domingo, marzo 02, 2008

Literatura y alcoholismo

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por Heriberto Yépez

Suplemento Laberinto de Milenio Diario/ 1-Marzo-08

Es tabú discutir el cordón umbilical entre escritura y alcoholismo. Pero escribir desobedece. Comencemos.

El escritor nace debido a que formas y contenidos han permanecido ocultos en su vida, familia y cultura, y ahora sobrepujan por emerger. Esas fuerzas tomarán control. Todo escritor es una crisis.

El escritor se agrava. Enfrentará las convenciones que lo rodean sin poder vencerlas, porque están dentro de él. Escribir será una contradicción viva. Boxeo vs uno mismo. Escribir es su propio enemigo. Y la lucha no avanza mucho: escribir angustia.

Bachelard supo que en literatura toda idea se convierte en superyó, esto es, en autoexigencia puntiaguda, regla dura. A pocos lo acosan más los fantasmas del Deber que al escritor.

Psique parturienta, tensa. E ingresa el alcohol como paliativo.

Tomar hace favores. Libera las emociones atrapadas. (Por eso se alega que ayuda, facilita el flujo.) Relaja la tensión (te hace sentir más seguro). En todo caso, ¡quien se emborracha siempre es el superyó!

La estructura paterna internalizada, el amo dentro, es a quien embriagamos.

Por eso los borrachos son tan enfadosos. Son el superyó derritiéndose.

El borracho es dos. El verdugo gritando. Y el enano liberado.

El superyó es el ideal inalcanzable, el Gran Yo Posible. El Perfecto. Todos Mis Mandamientos.

Tomas el primer trago, las cosas mejoran. El alcohol relaja. Distrae al Superyó y, una de dos, o se inflama grandilocuentemente (fanfarronea y se vuelve gracioso, suelta toda su mierda) o en su distracción etílica, el yo habla sin su vigilancia. (¡Bebiendo me siento más auténtico, más libre!) Beber ama.

Escribir es patriarca. Beber aminora la ley severa: acerca al ser-hembra.

Grof memora que entre más conservadora sea una cultura, el creador renovador más se angustia. Por eso entre más canónica, normalizada, una tradición literaria, más escritores alcoholizándose.

Medicina que cura y destruye. El gran secreto del alcohol es que primero te sumerge en aguas maternales, calmantes, excitantes, emotivas, y luego se transforma en un gran charco de madre dragón, que hundirá al escritor, intoxicándolo de fuerza femenina excesiva.

Beber es quedar atrapado en la madre. A ella hemos acudido porque nos falta energía femenina, yin sedante, oceánico, inundante. El machismo del que venimos todos los escritores nos hace seres rígidos, acartonados, recluidos, sin la extroversión necesaria a la escritura. Emborracharse permite salir, volverte explosivo, abierto, herido, menstruante, bailarín, flexible, todo lo contrario del estado tieso al que conduce el patriarcado.

Pero la madre del alcohol pronto se vengará. La piscina bienhechora, facilitadora de la palabra, terminará por convertirse en un pantano de limo perturbado, en que el yo se disolverá, tragado por las aguas.

2 Comments:

Blogger Viviendo Sobrio said...

Hola me llamo Paco y soy alcohólico
Visite tu pagina y me gusto su contenido
Te invito a visitar la mía si te interesa
Hacer aportaciones, críticas o comentarios
Gracias
HTTP://viviendo-sobrio.blogspot.com

También dime si no te importaría que pusiera un enlace de tu página en la mía
Y tu pones un enlace de la mía en la tuya
El tema es q cuanto más unidos en todos los aspectos estemos mas fuerza tendremos
Para luchar contra esta enfermedad y ayudar a los que todavía la padecen o que necesitan apoyo

Gracias de nuevo

12:53 a.m.  
Blogger Guillermo Vega Zaragoza said...

Hola Paco:

Claro que sí, dalo por hecho.

Muchas gracias por leerme.

Un abrazo y mucha suerte.

Guillermo Vega Z.

6:54 a.m.  

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