lunes, agosto 15, 2005

Literatura: Escritura y prostitución

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"¿Qué? ¿De a cuánto los versos libres, mi poeta erótica?"

por Rafael Gumucio

A ningún escritor le gustan las malas críticas. Yo he probado de ese amargo cáliz y puedo dar fe de que nada se compara con la sensación de desnudez, de orfandad, de rabia e impotencia que provoca ver a un tipo destruir en pocos párrafos tus años de trabajo. Lo que poca gente sabe es que las buenas críticas, y aun las más delirantemente favorables, producen la misma sensación de frío, vértigo y soledad. La única diferencia es que tienes que reprimirla para no pasar por malagradecido ni por amargado o resentido.

Y de pronto, la alegría con que parientes y amigos te tratan cuando te critican con compasión, te hace ver que tu novela, tu poema, tu ensayo, tus líneas —tuyas y sólo tuyas—, son ya propiedad de otros. Para explicar este fenómeno, recurriré a una metáfora vulgar, pero singularmente efectiva: el escritor, a la hora de la crítica, se siente íntimamente prostituido.

El escritor es una prostituta, un profesional del placer que entrega su intimidad más recóndita a un cliente (el crítico o el lector), quien se puede dar el lujo de no gozar, de juzgarte, o de gozar sin pensar en ti. Y si se te ocurre enamorarte o detestar a un cliente (que es lo que le sucede a los escritores que viven dialogando con sus críticos), el cabrón te descalifica y te deja como un loco con el que no se puede contar.

Para ser un buen escritor profesional, así como para ser una buena prostituta, hay que inventarse una segunda piel para que la desnudez sea un vestido, y crear en la mente y en el cuerpo espacios privados al que ningún cliente pueda acceder. Para ser una buena prostituta, como para ser un buen escritor, hay que saber fingir muy bien, hasta perder por completo el uso de la sinceridad y muchas veces terminar enamorado del más imbécil y bestial de los hombres (de los críticos o lectores) que te frecuenten.

Se puede vivir de la prostitución y la escritura dignamente, pero eso no quita que, en lo más profundo, escritores y prostitutas comercien con la intimidad, con el secreto, con el imaginario y con la memoria, con el cuerpo e incluso a veces con el alma. Y cuando el gordo que iba pasando, el jeque árabe o el juez que quiere que lo azoten juzgan tu performance y alaban tu carne y tu esfuerzo, uno se siente sucio y solo, uno siente que ha sido relegado a la última fila del cine del mundo.

Escritura y prostitución desnudan de la manera más cruel y más íntima los mecanismos del mundo. La vida como mercancía, el fingimiento como verdad, la mentira como protección, y la desnudez que da terror. Y, finalmente, para tristeza de los buenos profesionales, tanto en la literatura como en la prostitución, sólo alcanzan la excelencia quienes viven cada encuentro y cada lectura con la intensidad del primer amor. Sólo las ninfómanas y los egocéntricos enfermos que se queman luego y se matan, o desaparecen, son añorados por la clientela.

En la literatura, como en la prostitución —o como en casi todo lo que importa—, sólo los malos profesionales llegan a la cima. Los otros sólo intentamos ser dignos y tener la libreta sanitaria al día.

(Tomado de Letras Libres, Mayo 2004)

7 Comments:

Blogger Manuel Dávila Galindo Olivares said...

De menos uno se maquilla menos

1:02 a.m.  
Blogger edilberto aldan said...

Que triste texto, que aburrido, que facilón, que metáfora tan chafa... ¿a la hora de crítica se siente uno prostituido?, pues qué poquito aguante, que ganas de escribir no para el otro sino para gustarle al otro.
Terrible final de texto "sólo los malos profesionales llegan a la cima. Los otros sólo intentamos ser dignos y tener la libreta sanitaria al día", qué carajos quiso decir... de pésimo gusto, además, me molestó el texto (y a quién le importa, ¿verdad?) porque a la visión machista del fenómeno de la prostitución agrega la visión del escritor como un vendedor de intimidades, que en nada semeja a la actividad del escritor profesional.

Saludos

12:24 p.m.  
Blogger Guillermo Vega Zaragoza said...

Oiga, no, maestro Aldán, ¿cómo que a quién le importa que no te guste? A mí me interesa.

Pues sí, es lamentable el texto, pero lo puse para que vean cómo se las gastan los de LL (y también Tryno Maldonado que también lo puso en su blog, pero con intención distinta a la mía, creo yo), digo, cada quién se considera como quiere, y si para este Gumucio escribir es como prostituirse, pues allá él.

A mí la metafora sobre el escritor que más me atrae es la de Palinuro, como la explica Cyril Connolly en La tumba sin sosiego (¿Ya lo leíste, Edi? Si no, ya tienes regalo en Navidad). Libro altamente recomendable.

Saludos.

(Sigue pendiente lo de la novela-blog. Es necesario cartearnos para afinar lo de las bases).

4:00 p.m.  
Blogger Magda Díaz Morales said...

Me encantó este texto, Guillermo. Todp, sobre todo el final: "los malos profesionales llegan a la cima. Los otros sólo intentamos ser dignos y tener la libreta sanitaria al día".

Un beso.

4:50 p.m.  
Blogger Manuel Dávila Galindo Olivares said...

No entiendo bien el rollo de Aldán con respecto al escritor profesional, igual es como el deporte no? eres amateur mientras no te paguen por hacerlo y te vuelves profesional al recibir tus quintos... en fin

1:06 a.m.  
Blogger nacho said...

Maese Zaragoza, la prostituta no concede jamás "lo más récóndito" ni por un millón de dólares, sin embargo, es cierto que se parece al escritor en el sentido de que su oficio la lleva a inventar historias y hacer rituales de ellas. Más allá de eso, inferir peyorativamente que el escritor "vende" su producto es una falacia.
La prostituta ideal es una mujer ordinaria que crea cierto tipo de hábito en individuos ordinarios. Las prostitutas famosas lo son merced a su actividad aleatoria como agentes de inteligencia, espías, nobles desclasadas, estatuas sin órganos internos, etcétera. Por el contrario, el escritor trascendente es un individuo ordinario que frecuenta mundos extraordinarios, o bien, mundos ordinarios aderezados de prostitutas extraordinarias.

Un saludo desde la borrasca del jueves.

2:30 a.m.  
Blogger Don Gato said...

La prostituta como la de la foto está bastante rica...de a cómo no y si es con todo y el hotel...?

5:42 p.m.  

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