domingo, abril 27, 2008

El cierre de Confabulario

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Desde el viernes en la noche nos enteramos y el sábado en la mañana se corroboró: cerró el suplemento Confabulario de El Universal, que dirigía el periodista Héctor de Mauleón.

En dos notas incluidas en el último número del suplemento (una carta del propio HdM y la columna "La silla eléctrica"), se sigue la bonita tradición de no explicitar las verdaderas razones de lo acontecido.

Por eso se especula que hubo algún tipo de presión por parte de las autoridades gubernamentales para cerrar el suplemento, ya que había sido uno de los críticos acérrimos de la extraviada "política cultural" (si es que la hubiera) del panismo (ahora vivimos el calderonismo, fase superior del foxismo).

Primero con esa mártir de la intelectualidad, conocida como Sari Bermúdez, que no cejó nunca en su empeño de convertir a México en "un país de lectores", beneficiando a las editoriales extranjeras y a los hijos de su patrona, perdón, de Martuchis Sahagún; y ahora con don Sergio Vela, él sí un verdadero intelectual, cuya misión casi apostólica es convertir a los mexicanos en los espectadores más cultos del mundo, montando todas las óperas de Wagner (Vela tiene la convicción de que México es la verdadera patria del autor de El anillo del nibelungo).

Confabulario se la pasó una semana sí y la siguente también tirándole durísimo a los dislates de Sari y Vela, así que parece quealguien se quejó con el director del periódico (hijo del dueño) y prefirieron cortar por lo sano.

El cierre de un espacio cultural siempre será una pérdida, no sólo para los que nos dedicamos a escribir, sino sobre todo para los lectores, para quienes se les limitan cada vez más las opciones de información y conocimiento.

Es una pérdida lamentable incluso si uno está o no de acuerdo con la forma en que se llevan las susodichas publicaciones. Por ejemplo, en Confabulario siempre publicaban a los mismos, y casi siempre se escribía sobre autores "consagrados" o muertos, otorgando muy poco espacio a los nuevos escritores o a las nuevas manifestaciones artísticas.

Una lástima, en verdad.

UPDATE (Mayo 1, 2008): En entrevista con Javiér Solórzano, con la simpatía y claridad de ideas que lo caracterizan, HdM da a entender que el cierre del suplemento se debió a criterios meramente comerciales (nadie quería anunciarse, pues) y de pasito le tira mierda al suplemento La Jornada Semanal. ¿Le creemos?

Pueden escuchar la entrevista aquí.

martes, abril 22, 2008

Las cosas han cambiado

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Por alguna razón, los videos de Bob Dylan en youtube.com ya no se pieden enlazar a otras páginas, así que hay que verlos directamente (dar click aquí), pero no quería dejar de compartir uno de sus últimos rolones (por el que finalmente le dieron un Oscar, ya que fue el tema principal de la gran película Wonder Boys, basada en la novela de Michael Chabon [leer reseña aquí del NYT]).

Things have changed
by Bob Dylan

(Tomada del sitio oficial)

A worried man with a worried mind
No one in front of me and nothing behind
There's a woman on my lap and she's drinking champagne
Got white skin, got assassin's eyes
I'm looking up into the sapphire tinted skies
I'm well dressed, waiting on the last train

Bridge #1:
Standing on the gallows with my head in a noose
Any minute now I'm expecting all hell to break loose

Chorus
People are crazy and times are strange
I'm locked in tight, I'm out of range
I used to care, but things have changed

This place ain't doing me any good
I'm in the wrong town, I should be in Hollywood
Just for a second there I thought I saw something move
Gonna take dancing lessons do the jitterbug rag
Ain't no shortcuts, gonna dress in drag
Only a fool in here would think he's got anything to prove

Bridge #2
Lot of water under the bridge, Lot of other stuff too
Don't get up gentlemen, I'm only passing through

(chorus)

I've been walking forty miles of bad road
If the bible is right, the world will explode
I've been trying to get as far away from myself as I can
Some things are too hot to touch
The human mind can only stand so much
You can't win with a losing hand

Bridge #3
Feel like falling in love with the first woman I meet
Putting her in a wheel barrow and wheeling her down the street

(chorus)

I hurt easy, I just don't show it
You can hurt someone and not even know it
The next sixty seconds could be like an eternity
Gonna get low down, gonna fly high
All the truth in the world adds up to one big lie
I'm in love with a woman who don't even appeal to me

Bridge #4
Mr. Jinx and Miss Lucy, they jumped in the lake
I'm not that eager to make a mistake

(chorus)

martes, abril 15, 2008

Hacerle la lucha



Ella me regaló un cassette con sus canciones favoritas. Hacía miles de años que no oía uno y muchos más de que alguien me regalara una reliquia así. Me hizo recordar High Fidelity, con John Cusack y Jack Black, basada en la novela de Nick Hornby, donde dan cátedra sobre el arte de grabar cintas (como esta escena de la "cinta perfecta para el lunes en la mañana"); arte, por cierto, ya olvidado en los tiempos del iPod y la función de "random play".

Como ya no tenía tiempo para escucharlo en el estéreo de la sala, quise escucharlo camino al trabajo, así que busqué en el fondo de un cajón mi viejo Walkman. Le puse pilas nuevas. Metí la cinta. Accioné el botón de play... Nada. El radio sí funcionaba, pero el reproductor de cinta nomás nones.

Entonces le dije a mi papá, que es técnico en electrónica:

- Oye, a ver si lo puedes echar a andar. Creo que está pegado de tanto que no se ha usado.

- Voy a hacerle la lucha -me dijo.

En la noche regresé y el Walkman seguía sin funcionar.

- Le hice la lucha, pero no se pudo -dijo mi padre mientras sopeaba con enjundia su concha en el café con leche.

Más al rato, mientras escuchaba la cinta en el estéreo de la sala, pensé:

"Ése es el problema de este país: todo mundo le hace la lucha, pero nunca se puede nada".

Quise decírselo a mi papá, pero ya se había quedado dormido viendo el noticiero.

Tierra prometida

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Por Guillermo Vega Zaragoza

“Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar”.
Éxodo, 14:16

Extasiado,
te miro dormir
como debió ver
Moisés que las aguas se abrían ante los suyos
para llegar a la tierra prometida,
blanca e infinita,
como la piel de tu espalda
dividida en dos mundos paralelos
que mi boca se apresta a conquistar.

