Regreso al pasado

Como bien lo señala Ciro Gómez Leyva en su artículo de hoy en Milenio Diario (http://www.milenio.com/mexico/milenio/firma.asp?id=107907), muchos de los que fuimos al Zócalo el pasado sábado, tuvimos una sensación de dejá-vu, como dicen los franceses, de haber visto o vivido ya esa misma experiencia. Y aunque también muchos de los que ahí estaba, a lo mejor ni habían nacido, o eran apenas niños de teta, en el 88 padecimos el fraude electoral, nada más que ahora hubo un pequeño intercambio de papeles, sobre todo en la clase política, aunque los que estuvimos abajo del escenario siempre hemos sido los mismos, es decir, el pueblo.

Véase si no: en el 88, el agraviado fue Cuauhtémoc Cárdenas; hoy, aceptó un cargo en el gobierno que hizo el reciente fraude. Ayer, Manuel Camacho Solís se encargó de negociar para legitimar la presidencia de Carlos Salinas; ahora, Camacho reclama para que no se consume una presidencia ilegítima; ayer, el PRI en el poder se alió con el PAN para sacar adelante los proyectos de Salinas y desaparecer las evidencias del fraude; hoy, el PAN en el poder utilizó a los priístas para movilizar sus recursos en los estados en favor del candidato blanquiazul.

Y nosotros, somos los mismos que apoyamos al Frente Democrático Nacional, que atestiguamos perplejos la “prudencia” de CCS, quien en lugar de llamar a la resistencia civil contra un gobierno espurio, llamó a la institucionalización del movimiento mediante un partido del que se apropió y que, una vez que se lo arrebataron, terminó pactando con los mismos que siempre lo combatieron: los priístas y los panistas.

Y nosotros, somos los mismos que ahora asistimos a Zócalo, muchos jóvenes, muchos viejitos, muchas amas de casa, muchos trabajadores, muchas personas, muchos ciudadanos, que creímos en la limpieza de unas elecciones ejemplares (que sí, han sido ejemplares, pero ejemplares de suciedad y marrullería), ahora estamos dispuestos a defender la legalidad pisoteada por aquellos a los que únicamente les interesa el poder para enriquecerse y no para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de este país, que no se merecen tanta estulticia ni tanta mentira.

(Por eso mismo, es una vergüenza que “periodistas” como Román Revueltas, hijo de José Revueltas, el escritor comunista que vivió persecuciones y penurias de la cárcel por sus ideas políticas, ahora defienda desde las páginas del periódico a esos mismos que persiguieron a su padre (Véase: http://www.milenio.com/mexico/milenio/firma.asp?id=107916). Uno puede entender que le quede grande y le pese demasiado la figura y el ejemplo del gran autor de “Los días terrenales” y que quiera desmarcarse de él a como dé lugar (sería una delicia para Freud con eso de la necesidad de “matar al padre”), pero el tal Román lo único que demuestra es que la decencia y la inteligencia, a diferencia de los apellidos, no se heredan).

Desde hace mucho tenemos la certeza de que “los de arriba” (simplificación de AMLO que muchos le critican, pero que ha sido muy efectiva, porque todos sabemos quienes son), es decir, la clase política en contubernio con los grandes empresarios privilegiados por esa misma clase política, se la tienen cantada: de ninguna manera van a permitir que AMLO llegue a la presidencia. Evidencias sobran: los videoescándalos, el desafuero, la guerra sucia mediática. Pero ahora menos que nunca, cejarán en su empeño, sobre todo que la tienen tan cerca. Es más: preferirán que se anule la elección si es que el TRIFE hace su trabajo y atiende la multitud de impugnaciones que ya se han presentado.

No por nada han echado a andar la especie de que el posible candidato interino sea el mismísimo Cuauhtémoc Cárdenas. De otra forma, no se explica que el gobierno de Fox lo haya revivido, luego de que se aisló por sus diferencias con AMLO y el PRD. No es descabellado y sí muy pausible. ¿Quién osaría oponerse a que “el símbolo de la democracia” fuera ungido como presidente, aún como interino? ¿Alguien se atrevería a siquiera cuestionar que él, el agraviado mayor, avalara unas elecciones fraudulentas como las que le aplicaron en el 88? No, pues muy pocos. Este tundeteclas, entre ellos.

Porque a las personas hay que juzgarlas por sus hechos y por su historia. Cuauhtémoc Cárdenas fue un símbolo, pero nunca ha sido un luchador social, ni siquiera un gran gobernante, o un buen gobernante a secas. Su paso por la gubernatura de Michoacán (a la que llegó por los arreglos priístas predominantes de entonces) ni cuando fue jefe de gobierno del DF (siempre que le preguntaban algo, contestaba: “No sé, no tengo la información”). Claro que no lo sabía, porque nunca le interesó hacer algo en el DF sino que le sirvió como trampolín para su tercera candidatura.

