse con el mundo. Entusiasmado, escribía con disciplina casi diariamente, ya fueran sus reflexiones cotidianas, sus relatos sobre la terapia del día, trascripciones de poemas ya publicados y muchos poemas nuevos, escritos apenas el día anterior.

Incluso ayer, en el hospital, escribió su último post "Aviso":

"Querido todos, nos tuvimos que encerrar en el hospital. No teníamos internet y se me perdió por completo el orden del pasar del tiempo. Por fin Milagros lo conectó. Mañana les contamos cómo anda la cosa".

Pero no contaba con que la muerte, esa perra traicionera, lo sorprendería cobardemente y ya no lo dejó.

Milagros, su compañera, posteó hoy nuevamente el poema de Alejandro titulado "Despedida", que pueden leer aquí.

Pero yo quiero postear en homenaje a Alejandro la que bien podría definirse como su "bienvenida": algunos poemas incluidos en aquel librito colectivo publicado en 1967 por Siglo XXI, Poesía Joven de México, que fue el primero que yo leí de él, y que me volvió seguidor incondicional de su obra y de sus andares por el teatro y la televisión.

Y sólo se me ocurre parafrasearlo, con la misma ternura:

"Pinche poeta Alejandro,

te queremos"


Cinco veces la flor

por Alejandro Aura

UNA:

No tengo amor.
Vivo este lunes frío para nadie.
En mi corazón hubo fortalezas y banderas;
hoy, que se le busque un brote,
una siquiera banderita verde.
Que alguien se la busque.

DOS:

Alto a la destrucción.
Un momento.
Propongo un pacto general:
que se cultiven flores,
no jardines.

TRES:

Alguien dejó una flor de papel sobre mi mesa,
es linda y morada y verde, gracias.
Esperé una flor toda la vida,
y hoy, martes raspado de melancolía,
no sé de dónde, me ha llegado.
Pinche florecita de papel,
te quiero.

CUATRO:

De las horas más muertas que tenía
tú me sacaste al mundo
y me pusiste a cantar.

CINCO:
No tú dijiste nada
sino tu pelo y tus uñas y tus besos.

Por eso, pequeñita,
platito de arroz,
mientras mi corazón estaba seco
me levanté contento
a quererte con los pies y con las manos,
me levanté otra vez sonando mis tambores.

Dirás que no
pero hoy me levanté a quererte
y a que tú me quieras.