Bebo de ti la leche de la madre
con la avidez de un condenado.
Quisiera ser tu madre,
concebirte y tenerte dentro de mí,
para nacerte al fin
y volverme tu hijo,
que me devores
para volver a tu interior,
para que me nazcas de nuevo
y nacer y morir
y volver a nacer entre tus muslos.

Podría mirarte respirar otros veinte o dos mil años
tan sólo para saber que existes,
que no eres producto de la fiebre o el delirio,
que estás aquí, en este lugar de los desvelos
y que te admiro como el impuntual cometa que eres,
que siempre has sido.
Pero has regresado al fin
y no quiero dejarte ir
sin quedarme otra vez
con un pedazo de tu luz.

Tu cuerpo desnudo,
prístino e interminable,
es lo más cerca que estaré del cielo en esta vida.

lunes, abril 14, 2008

Ya no sé qué hacer conmigo



por El Cuarteto de Nos

Para todos aquellos que están algo así como que un poquito hasta la madre del mundo... jajajaja

(Feliz sugerencia de Edilberto Aldán)

domingo, abril 13, 2008

Iris



as sung by The Goo Goo Dolls

And I'd give up forever to touch you
Cause I know that you feel me somehow
You're the closest to heaven that I'll ever be
And I don't want to go home right now

And all I can taste is this moment
And all I can breathe is your life
Cause sooner or later it's over
I just don't want to miss you tonight

And I don't want the world to see me
Cause I don't think that they'd understand
When everything's made to be broken
I just want you to know who I am

And you can't fight the tears that ain't coming
Or the moment of truth in your lies
When everything seems like the movies
Yeah you bleed just to know your alive

And I don't want the world to see me
Cause I don't think that they'd understand
When everything's made to be broken
I just want you to know who I am

I don't want the world to see me
Cause I don't think that they'd understand
When everything's made to be broken
I just want you to know who I am

I just want you to know who I am
I just want you to know who I am
I just want you to know who I am
I just want you to know who I am

sábado, abril 12, 2008

Las tres causas (perdidas) de la generación de los setenta

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Éste es HY.
Graben en su mente, mis emo-amigos de la G-70,
la mirada torva de este personaje, para que,
cuando se lo topen en la calle, mejor se cambien de acera.
No tiene respeto por nada ni por nadie. He's mean, very very mean.


por Heriberto Yépez

Tomado del suplemento Laberinto de Milenio Diario

11-Abril-08


La generación de los setenta inexiste. Si la misión de cada generación es ser agente de cambio, ¿por qué ésta no podría lograrlo?

1 De la cultura de elite heredó la pirámide. Aspira habitar un edificio preexistente. Publicar en sitios fundados por plumas pretéritas. Todo lo que quieren es Ser Beneficiados. Sólo critican cuando no reciben dones. No recordando que escribir es regalarlos.

Pirámide es pavor. Temor colonial que cree que sólo hay poder para pocos (¡ganar bautizo o encomienda de los patrones!). Creyendo que la Literatura Nacional es Mi Minoría, la G-70 es geriátrica. Sus miembros se sienten felizotes de ser los Lustrabotas Ilustrados.

O presas contentas del derecho de pernada. Antes de que la pirámide decaiga.

Escribir es separarse de lo ya dado. No buscar pertenecer a los grupos formados a mediados de siglo XX. Desaprender todos los esquemas heredados. No una “ruptura” con los estilos. Una ruptura con las estructuras.

2 Obedece al núcleo de la cultura popular: el relajo. Ya que las ideas cristomodernas y, luego, la contracultura hecha en los cincuenta y principios de los sesenta, fallaron, desde los setenta impera el credo incrédulo.

¡Padecen los vicios de todo Decepcionado!

No hay idea en la que se crea. Y ese escepticismo es la clima cínico y cobarde de esta Generación Granuja, que al ignorar que es producto histórico se cree Generación Espontánea.

Entre los programas de telecomedia y sus obras literarias ¡no hay diferencia axiológica alguna! Fe y fervor desaparecieron. ¡Tienen miedo a ser “dogmáticos”! Es decir: tienen terror de saber algo. ¿Comprometerse? ¡Va! Sólo están comprometidos con quejarse o sacar la lengua.

Solución: elegir entre suicidarse o existir. Y existir es poseer certezas. Que sirven como principios de acción directa.

Toda verdad es una guerra. Pero la inercia de esta época es la guerra fría (el impasse que aparece cuando los Dos Amos no se enfrentan). Matar la tibieza. Inventar motivos y símbolos para otra vez dar batalla. Todo hombre verdadero es guerrero.

3 Repetir (como si fuese un slogan original) el peor rasgo de la cultura global: yo soy mi soledad. Sus candidatos de mil modos distintos alegan que están “aislados”. ¡Cómo no estarlo si se construyen exclusivamente en relación con la literatura! Sus aristas no son ni bios ni polis sino ¡bibiografías!

Están deprimidos, pues se esconden en sus cuartos. Que lo confiesen: ¡son emos!

Leer-vivir es darse cuenta de que la escritura destruye al yo solitario. Escribir es multiplicarse. Si se sienten solos es que no están escribiendo realmente.

Pero no nos engañemos: ¡la G-70 no está sola! Los que nacieron en los sesenta, ochenta y noventa son su síntoma y secuela.

Estas generaciones son el cuarteto de pirujas que mantienen a esta época proxeneta.

heribertoyepez@gmail.com


martes, abril 08, 2008

Walking on sunshine



as sung by Katrina and The Waves

Oh! Ohhh! Yeeeaaaah!

I used to think maybe you loved me now baby i'm sure
And i just cant wait till the day when you knock on my door
Now everytime i go for the mailbox, gotta hold myself down
Cos i just can't wait till you write me you're coming around

Im walking on sunshine , wooah
I'm walking on sunshine, woooah
I'm walking on sunshine, woooah
and don't it feel good!
Hey, alright now
and don't it feel good!
hey. yeah

I used to think maybe you loved me, now I know that its true
and I don't want to spend my whole life, just in waiting for you
now I don't want you back for the weekend
not back for a day , no no no
I said baby I just want you back and I want you to stay

woah yeh!
I'm walking on sunshine , wooah
I'm walking on sunshine, woooah
I'm walking on sunshine, woooah
and don't it feel good!!
Hey, alright now
and don't it feel good!!
hey. yeah ,
and don't it feel good!!

Walking on sunshine
Walking on sunshine

I feel the love, I feel the love, I feel the love that's really real
I feel the love, I feel the love, I feel the love that's really real

I'm on sunshine baby. oh
I'm on sunshine baby. oh

I'm walking on sunshine. wooah
I'm walking on sunshine. wooah
I'm walking on sunshine. wooah
and don't it feel good!
I'll say it again now
and don't it feel good!