Hasta ahora entendemos que CCS no debió ser candidato de la izquierda en el 2000. Quizá debió ser Porfirio Muñoz Ledo, mucho más talentoso políticamente que Cárdenas, pero con un problema muy grave: su inteligencia. A muchas personas muy inteligentes, esta cualidad los lleva a la soberbia y a acarrearse muchos enemigos, incluso gratuitos.

Pero Cárdenas, que tenía tomado el PRD entonces, se impuso y logró ser candidato de nuevo. Ahora le critican a AMLO que es muy autoritario y que no oye razones, pero CCS fue incluso peor. Su grisura política le impidió convertirse siquiera en un adversario temible de Vicente Fox.

El sábado AMLO dijo ante más de 400 mil personas que estuvimos en el Zócalo una obviedad: que Fox es un traidor de la democracia, que llegó al poder gracias a ella y que ahora la traiciona para querer imponer a un pelele, aún más pelele que él, porque llegaría sin la legitimidad que sí tuvo Fox, pero que dilapidó más pronto que tarde.

También se difundió públicamente lo que ya muchos intuíamos: el contubernio de los gobernadores priístas (incluso, se sospecha con evidencia, de algunos perredistas), coordinados por Elba Esther Gordillo, para apoyar a Calderón y vengarse de Madrazo, incluso a costa de provocar la virtual desaparición del PRI. Todo lo cual demuestra que el PRI salió de Los Pinos, pero no dejó de tener poder. Aquí también tenemos una regresión aún más grave: Plutarco Elías Calles fundó el PNR, antecedente del PRI, para acabar con las querellas y divisiones provocadas por los gobernadores, la mayoría de ellos generales revolucionarios que se sentían con derecho de ser también presidentes. Calles estableció las reglas ( y que Lázaro Cárdenas refinó) que dominaron en el PRI hasta el 2000. Al perder la presidencia de la República, el PRI perdió la brújula y los gobernadores se convirtieron en los factores reales de poder, a pesar del gangsteril secuestro de la estructura del partido por parte de Roberto Madrazo.

No obstante, la estructura del partido es nada sin el apoyo del poder real de los gobernadores y presidentes municipales del PRI, que son los que definieron verdaderamente la elección… a favor del PAN Parece que muchos olvidaron que las elecciones en México se siguen ganando las dos semanas previas a la elección, mediante la compra descarada de votos y la utilización de los programas sociales para lo mismo. Los priístas lo instituyeron y los panistas aprendieron rápidamente, pero de todos modos necesitaron de “la pequeña ayuda de sus amigos”, arreados por la bífida Gordillo.

Además del asunto de lograr que el TRIFE limpie la elección (incluso declarándola nula, que podría ser un escenario probable, de ahí que FECAL no haya echado las campanas al vuelo y siga negociando y ofreciendo chamba a todo mundo), AMLO tendrá en su momento que hacer corte de caja y pasar al pizarrón a los operadores que le quedaron mal y le hicieron cuenta alegres que estuvieron muy lejos de cumplir. Uno de ellos, seguramente, será Manuel Camacho Solís, que era el encargado de las redes en el norte del país, donde el PAN se sirvió con la cuchara grande, sin ningún recato. Otra será Socorro Díaz, que se encargó de las redes en occidente, y que salió con la misma batea de babas. (Para el caso, consúltese el artículo en la revista Proceso: http://www.proceso.com.mx/noticia.html?nid=42162&cat=0)

Ahora lo que queda esperar es que, después de que se haga corte de caja y rueden algunas cabezas, el PRD sepa capitalizar este triunfo histórico para la izquierda mexicana, que nunca en sus historia había logrado sumar tantos votos y tener tantos representantes en el Congreso, al grado de convertirse en la segunda fuerza política del país. Desde luego, no hay que hacer cuentas alegres, pues el PAN se convirtió en la primera (¿O sería más correcto decir que “el PRIAN se convirtió, ahora sí, en la primera”?)

Por lo pronto, a contrarrestar la campaña mediática para minimizar la movilizaciónn social en defensa de la democracia y la limpieza de las elecciones.

Nos vemos el domingo a las 11 am en el Museo de Antropología. Esta marcha tiene que dejar chiquita a la del desafuero. Debe dejarle muy en claro a los pinches PRIANistas que no nos vamos a dejar y que nos vamos a convertir en su peor pesadilla si se atreven a consumar el fraude.