La lucha de Jaime Casillas

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Por Columba Vértiz de la Fuente

Tomado de la revista Proceso

Incansable en su trabajo por los derechos cinematográficos, el dirigente y realizador dedicó su vida entera a la industria nacional. Estaba trabajando una película sobre la obra de Carlos Montemayor acerca del asalto guerrillero en Chihuahua en los sesentas. Evalúan su trayectoria destacados personajes del medio que lo trataron de cerca.

Jaime Humberto Casillas Rábago, director, guionista, argumentista, productor, actor, escritor, crítico y funcionario (fallecido a consecuencia de un infarto el pasado miércoles 3 de abril) “fue siempre un hombre de entrega, lucha y generoso”.

Así, el cineasta José Luis Urquieta Padilla describe al realizador extinto cuyas cenizas serán esparcidas en su natal San Miguel el Alto, Jalisco, donde nació un 19 de diciembre de 1936.

Urquieta Padilla estuvo muy cerca de Jaime Casillas (como lo conocían todos) en los últimos cuatro años porque estaban preparando la película Las armas del alba, basada en la novela homónima de Carlos Montemayor, cuyo tema tiene por escenario el asalto guerrillero al cuartel de Madera, en Chihuahua.

Jaime Casillas, quien se desempeñaba como presidente de la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Obras Audiovisuales, estaba coproduciendo con el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine Mexicano (Fidecine) Las armas del alba, que será dirigido por Urquieta Padilla, quien en entrevista cuenta cómo surge el proyecto, donde se recordarán los inicios de ese movimiento cuando un grupo de estudiantes y campesinos atacó la guarnición militar.

“Jaime y yo nos conocíamos de mucho tiempo atrás. Yo soy amigo personal de Carlos Montemayor, de ahí que Jaime propuso que deberíamos llevar a la pantalla alguna obra de Montemayor, lo cual compartí con él, y empezamos a trabajar, pero a Jaime le gustaba más el libro Guerra en el paraíso. Lo leímos y lo discutimos. Nos pareció infilmable porque son once años de guerrilla, además era muy complicado a nivel presupuestal. Era un broncón tremendo.

“Entonces, le sugerí Las armas del alba y habló con Carlos Montemayor. Total nos entusiasmamos, enloquecimos ya con la idea. Fue un proceso muy largo de buscar la forma de hacer la adaptación y recurrimos al guionista Xavier Robles, quien escribió Rojo amanecer, de Jorge Fons, y trabajamos con él, tanto Jaime como yo.”

El guión lo llevaron al Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) para entrar a Fidecine:

“Llegamos con Marina Stavenhagen, titular de Imcine, quien nos trató estupendamente. Le gustó la idea, creo que es progresista, entonces vieron el guión y lo aceptan. Nos dan el crédito.”

Recuerda el realizador que al mismo tiempo trataron de buscar apoyo financiero con el gobierno de Chihuahua y al principio el gobernador del estado, quien buscó empresarios, los trató bien, y “Jaime y yo creíamos que ya habíamos ganado la batalla”.

Pero no fue así. Jaime Casillas y el director distribuyeron en Chihuahua el libro Las armas del alba en Chihuahua:

“Fueron muchas personas. No sé si cometimos algún error estratégico, porque en la historia estamos hablando de cacicazgos, en fin. Después de dos años que estuvimos yendo a Chihuahua de repente se hizo un silencio muy largo, sin conocer una respuesta. Creo que el gobernador sufrió un problema facial de nervios, porque en Chihuahua, como el resto del país, las cosas están de cabeza, pero bueno, con respecto a nosotros se hizo un silencio tremendo.”

Empezaron a investigar qué pasaba, y Lalo, hijo de Pablo Gómez, el personaje central de la novela, indagó que habían leído el guión y consideraron que no le iban a entrar.

El guión tiene cerca de 120 personajes. Y Urquieta Padilla resalta:

“Jaime, igual yo, quería contar esta historia, ¡qué es la verdad!, fuera como fuera. Es un capítulo extraordinario de nuestra historia que está por ahí enlodado.”

--Con lo que pasó en Chihuahua, ¿qué decía Jaime Casillas?

--Siempre estuvo lleno de entusiasmo. Sufrimos mucho. Sin embargo, estamos muy contentos por tener ya incluso el crédito del propio Imcine. Creo que vamos a encontrar algún vehículo para llegar a alguien que se interese en el asunto y podamos hacerlo lo más dignamente posible, porque esto es lo que nos planteamos siempre. ¡Queremos hacerlo bien para que valga la pena contarlo bien!

Expresa que Carlos Montemayor ha estado atento al guión, “nos hizo algunos apuntes de algunos personajes a nivel histórico”.

Por su parte, Montemayor platica que le han enviado las versiones del guión y “he dado mis opiniones y discutido algunos aspectos”. Relata que el escritor Jaime Casillas un día lo invitó a comer y le dijo que le interesaba adaptar cinematográficamente Las armas del alba.

Enseguida se refiere a Jaime Casillas como cineasta:

“Con él empecé a entender los muchos talentos que los cineastas deben desplegar para que sus proyectos cristalicen. El novelista o el poeta sólo lucha con la página en blanco o trata de coordinar en la página en blanco sus ideas, sus búsquedas, sus análisis; pero el cineasta tiene una tarea más compleja, como una especie de gran director concertador de orquestas numerosísimas o infinitas porque el cine se expresa a través de actores, productores, guionistas, músicos, escenógrafos, administradores, fotógrafos, maquillistas, iluminadores, carpinteros, es una compleja gama de universo. Entonces, con él empecé a admirar la complejidad, la riqueza del trabajo de los cineastas.”

Sigue:

“Un rasgo asombroso de Jaime era la capacidad de escuchar, de atender opiniones, de equilibrar posturas. Ese es un talento peculiar y difícil en nuestro tiempo y no suele aparecer, por desgracia, ni en el medio político ni en el empresarial ni el periodístico ni en el artístico del México actual.”

Televisa y los derechos

Jaime Casillas cursó la licenciatura de letras españolas y teoría y composición dramática en la Facultad de Filosofía y Letras, además de un año de leyes en la Facultad de Derecho de la UNAM.

Escribió la obra de teatro Opus número uno. Felipe Cazals le compró la historia El jardín de tía Isabel.

Fue presidente del jurado de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, y dirigente sindical en la sección de Directores y en la de Autores del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana.

Como luchador social impulsó la apertura de la Sección de Autores y Adaptadores del STPC cuando fue secretario general de dicho sindicato. Impulsó la creación del Banco de Guiones Cinematográficos que logró que se escribieran historias como La leyenda de una máscara, de José Buil, y Rojo amanecer.

Fue profesor de historia de la cultura por más de 20 años en la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) y uno de los líderes cinematográficos que no estuvo de acuerdo con la firma del TLCAN Tratado de Libre Comercio de América del Norte), oponiéndose a la venta de la infraestructura cinematográfica nacional.

También fue promotor de diversos planes de reactivación fílmica, el Plan Casillas, el Plan de Renovación Cinematográfica que logró la fundación del Fideicomiso del Fondo de Fomento a la Calidad Cinematográfica.

Marcela Fernández Violante, secretaría general del STPC, expresa que Jaime Casillas “fue una personalidad versátil y pudo con los retos porque nos han tocado épocas muy duras”.

Fernández Violante viajó con Jaime Casillas a Buenos Aires, Argentina, donde se reunieron las sociedades colectivas que defienden el derecho de autor, básicamente lo que son las regalías correspondientes a la parte autoral, y un día después de su regreso a México, Casillas murió.

“Estuvimos felices en Buenos aires. Todos los latinoamericanos estaban agradecidos por todo lo que les explicamos de cómo organizarse, cómo defender sus cinematografías, y veníamos muy contentos. Yo creo que fueron las nueve horas y media del avión.”

El cineasta Jorge Fons menciona que Jaime Casillas, como miembro consejero de las sociedades tanto de autores como de directores, participó muy solidariamente, “siempre tratando de defender el derecho de autor”.

Oscar Blancarte, realizador de Que me maten de una vez, exalta que Casillas fue un gran maestro “que nos enseñó las reglas del juego de cómo escribir un guión pero fundamentalmente las reglas del artista como un guerrero, como un hombre que tiene que luchar y defender las posiciones sobre todo políticas, siempre estuvo trabajando por la defensa del cine nacional”.

Adelantó que el día que murió Jaime Casillas, la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Obras Audiovisuales le ganó parte del proceso de una demanda de derecho de autor a Televisa.

Gregorio Paulino, titular del jurídico de la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Obras Audiovisuales, explica que esta instancia que representa se dedica a gestionar el cobro de regalías por la exhibición pública de las obras, y habla de la buena noticia:

“De acuerdo a la Ley Federal de Derecho de Autor, el director-realizador de una película se considera como autor. Entonces, cuando se hace una comunicación pública, que puede entenderse como la exhibición en cine, la renta en video o la transmisión en televisión, se prevé una regalía mínima. Entonces, durante años, no se les ha podido cobrar a las televisoras, y en 2004 se inició un juicio.

“Se tuvo que dividir porque a partir del 1997 hay una nueva ley. Entonces, se hace un juicio en contra de Televisa demandando el cobro de regalías por el periodo de 1995 a 1997. Al respecto, ya hubo una sentencia de primera instancia, en la que le daban la razón a Televisa y le negaban a los directores que pudieran cobrar la regalía. Sin embargo, se hace la apelación y el día de ayer notificaron que se está condenando a Televisa a pagar esos derechos autorales por ese periodo del 1995 a 1997.”

Señala que Televisa se va a amparar, pero lo destacable “es que es la primera sentencia que se falla en contra de la televisora por cuestiones autorales, y eso es trascendental, puede repercutir, porque hay otros juicios que tenemos en contra de TV Azteca y de la misma Televisa, por otros periodos.”

Alfredo Gurrola, director de Llámenme Mike, al nombrar a Jaime Casillas dice:

“¡Cuántos años luchando por el cine mexicano y el derecho de autor! Tengo más presente su obra como líder, como dirigente de la Sociedad de Directores, y dejó hecha una brecha y manejó bien todos los intereses de los directores y dará resultado si es que hay justicia en este país.”

domingo, abril 06, 2008

El sueño de Jaime Casillas

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por Héctor Rivera

Tomado de Milenio Diario

Tan vital, tan inquieto, tan lleno siempre de proyectos. Cuesta trabajo imaginarlo en el fondo de una caja de muerto. Quise ir a la funeraria a despedirme de él, pero no pude. Lo siento. Y siento mucho, muchísimo, su partida inesperada. Jaime Casillas era un tipo verdaderamente genial, lleno de una energía envidiable.

Tenía un aire de anarquista español, una vehemencia de revolucionario de la vieja época, un humor a veces surrealista. Con los largos cabellos canosos, un rostro enjuto envuelto en una espesa barba igualmente blanca, se enojaba mucho con ciertos temas. Se ponía furioso en verdad. Bufaba, resoplaba y su rostro se tornaba cenizo, moviéndose a los lados, enredado en el humo del cigarro, en actitud de negar con énfasis.

Pocos lo recordaron en el momento de su muerte, ocurrida el martes pasado, y se quedó en el olvido su papel heroico en defensa del cine mexicano hace 20 años, mientras ocupaba la presidencia de la Comisión de Premiación de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas. En esos años, la crisis que devino en crónica en el cine mexicano comenzaba a echar raíces, alimentada por una producción vulgar y barata que se resistía por sistema a la calidad y a la dignidad, pero más al respeto al espectador.

El 7 de diciembre de 1987 en la Cineteca Nacional, durante la entrega de los premios Ariel, frente al entonces presidente Miguel de la Madrid, Jaime, quien fungía entonces también como secretario del interior de la Sección de Autores del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica, puso el dedo en la llaga y arremetió contra los productores privados, “empeñados en el mundo del comercio absoluto y en la satisfacción de las bajas pasiones de un público indefenso y analfabeta”. Y no sólo eso. También le pidió públicamente al presidente que defendiera la sobrevivencia de los estudios cinematográficos nacionales y, más aún, que fueran declarados propiedad cultural de México.

Pocas veces en la historia de la cinematografía nacional ha habido tanta claridad y coherencia en un cineasta. Con su discurso, Jaime libró una batalla inédita contra los poderosos dueños del dinero, propietarios también de buena parte de una industria que consideraban prácticamente de propiedad privada.

Aquel sexenio no podía ser más desolador para los cineastas mexicanos, con el Instituto Mexicano de Cinematografía en manos de Enrique Soto Izquierdo. El periodo más árido en la historia del cine mexicano.

Tres días después de su aguerrido discurso, Jaime fue convocado a una reunión en la oficina del adusto secretario de Gobernación, Manuel Bartlett. Fueron citados también siete productores privados: Alfonso Rosas Priego, Gregorio Wallerstein, Raúl de Anda, Fernando Pérez Gavilán, Juan José Ortega, Carlos Amador y Jacobo Feldman. De alguna manera, en esa reunión les torcieron la mano para que aportaran cada uno 100 millones de pesos de los de entonces para financiar una docena de proyectos fílmicos.

El acuerdo que comprometía a los mercaderes del cine mexicano con la producción de películas de calidad corrió como el viento entre los cineastas con el nombre de “Plan Casillas”, casi al modo de un documento histórico. Era como ligar el agua con el aceite, como obtener una flor de un jardín imposible.

O, mejor dicho, un espléndido sueño que no tardó en desbaratarse a punta de patadas de la más contundente realidad.

Unas cuantas semanas después, la Asociación de Productores y Distribuidores de Películas Mexicanas, con Alfonso Rosas Priego al frente, decidió en pleno y por unanimidad romper con la Academia.

Y no sólo se largaron con sus películas comercialotas. También se echaron para atrás en el compromiso asumido ante el secretario de Gobernación. “Mientras Jaime Casillas permanezca al frente de la Academia no cuenten con nosotros”, dijeron.

Y cumplieron su promesa, llenos de indignación. Al año siguiente no había ninguna película de producción privada en las ternas de los premios Ariel de la Academia. Entre poco más de 20 películas presentadas por las instancias fílmicas estatales e independientes, incluidas las universitarias, resultó triunfadora Mariana, Mariana, de Alberto Isaac. Poco después cayó la cabeza de Jaime Casillas.

“Sí siento alivio; me siento muy aliviado, me he quitado un peso de encima”, me dijo suspirando al abandonar la Academia, concluida su gestión de dos años. En su denuncia sobre la basura que producían los privados no había mala intención. Sólo la claridosa verdad, inevitablemente recibida por los señalados como insulto. “Yo me retiro sin ningún rencor; no ataqué a nadie personalmente; hubo momentos difíciles en los que hubiera renunciado, pero eso hubiera sido tanto como decir que nos habíamos equivocado, y ese no era el punto.”

Poco después de su salida, la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas fue reestructurada a la medida de las necesidades e intereses de los productores privados, que regresaron de inmediato a la fiesta de los arieles.

Flaco y algo encorvado, vistiendo siempre con discreta elegancia, Jaime vio cómo su plan, que buscaba el financiamiento de los ricos para que los pobres hicieran películas, se hundía lentamente en las turbias aguas del olvido.

“No llegamos a ningún acuerdo; todo quedó como estaba; hubo un desprecio total hacia nosotros, pero yo no tomo en cuenta sus insultos. Aquí no pasó nada”, decía lleno de dignidad y de resignación.

Hoy, Jaime es sólo un puñado de cenizas arrojadas al viento. También es un ejemplo para muchos.

sábado, abril 05, 2008

Ombloguismo al servicio de la comunidad

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Una querida amiga, periodista de un importante diario de circulación nacional, me escribió lo siguiente:

Querido, ¿Cómo estás?

Quiero abusar de tu amabilidad. Recurro a tí porque quiero pedirte ayuda.

Estoy tratando de rastrear alguna historia importante qué contar.

Te explico: Cuento con la posibilidad de destinar un buen espacio en el periódico (inclusive varias entregas) así como utilizar todos los recursos gráficos, infográficos y cibernéticos que este diario permite, para narrar alguna experiencia personal, familiar o social de "alto impacto", por llamarla de alguna manera.

No tiene que ser negativa necesariamente, puede ser positiva. Ejemplifico:

1.- Una persona se sacó la lotería y gracias a eso inició un proyecto comunitario.
2.- Algún caso judicial que quizá proyecte parte de la impunidad que se vive en el País.
3.- El caso de una monja que se casa con un padre. Quízá unos hermanos enamorados y lo que han tenido que enfrentar.
4.- La historia de un hombre que por años se ha dedicado a hacer falsificaciones de pinturas o piezas arqueológicas y que quiera darnos un testimonio.

Son ejemplos muy inocentes quizá, pero la idea es que estas historias sean interesantes para cualquier lector.

El tratamiento sería MUY SERIO y la propuesta es hacer una investigación detallada del caso.

¿Tienes alguna historia así? No sé, quizá el amigo del amigo del primo. Siempre se escuchan historias importantes.

Porfa, ráscale a la memoria y a ver si algo surge por allí ¿vale?

Muchas gracias y perdón tanto rollo.

La cosa es: si alguno de ustedes, queridos cinco lectores, tiene conocimiento de una o varias historias así, pónganse en contacto conmigo en mi correo: gvegaz@yahoo.com para a su vez ponerlos en contacto con mi amiga reportera.

Gracias.

viernes, abril 04, 2008

Homenaje a Jaime Casillas en el Cine Club SOGEM

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Foto tomada sin permiso del blog Eva y sus serpientes de Aleareygo
(que así dice llamarse Ale Reyes)


Primero, una cordial invitación:

Queridos amigos:

Este sábado 5 de abril a las 18:00 hrs. en el Cine Club de la Escuela de Escritores de SOGEM se realizará un homenaje a nuestro maestro Jaime Casillas, fallecido el pasado miércoles 2 de abril, con la participación del cineasta y maestro Víctor Ugalde.

La cita es en Eleuterio Méndez número 11, esq. Héroes del 47, Col. Churubusco Coyoacán, a cuatro cuadras del Metro Gral. Anaya.

Esperamos que puedan acompañarnos.

Un abrazo,

Lucia, Luis Emilio, Adrián, María
Blog: http://www.cineclubsogem.blogspot.com/

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Y luego un artículo publicado hoy:

Jaime Casillas: in memoriam

por Carlos Montemayor

Tomado de La Jornada

Conocí a Jaime Casillas en las reuniones de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), hace muchos años, cuando las convocaba José María Fernández Unsaín. Antes de que yo empezara a acudir a las reuniones de la Sogem había tenido poco trato con cineastas. Mi compadre y paisano Gonzalo Martínez y Alfredo Joskowicz fueron durante mucho tiempo mis únicos amigos de ese gremio. Con Alfredo, en distintas épocas (en una de ellas fuimos vecinos), compartí muchas experiencias personales, literarias, sociales, musicales incluso, pues en los Estudios Churubusco ensayé mis primeras sesiones de grabación vocal. Con Gonzalo compartí muchas cosas de nuestra memoria chihuahuense, de la literatura rusa, de nuestra búsqueda artística, de nuestras propias familias.

Por la posibilidad de colaboraciones que finalmente no se llevaron a cabo, traté en distintas ocasiones a Felipe Cazals, a María Novaro y a Sergio Olhovich. Poco a poco, mi amistad con los cineastas se ha ido profundizando, particularmente por la coincidencia de ciertos temas sociales: con Gerardo Tort y Marina Stavenhagen, por la guerrilla de Lucio Cabañas; con Carlos Mendoza, por la investigación sobre las represiones al movimiento estudiantil de 1968 y 1971 en producciones de canal 6 de julio; con Francisco Vargas, por su guión de El violín, en cuya lectura me insistió durante varios meses mi hija Jimena, que en el año 2003 ingresó al CCC y que constituye ahora, para mí, un eslabón peculiarísimo con el cine.

Pues bien, me he detenido en este largo preámbulo para señalar algunos rasgos de mi profundo aprecio por Jaime Casillas. Lo conocí, dije, en las reuniones de la Sogem. Con él y con Marcela Fernández Violante sentí una gran empatía, y a menudo me sentaba junto a ellos en las prolongadas y polémicas comidas que organizaba Fernández Unsaín, y a las que ahora convoca, con más orden pero igualmente polémicas, mi paisano Víctor Hugo Rascón Banda.

Empecé a tratar a Jaime con asiduidad cuando se interesó en adaptar cinematográficamente mi novela Las armas del alba. Comencé a entender con él los muchos talentos que los cineastas deben desplegar para que sus proyectos cristalicen; son una especie de directores concertadores de grandes orquestas, que deben coordinar personal técnico, artístico y administrativo. Tal complejidad me ha hecho admirar aún más el trabajo de ellos.

El novelista y el poeta luchan por coordinar en la página en blanco sus propias ideas, búsquedas o análisis. El cineasta se expresa a través de actores, productores, guionistas, músicos, escenógrafos, administradores, fotógrafos, maquillistas, iluminadores, carpinteros: una gran y compleja orquesta. Cuando se fue retrasando la fecha de rodaje de la película en la sierra de Chihuahua, expresé a Jaime mi preocupación por el clima. “Para ese momento no habrá lluvias”, le dije. “No te preocupes, llevaremos toda la lluvia que necesitemos”, me contestó.

Para Las armas del alba Jaime se apoyó en José Luis Urquieta, chihuahuense honorario (su esposa es mi paisana Carmen Cardenal) y Xavier Robles, magnífico lector y escritor. Me invitó a comentar las sucesivas versiones del guión que ellos estuvieron trabajando y descubrí un rasgo asombroso en Jaime: la mesura, el equilibrio, la capacidad de escuchar, de atender opiniones, de equilibrar posturas. Un talento peculiar y difícil en los hombres de nuestro tiempo y necesario en el medio político, empresarial, periodístico y artístico del México actual. Esta capacidad revelaba no solamente una vocación y talento artísticos, sino un desarrollo interior de conciencia y condición humana.

Interesado en rodar la película en la sierra de Chihuahua, propuso que se asociaran con él parte del empresariado chihuahuense y el gobierno del estado. Transcurrieron muchos meses para que los empresarios chihuahuenses le comunicaran su negativa a participar en una película que, les parecía, no postulaba la unidad que el país necesita. A diferencia del gobierno del estado, que vio el tema como parte innegable de la historia social y política de México, los empresarios parecían no apartar la historia de los intereses empresariales actuales. No han dejado aún la historia atrás y la ven, y acaso en esto tienen razón, como una realidad y riesgo actual y urgente.

La condición moral de Jaime Casillas lo ayudó a esperar con paciencia, durante meses, la negativa formal de los empresarios del estado. Esa negativa eliminó la posibilidad de rodar la película en la sierra de Chihuahua. Para salvar la memoria del estado, aguardó hasta lo último, antes de decidir, primero, que se rodara en Querétaro, y finalmente, en el Desierto de los Leones, en la ciudad de México. Lecciones morales, no solamente artísticas.

jueves, abril 03, 2008

CANCELACIÓN LECTURA EN EL ART/KAFÉ

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Nomás para avisarles que la lectura de poesía del sábado 5 de abril en el ART/KAFÉ se canceló por causas de fuerza mayor.

Ya, ya. No se pongan así. Sabemos que es difícil aceptarlo pero ya estamos trabajando para reprogramarla en otro lugar. Nosotros les avisamos con tiempo... (¡Que ya no chille, aguántese como los machos!)

Sorry.

miércoles, abril 02, 2008

El caballero Jaime Casillas

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Jaime Casillas fue mi maestro de Historia de la Cultura en segundo semestre del Diplomado de Creación Literaria de la Escuela de Escritores de SOGEM. Sus clases eran sumamente amenas y enriquecedoras. Armado de su carrusel de diapositivas, nos llevaba de viaje por las culturas antiguas de Egipto, Grecia, Mesopotamia, Mesoamérica, etcétera, con su gran capacidad para contar historias y, sobre todo, para contagiarnos su entusiasmo por el conocimiento, por el arte y por la vida.

Como tarea nos dejaba escribir ensayos sobre el tema que más nos hubiera gustado de los que habíamos visto en clase. Todavía me acuerdo que uno de los que más me impresionó fue el de Akhenatón. No sé si fue bueno el ensayo que escribí, pero sí sé que lo hice con la pasión contagiada por Jaime, y para mí eso bastaba.

Si me pidieran que escogiera una persona con la que definiera la palabra "caballero" sería Jaime Casillas. Y no sólo por su estampa quijotesca sino también por su vocación para "desfacer entuertos" y luchar sin tregua por sus ideas y sus pasiones. La más grande de todas: el cine.

Escritor, director, productor y maestro, impulsó y defendió como pocos el alicaído cine nacional de los embates de los burócratas descerebrados y los inversionistas insensibles en todas y cada una las trincheras donde le tocó combatir. Y como El Quijote, hasta cuando parecía perder, triunfaba. Su ánimo nunca decaía. "Siempre adelante, adelante", nos decía.

Tiempo después Teodoro Villegas, director de la Escuela de SOGEM, me invitó como maestro, ocupando las horas que Jaime daba, ya que él pasaría a impartir en primer semestre para cubrir la ausencia de Juan Miguel de Mora. Teodoro me pidió que combinara la historia de la cultura con la novela y el arte. Inconciente que soy, acepté y en los primeros semestres me salió un mazacote que luego fui mejorando (o empeorando, según se vea), pero de algo sí estaba seguro: quería que mis clases fueran tan entusiasmantes como las de Jaime Casillas. A veces lo logré, otras no, pero su ejemplo siempre lo tuve presente.

Conviví poco con él, no porque quisiera, sino porque él siempre andaba ocupado en lo suyo, y yo lo respetaba demasiado como para importunarlo con mis cuitas insignificantes. Pero las pocas veces que platicamos fuera del ámbito de las clases, siempre tuvo una expresión de camaradería y bonhomía para conmigo.

Jaime Casillas falleció en la madrugada de hoy de un paro cardíaco. Acababa de regresar de un viaje de trabajo: una reunión sobre derechos de autor y sociedades autorales celebrada en Buenos Aíres, Argentina.

Era miembro del Consejo Directivo de SOGEM, Vicepresidente de la UNSA y Presidente de la Sociedad de Directores de Obras Audiovisuales. Fue director y escritor de películas como La leyenda del manco (1987), Memoriales perdidos (1983), Tierrra de rencores (1986), El jardín de la tía Isabel (1971), entre otras.

Actualmente trabajaba en la producción de la película Las armas del alba, basada en la
novela de Carlos Montemayor sobre el asalto al cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua.

Nota en Excelsior on line (los únicos que no se concretaron a fusilarse la pinchurrienta nota de Notimex).

Ver aquí la biografía de Jaime Casillas en el sitio de Escritores del Cine Mexicano Sonoro de la UNAM.

Reproduzco, sin permiso, algunos poemas y pensamientos que sus alumnos en SOGEM han expresado en la lista de correo que mantenemos en Internet.

Descanse en paz, maestro Jaime Casillas.
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UN RECUERDO ETERNO PARA JAIME CASILLAS
por Ozelotl Chávez Torres

te recuerdo
ahora
como si el viento todo
surcando el mundo
fuera tu mirada
amigo
maestro
poeta
de la imagen descrita
en versos de sombras
y luces
de recuerdos

mañana nos narrarás
tu estancia genial
en otro sitio lejano
tan lejano
que hubiste
hoy de emprender
el viaje


Maestro
por Set Ricardo Salazar

De apasionante voz
y ligero paso
viene Casillas al mando;
alma de guerrero

sonido acariciante de viento:
como un virus nos contagia
y nos deleita con su visita.

Frágil caballero otoñal
Don Quijote te ve y se inclina,
tu estilo distinto, imaginas
eres niño, eres hombre, eres sabio
en tu casa, en la escuela
y "Señor" en el trabajo;

Rey Midas lo envidia,
corazón que tocas lo haces oro
con tu palabra, tu ánimo…

Los alumnos te reconocemos
no sólo tu ser bueno, ser lo mejor,
y se te cita con el alcohol
en esos jueves sin tu presencia,
antes de tu clase, ese gusto
que no se inhibe, no recela
y te llevas las palmas al final
desde un comienzo se te dan;

la edad no hace al hombre
es el hombre quien le da edad
por un gusto de compartir
por ese gusto que no te hace partir;

nadie lo olvida cada jueves:
contemplación estética
“agarrando al toro por los cuernos”
“cuando no se puede má…”
“rájala, va; hombre, qué impresionante”
frases añejadas,
emanante pasión desbordante...

No quiero dar más aplausos,
no quiero ir a darte un abrazo
o estrechar tu mano;
te regalo un poema reconociéndote…

Vuelve, maestro, vuelve
tus conocimientos inquietantes
sorprendido por la levedad del hombre:

se requiere tomar tus ojos
respirar tu conocimiento,
hacer una escultura de barro de la nada
esa que te adopta y te hace dueño
en una jaula de locos y genios
y te pido tu regreso, tu conocimiento
para que al caer el ocaso, te diga: MAESTRO.


Jaime
por Luis Emilio Medina

gracias a ti comprendí
el valor de la antigûedad
como profunda raíz de historias,
el diálogo con el pasado
como una eterna celebración a la vida,
el gozo del arte
por el arte mismo
en diálogo con mi contemporaneidad.
La posibilidad de soñar
y sentirse vivo
y amar
desde la evocación
de un jarrón
hasta la eroticidad
de una esfinge.
Abróchate los cinturones, jaime,
que ya despegaste...

Te conocí poco
te recordaré siempre.
Cariño maestro mío.

martes, abril 01, 2008

Tratado de Impaciencia # 87

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1. Por fin: a las 4:37 de la madrugada me acuesto a dormir. He terminado de preparar la primera clase del curso que inicia en 5 horas y 24 minutos. Y lo bueno es que vivo muy cerca de la escuela. Hasta caminando me puedo ir. Sin embargo, me quedo profundamente dormido. No escuché la alarma del despertador y me levanto corriendo a las 9:27. Orinomebañomevistopreparoeldesayunocomoledoyunaojeadaalosperiódicosmelavolosdientesdefecosalgocorriendo.

Son las 10:07. Llegaré en 10 minutos, a paso veloz. Hablo a la escuela para avisar que voy en camino, que no desesperen, ya que otras veces me han hablado para preguntar si voy a ir. Me responde una voz femenina. "!Ay, maestro, qué pena! ¿No le avisaron, verdad?" -¿Avisarme qué chingados?, pienso, presintiendo lo peor-. "El curso se pospuso hasta dentro de dos semanas porque no se juntó el número suficiente de alumnos."

2. Llego a la oficina. Es una mañana tranquila de lunes. Todo está en orden, hasta que llega el jefe como bólido, quince minutos antes de la salida a comer. "El maestro pidió un trabajo así, tal y tal -me dice-. Apenas una cuartillita, pero urge. Tú te la echas rápido. Cuando la termines se la das directamente. Yo tengo que ir a mi clase de ruso".

Y el jefe se va feliz, satisfecho de haber ejercido cabalmente su función y justificado su sueldazo en menos de treinta segundos.

Perfecto. Me la puedo echar rápido, posponer una hora o menos la comida. Sin embargo, "la cuartillita" cuesta más tiempo que eso. A las seis de la tarde, sin comer, entrego la nota, pero satisfecho por el trabajo cumplido.

-Oye, ¿qué no te dijo tu jefe lo que quería?" -me dice el jefe-jefe.

Sorprendido, le digo que eso fue, exactamente, lo que me pidió.

-Imposible -me dice el jefe-jefe y me enseña un memo donde aparece una orden parecida pero evidentemente diferente a la que me pidió mi jefe.

Salgo a las 8:05, después de haber rehecho el trabajo, tarde para una cita a las 8:30 con una mujer hermosa, a la que no he visto desde hace tiempo, pero de quien siempre he tenido presente en mi memoria su cautivadora sonrisa, su aguda inteligencia y sus alucinantes pechos.

3. Tengo que engargolar algo que le quiero dar a la mujer hermosa. Paso a la papelería, una de esas grandes franquicias de empresa norteamericana. Tiene dos entradas, una en cada avenida. Entro y me detiene el vigilante.

-No puede pasar con su mochila. Tiene que dejarla aquí.

-Pero voy a engargolar esto y voy a salir del otro lado.

-No importa. Son las reglas. Tiene que dejarla aquí. Si no quiere regresar por ella, entonces atraviese la tienda por debajo del estacionamiento para entrar por la otra entrada.

Algo imposible, pienso, eso de "pasar por debajo del estacionamiento".

-Pero siempre que he venido el otro vigilante sólo avisa por su güokitoki y ya, paso sin problemas.

-Pues sí, precisamente por eso lo corrieron, por no cumplir las reglas.

-Entonces no voy a engargolar mis cosas aquí -digo. Al vigilante no le importa, él cumplió con las reglas y seguramente eso le valdrá un aumento de sueldo.

4. Camino por la avenida. No se vislumbra otra papelería o negocio semejante. De repente, en una especie de callejoncito, aparece un anuncio con una flecha: "Papelería y librería". Entro. Digo buenas noches. Un tipo regordete me mira y sigue atendiendo a la chica que pide un libro de álgebra. Tres minutos después, el tipo se da cuenta de que sigo allí y sólo me mira sin decir nada.

-Quiero engargolar esto.

-No tenemos ese servicio.

-¿Cómo? Ahí afuera dice "enmicados y engargolados".

-Sí, pero ahora son nuevos dueños y ya no se hace eso.

Respiro profundamente. Ni modo. 8:17. La mujer hermosa está a punto de llegar. Puedo llevarle un libro, pienso. Pregunto al tipo por uno. Pica unas teclas de la computadora con sus dedos torpes. Le tengo que deletrear tres veces el título y el nombre del autor. Suena el teléfono. Contesta. Grita:

-¡¡¡Luuuuppiiiiiiiitaaaaaa!!! ¡¡¡Teeeeléééééfoooonooooo!!!

Se escucha una lejana voz femenina. Perspicaz que soy, supongo de inmediato que es la dichosa Lupita:

-Dile que qué libro quiere.

Otro grito:

- ¡¡¡Dice que es personal!!!

-Dile que orita voy.

-¡¡¡Ta bueno!!!. ¿Cómo me dijo que se llamaba el libro que me dijo, joven?

En ese momento, de la nada, aparece otro cliente, quien pregunta a bocajarro: ¿Oiga, tiene “La ciudad de dios"? El tipo que atiende de inmediato responde: "Sí, es de Sepan cuántos, ¿verdad? Orita se lo busco", y desaparece en la puerta del fondo.

Cuando estoy a punto de irme, regresa, teclea otra vez en la computadora y me dice:

-¿Qué cree, joven? Que no lo tengo orita, pero se lo puedo pedir

-No, gracias. Lo necesito hoy. –no quiero llegar con las manos vacías al encuentro con la hermosa mujer. Señalo con el dedo un libro en una de las repisas-: Deme ése de ahí.

-¿Cuál, cuál? –dice el tipo mirando muy hacia arriba de donde apunta mi dedo.

El libro está frente sus narices. Finalmente lo ve y me dice el precio. Saco el dinero y trato de dárselo, pero me dice que tengo que pagar en la caja.

No hay nadie en el cubo de la caja. Doy unos golpecitos con las monedas en el mostrador. Nada. Doy más golpes, más fuertes. Nada. Doy mas golpes. Por fin aparece una chamaca prieta y malencarada, con el cabello teñido de rubio. Supongo que es la dichosa Lupita. Pago y me largo.

4. Abordo el primer taxi que encuentro. Un vochito “ecológico” que no arroja humo al ambiente, porque todo se concentra en la cabina. Le indico la dirección al chofer.

Todo bien, hasta que nos topamos con el tráfico. El chofer me dice que puede tomar un atajo. Es por una calle empedrada, pero me parece razonable. Avanzamos lastimosamente por el empedrado. Algún tipo de tortura que se les escapó a los chinos esto de ir por el empedrado en un viejo vocho ”ecológico”. Los riñones empiezan a pulverizarse. Por fin, salimos a una avenida principal. Un tapón inmenso.

El chofer me dice:

- ¿Sabe qué, joven? Que no me alcanza la gasolina para llevarlo hasta donde va. Mejor lo dejo en el siguiente semáforo y toma otra cosa.

En lugar de gritar, golpearlo o bajarme sin más, sólo sonrío. Soy una persona civilizada. No me voy a poner como el resto de los animales que subsisten en esta ciudad. El taxímetro marca 40 pesos. Balbuceo un “está bien” y le extiendo un billete de 100 pesos.

-¡Uy, joven, qué billetote! ¿No tiene cambio?

Al no recibir respuesta, el chofer sólo atisba una mirada fulminante por el retrovisor. Sigue avanzando lentamente por el tráfico. Pregunta a cinco automóviles si tienen cambio. Nadie. Aunque pasamos frente a un par de negocios, no se baja a cambiar el billete. Hasta que, por fin, otro taxista le dice que sí. Entonces, despreocupadamente, el chofer me dice:

-¿Lo molesto, joven? –y me extiende el billete.

Sorprendido, casi escandalizado ante lo inaudito, me bajo del taxi, me acerco al otro vehículo, cambio el billete, regreso al taxi y le digo:

-¿Cuánto va a ser entonces?

-Cincuenta pesitos, nomás, joven.

5. Llego corriendo al lugar donde quedé de ver a la hermosa mujer. No hay nadie. Pregunto. Nadie ha visto a la beldad. Menos mal. De seguro también la atrapó el tráfico. Pido un café. Espero. Miro el reloj. 8:47. Al veo entrar y detrás de ella un hombre. Se acercan ambos a la mesa.

-¡Ay, qué crees? Que había un montón de tráfico y de plano se me hizo tan tarde que mejor le pedí a mi esposo que me trajera.Él va a pasar por mí al rato –y el hombre me extiende la mano, cordial y sonriente.

La bella mujer nunca hizo mención al pequeño detalle de su estado civil.

-Mucho gusto –me dice el hombre-. He escuchado tanto de ti que siento que ya hasta somos amigos.

Le di la mano, que estaba fría y húmeda como un pescado.